Senadores y líderes del PAN piden a Gustavo Madero que no retome la presidencia del CEN

19/01/2015 - 11:14 pm
Gustavo Madero decidiría esta semana si regresa a ocupar su cargo. Foto: Cuartoscuro
Gustavo Madero decidiría esta semana si regresa a ocupar su cargo. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 19 de enero (SinEmbargo).– Un grupo de senadores y líderes del Partido Acción Nacional (PAN) dirigió una carta abierta a Gustavo Madero Muñoz, dirigente nacional con licencia, para exigirle que no retome la presidencia del blanquiazul tras abandonar su cargo en busca de una diputación federal.

“Usted decidió ausentarse de su primera y más importante responsabilidad con el partido para asegurarse una diputación federal por la vía plurinominal. Ya lo consiguió. Ahora apelamos a su conciencia: trace y procure su proyecto político. Será encomiable su éxito. Pero no use el partido en beneficio personal ni como medio para mantener vigencia”, afirman.

“Antes de su personal aspiración está el reto electoral de 2015. Nuestro partido debe seguir continuando. Tome su propia ruta y deje al partido cumplir su misión, la de ayer y la de siempre. Sepárese definitivamente de la jefatura nacional del PAN. Permita que Ricardo Anaya concluya el mandato de esta dirigencia y actúe con autonomía plena. Por congruencia, responsabilidad y, esperamos, por amor a Acción Nacional”, expusieron los legisladores.

Este lunes, el vocero de la fracción parlamentaria del PAN en la Cámara de Diputados, Juan Pablo Adame Alemán, informó que Gustavo Madero decidiría esta semana si regresa a ocupar su cargo.

En entrevista, el Diputado federal por Morelos explicó que la decisión de regresar a dirigir esta fuerza política a nivel nacional sería del propio Madero y así lo explicó el presidente en funciones de Acción Nacional, Ricardo Anaya.

“Su decisión de separarse de la jefatura nacional para obtener una diputación federal no se recibió entre el panismo con empatía. Se interpretó como una decisión que traicionó sus promesas de campaña en pos de la reelección.

No admite otra lectura que un impulso irresponsable y desleal a la reforma estatutaria que los panistas acompañaron con la esperanza de que nuestras dinámicas internas cederían ante un orden estable y cierto. Es la deshonra de su propia palabra, la desmemoria de un compromiso, el provecho oportunista de sus silencios”, sostiene la misiva.

Entre los legisladores que suscriben la carta están los senadores Javier Corral Jurado, Roberto Gil Zuarth, Ernesto Ruffo Appel, Adriana Dávila Fernández, Javier Lozano y Ernesto Cordero, así como la Diputada Verónica Sada y el ex Gobernador de Chihuahua Francisco Barrio Terrazas.

En el documento los panistas le piden a Madero que permita a Ricardo Anaya, actual presidente del PAN, que concluya con su mandato y actúe con autonomía plena.

“Estamos a la espera de lo que decida Gustavo Madero como presidente con licencia. Creemos, según las expresiones que ha dado el propio presidente nacional Ricardo Anaya que estamos ya a días de poder ver la decisión de Madero sobre su retorno a la presidencia del partido”, señala el documento.

CARTA ÍNTEGRA:

Ciudad de México, D.F., a 19 de enero de 2015.
Lic. Gustavo Madero Muñoz
Presidente con licencia
Comisión Permanente
Partido Acción Nacional
P r e s e n t e s

El año pasado, la Asamblea Nacional se alzó en el propósito de una forma renovada de
autoridad en nuestro partido.

Pensamos en ese entonces que la legitimación democrática y los ciclos de renovación

asociados al desempeño electoral, reanimarían el sentido de lealtad institucional y los
incentivos para anteponer el bien de la organización por encima de los intereses
personales.

El partido fue a las urnas con la esperanza puesta en encontrar un nuevo orden
interno y, sobre todo, soluciones al trance ético y político que nos regresó a la
oposición.

Superamos las tensiones del episodio, los dolores de la competencia entre
compañeros de brega y la frustración de la conciencia de todo lo que pudo haberse
evitado, porque confiábamos en que nuestra esencia democrática devolvería vitalidad,
alegría y rumbo a nuestra acción nacional.

Con profundo pesar vemos hoy que el encono y la perplejidad persisten, que nos
hemos dividido en la mezquindad del proyecto personal y que el barco navega sin
aquélla brújula que hizo del PAN el referente moral y de buen gobierno de la política.

Su decisión de separarse de la jefatura nacional para obtener una diputación federal
no se recibió entre el panismo con empatía. Se interpretó como una decisión que
traicionó sus promesas de campaña en pos de la reelección. No admite otra lectura
que un impulso irresponsable y desleal a la reforma estatutaria que los panistas
acompañaron con la esperanza de que nuestras dinámicas internas cederían ante un
orden estable y cierto. Es la deshonra de su propia palabra, la desmemoria de un
compromiso, el provecho oportunista de sus silencios.

Usted se comprometió frente a los panistas a reorganizar al partido y conducirlo con
mérito y dedicación. Con esa divisa pidió el voto y en ese entendido firmó su contrato
social. Jamás dijo que abandonaría a su suerte al partido para garantizar la suerte
propia. Nunca advirtió de cláusula alguna que lo liberase de las responsabilidades que
pidió a los panistas. En ningún momento anticipó que sus obligaciones podían ser
revocadas a la conveniencia de usted mismo.

Sí, es también un gesto inédito de egoísmo. El partido no es paraje para estar mientras
se ilumina nuevo sendero. Nuestros fundadores nos enseñaron que el partido es la
casa común desde la que se procura el bien y, por tanto, no es patrimonio de nadie.

Por eso insistieron en que la generosidad era nuestro principio esencial de conducta:
la disposición a dar antes que a recibir. Su decisión desnuda la idea que usted tiene del
partido. Es una vuelta lamentable, como escribiría el joven Manuel Gómez Morin a su
maestro José Vasconcelos, “a los procedimientos de agudo personalismo en lo que la
organización se hace exclusivamente por un hombre y para un hombre”.

Su decisión no admite excusa en la historia, en la biografía o en la coyuntura de las
generaciones mayores. La candidatura de Don Manuel en 1946 fue el ejemplo cívico
del sacrificio, como lo eran todas las candidaturas de los panistas de primera hora
durante la larga noche del autoritarismo. La de Adolfo Christlieb Ibarrola, el
testimonio de que la participación electoral era la ruta gradualista para conquistar la
conciencia de México. La de Abel Vicencio, una salida para situar al partido en una
época de aliento y unidad.

No son, pues, sus circunstancias, licenciado Madero. La comparación no es más que
una absurda falsificación de su memoria. Las candidaturas no son, como entonces,
testimonio personal de convicción, ni las diputaciones las únicas plataformas para
vencer las vilezas del régimen. En su paso por la dirigencia del PAN, no ha logrado
usted acercarse a la virtud de Don Manuel, de Don Adolfo o de Abel. No puede usted
apelar a su memoria para justificar un destino que no es más que personal aspiración.

Nuestra atención, empezando por la dirigencia, debe estar centrada en fortalecer las
capacidades de la organización, en escoger candidatos competitivos en un ambiente
de unidad y en abanderar una causa que nos reencuentre con los ciudadanos. Ésa es la
razón por la que el partido requiere una dirigencia que no piense en otra cosa más que
en el bien del partido. Sus intereses son todos respetables. Legítima cualquier
aspiración sobre el hoy o para el futuro. Pero Acción Nacional es un empeño mucho
mayor que nunca habrá de quedar a expensas de los apetitos de sus componentes.

Usted decidió ausentarse de su primera y más importante responsabilidad con el
Partido para asegurarse una diputación federal por la vía plurinominal. Ya lo
consiguió. Ahora apelamos a su conciencia: trace y procure su proyecto político. Será
encomiable su éxito. Pero no use el partido en beneficio personal ni como medio para
mantener vigencia. Antes de su personal aspiración está el reto electoral de 2015.

Nuestro partido debe seguir continuando. Tome su propia ruta y deje al partido
cumplir su misión, la de ayer y la de siempre. Sepárese definitivamente de la jefatura
nacional del PAN. Permita que Ricardo Anaya concluya el mandato de esta dirigencia y
actúe con autonomía plena. Por congruencia, responsabilidad y, esperamos, por amor
a Acción Nacional.

Por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos…

Atentamente,

Adolfo Álvarez Álvarez, Victoria Álvarez Chabré, Andrés de Anda, Francisco
Barrio Terrazas, Ignacio Castro Velázquez, Adolfo Christlieb Morales, Felipe
Colomo Castro, Ernesto Javier Cordero Arroyo, Javier Corral Jurado, Leticia
Corral Jurado, Pablo Cuarón Galindo, Adriana Dávila Fernández, Rosa Adriana
Díaz Lizama, Jorge Domínguez Cortez, Ma Guadalupe Espinoza Lares, Ramón
Galindo Noriega, Blanca Gámez Gutiérrez, Adrián García Castro, Roberto Gil
Zuarth, Manuel Gómez Morín M., Javier Livas, Javier Lozano Alarcón, Guillermo
Luján Peña, José Márquez Puentes, Sylvia Leticia Martínez Elizondo, Carolina
Medina Solís, Luis Mejía Guzmán, Luis Monroy Madrigal, Gustavo Muñoz Hepo,
Sergio Nevárez Rodríguez, Carlos Ortiz Villegas, María Concepción Ramírez Diez
Gutiérrez, Alicia Concepción Ricalde Magaña, Ernesto Ruffo Appel, Verónica
Sada Pérez, Norma Sepúlveda Leyva, Humberto Treviño Landois, Martín Vargas
Téllez.

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