Cinco princesas permanecen cautivas en un alejado castillo bajo el yugo de su cruel abuela y un tío abusador. Huérfanas de madre y padre, se les ha condenado al aislamiento para mantener intacta su pureza y… aquietar los ánimos de un pueblo patriarcal. El destino de las doncellas es casarse: las educan para el matrimonio, las adiestran para quehaceres hogareños y aleccionan sobre su derecho a nada. Pareciera un cuento medieval pero aquí no hay príncipes que vayan al rescate y el furioso dragón no es otro que el machismo ancestral.
No es un cuento de hadas, es la crónica de una pesadilla de la cual miles de mujeres no despiertan. El relato se instala en tiempo presente al norte de Turquía para retratar la condición femenina, donde se arrostran prejuicios, sometimientos disfrazados de tradiciones y menoscabando los derechos más elementales. Se trata del laureado debut de la realizadora turca Deniz Gamze Ergüven: Mustang: belleza salvaje (2015) en el que a través de las vivencias de cinco hermanas se condensan siglos de represión.
Es el inicio del verano, concluyen las clases y las cinco jovencitas juegan en la playa del Mar Negro con sus compañeros del colegio. Montadas en los hombros de los chicos juegan a derribarse entre las olas. Pueblo chico, infierno y chismerío en grande. La inocente travesura escandaliza a los pobladores y los tutores de las chicas adoptan medidas drásticas: reclusión total, adiós a la escuela, reuniones sociales, maquillaje y todo objeto que genere entretenimiento. De vez en cuando, un paseo organizado por los tutores para lucir los tesoros de belleza y atraer a futuros maridos.
Para deshacerse de los cinco problemas y “limpiar” la reputación familiar, una a una, serán conducidas a matrimonios arreglados. La cineasta debutante retoma experiencias personales en un filme con acentos biográficos y alegatos enérgicos sobre las ataduras y sumisión contra las mujeres, no sólo en Turquía sino en gran cantidad de países.
Exámenes médicos para constatar hímenes intactos, quehaceres interminables, futuros cónyuges con los cuales no se ha mediado palabra ni afecto. Se cierran puertas, ventanas, se erigen muros y rejas. Asistimos a la reclusión progresiva de un inexpugnable castillo en donde se enclaustran ilusiones, secretos y abusos del conservadurismo. La directora se acerca a los corazones de las jóvenes, a su búsqueda de libertad y a los anhelos perdidos.
Antes de sumirnos en sombríos calabozos emocionales, la directora elude las cadenas de amargura. Sitúa la perspectiva del mundo desde la mirada de la hermana más joven, Lale (Günes Sensoy), quien posee todo el ímpetu y el razonamiento para oponerse ante la injusticia y el absurdo. Resultan un gozo los estallidos de rebeldía de Lale en los que involucra a las hermanas y que incluyen una escapada a un partido de fútbol, fortuitas lecciones de manejo y amistades con desconocidos que se convertirán en futuros cómplices. La propia Deniz Gamze es coautora del guion, junto con la cineasta y guionista francesa Alice Winocour (Maryland, Home).
Las historias de las cinco hermanas discurren por lugares diversos donde hay cabida para el amor, el romance y la tragedia. Gamze concede espacios de luz, de aire y esperanza, tanto a las bellas prisioneras como a los espectadores que estamos enganchados ante el ritmo del filme y la habilidad narrativa de la novel directora. Insoslayable la referencia a Las vírgenes suicidas (1999), debut de Sofía Coppola, una relato similar a finales que transcurre en los años setenta en Estados Unidos.
Mustang: belleza salvaje coproducida por Turquía-Francia-Alemania y Qatar está nominada al Oscar en la categoría de Mejor Película de habla no inglesa representando a Francias. También tuvo presencia en los Globos de Oro y ha sido galardonada en varios festivales incluido el Festival de Cannes en donde obtuvo el premio Label Europa Cinemas. Reconocimientos a la directora, al elenco femenino y a la fotografía en Ucrania en Alemania, Ucrania y la India. Formó parte de la 59 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional en donde se estrenó de manera formal esta semana, al igual que en la cartelera comercial.
Mustang: belleza salvaje es cine en equilibrio, por su relato conmovedor y sensible; por su tono esperanzador y alegre. Por adentrarse con inteligencia y sutileza en un cuento terrible que se escucha en varias regiones del mundo, en donde raramente concluye con un final feliz.
