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Diego Petersen Farah

19/02/2016 - 12:00 am

El México de los privilegios

Mientras Francisco hablaba de igualdad y dignidad desde el púlpito abajo, en las sillas y graderías, el México de los privilegios se hacía presente en todo su esplendor

Mientras Francisco hablaba de igualdad y dignidad desde el púlpito abajo, en las sillas y graderías, el México de los privilegios se hacía presente en todo su esplendor. Foto: Cuartoscuro
Mientras Francisco hablaba de igualdad y dignidad desde el púlpito abajo, en las sillas y graderías, el México de los privilegios se hacía presente en todo su esplendor. Foto: Cuartoscuro

Dice David Konsevik, uno de los pensadores más sui generis e interesantes de este país (aunque haya nacido argentino) que la peor herencia del régimen post revolucionario no es la corrupción en sí misma sino la corrupción del lenguaje: en México las palabras ya no significan lo que deben significar; la pregunta después de un discurso nunca es qué dijo, sino qué quiso decir, así sea un discurso del secretario de Hacienda anunciando un recorte o de un obispo hablando de dios.

Estando totalmente de acuerdo en que la anulación del lenguaje ha dificultado terriblemente la posibilidad de construcción de futuro, pues hizo de la política mexicana una especie de torre de Babel, la segunda peor herencia del régimen de la revolución, y que si bien nunca desapareció ha vuelto con toda su fuerza con el regreso del PRI a la presidencia, es el México de los privilegios. Está semana ese país de privilegiados se mostró en todo su esplendor con la visita del Papa y se manifestó burdamente con el caso del hostigamiento al gerente de ciudad de la delegación Miguel Hidalgo, Arne aus der Ruthen.

Mientras Francisco hablaba de igualdad y dignidad desde el púlpito abajo, en las sillas y graderías, el México de los privilegios se hacía presente en todo su esplendor: no hubo un poderoso que quisiera estar cerca del Papa que no lo haya logrado, fuera un político, empresario o cualquier miembro del star system. Los ricos y poderosos adelante; los otros atrás. Aún en los actos de misericordia del Papa, como la visita al hospital de niños con cáncer, se manipuló la asistencia para que los hijos de empresarios estuvieran en los pasillos por donde pasaría Francisco. Lo peor fue la reunión con empresarios y obreros en Ciudad Juárez donde quedó claro que hay unos mucho más iguales que otros.

El incremento del “guarurismo” en todo el país, pero principalmente en la ciudad de México, es la representación máxima del México de los privilegios. No es que haya aumentado la inseguridad, esa está igual de mal que antes (por lo menos eso nos dice el gobierno de Peña) lo que aumentó notablemente con el regreso del PRI es la prepotencia y el influyentismo.

Traer guaruras más que seguridad da estatus y privilegios. El secuestro y golpiza al gerente de ciudad de la delegación Miguel Hidalgo, por parte de los guarros de un empresario de medios de comunicación (un señor de nombre Raúl Libien, propietario de una periódico de Toluca) por impedir que se estacionaran en lugar prohibido, es una radiografía de este México donde estar cerca de la presidencia hace pensar a algunos que pueden pasar literalmente por encima de la la ley, no se diga de las autoridades locales.

Si no acabamos con el México de los privilegios no hay estado de derecho posible (y acabar significa terminar, desbaratar, aniquilar, no es un eufemismo político)

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