Reyna Grande

EU ve como invasores a mexicanos migrantes, cuando están en su tierra: Reyna Grande

Reyna Grande

EU ve como invasores a mexicanos migrantes, cuando están en su tierra: Reyna Grande

Reyna Grande

EU ve como invasores a mexicanos migrantes, cuando están en su tierra: Reyna Grande

18/12/2022 - 12:00 am

La escritora Reyna Grande habló con SinEmbargo sobre su libro Corrido de amor y gloria, una novela sobre la invasión norteamericana a México.

Ciudad de México, 18 de diciembre (SinEmbargo).– “La Guerra entre México y los Estados Unidos ha sido considerada la guerra que los Estados Unidos no puede recordar y México no puede olvidar”. Así inicia la escritora Reyna Grande la introducción sobre su novela Corrido de amor y gloria (HarperCollins), centrada en la invasión estadounidense que arrebató a México la mitad de sus tierras.

Reyna se centra para esta historia en el Batallón de San Patricio, un grupo liderado por el comandante John Riley que estuvo conformado en su mayoría por hombres nacidos en Irlanda que desertaron del Ejército estadounidense para luchar del lado mexicano, una cuestión que una vez perdida la guerra les costó la vida.

“Me contaron la historia de estos inmigrantes, la mayoría irlandeses que desertaron del ejército de los Estados Unidos y se pasaron al Ejército de México y ayudaron a México y eso me intrigó mucho y quise yo saber por qué, porque esa deserción se castigaba con la muerte, fue algo que ellos hicieron y arriesgaron su vida para defender a México de los Estados Unidos y yo quise saber por qué”, compartió Reyna en entrevista con SinEmbargo.

Como toda novela histórica, la nutre desde la ficción a partir de la historia de amor entre Riley y Ximena, una soldadera que queda viuda a partir de esta guerra. “En mi investigación encontré un rumor, que John Riley se había enamorado de una viuda mexicana y luego encontré un poema de John Greenleaf Whittier, se llama Los Ángeles de Buenavista, que trata de la batalla de Buenavista, en México se le llama la Batalla de la Angostura, y la protagonista del poema es una mujer mexicana que se llama Ximena, que está en el campo de batalla atendiendo a los heridos y es ella y otras mujeres mexicanas que están atendiendo a los heridos, son las soldaderas, que prestaban el servicio al ejército, y me intrigó mucho esta mujer”.

Pero al mismo tiempo, Corrido de amor y gloria representa para su autora una cuestión de identidad, un relato a partir del cual entendió que esa tierra —Los Ángeles— a la que llegó de pequeña cuando dejó Iguala, Guerrero, para alcanzar a su papá, le perteneció a mexicanos como ella.

“Creciendo en California, muchas veces esta sociedad me hacía sentir avergonzada de ser mexicana, de hablar español y me hacían sentir que yo no pertenecía aquí, y en los Estados Unidos no se enseña esta parte de la historia, no enseñan sobre la invasión de los Estados Unidos en México, entonces uno crece sin saber que gran parte del territorio de los Estados Unidos fue tierra mexicana, y a todos los mexicanos que estamos acá se nos ve como que nosotros somos los forasteros, como que nosotros somos los invasores, y eso me lo creí porque yo no sabía la historia y no fue hasta que empecé a escribir esta novela, hice mucha investigación y leí mucho sobre ese tiempo histórico, aprendí mucho de lo que pasó, por qué invadieron los Estados Unidos a México, cómo pedimos la guerra, eso me abrió mucho los ojos y también me ayudó a pensar de una manera diferente, y ahí me di cuenta que yo pertenezco aquí, que los mexicanos que vivimos de este lado de la frontera sí pertenecemos aquí, porque aquí estábamos primero”, refirió en ese sentido.

Corrido de amor y gloria, una novela sobre la invasión norteamericana a México.

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—Hablas en la introducción de cómo en Estados Unidos no se habla nada de la invasión a México, y de cómo en esas tierras que se anexaron vivían familias de mexicanos a los que ahora se quiere ver como extranjeros. Tú dejas Iguala, Guerrero, de muy niña. ¿Cómo conecta tu historia personal con esta novela?

—Yo migre de México, a los nueve años, cuando mi papá me trajo a los Ángeles y contrató un coyote para que me pasara a mi y a mis hermanos por la frontera, llegando a Los Ángeles, yo era indocumentada y fue una experiencia que fue muy traumática, toda la experiencia de la migración es muy traumática especialmente en los niños, y creciendo en California, muchas veces esta sociedad me hacía sentir avergonzada de ser mexicana, de hablar español y me hacían sentir que yo no pertenecía aquí, y en los Estados Unidos no se enseña esta parte de la historia, no enseñan sobre la invasión de los Estados Unidos en México, entonces uno crece sin saber que gran parte del territorio de los Estados Unidos fue tierra mexicana, y a todos los mexicanos que estamos acá se nos ve como que nosotros somos los forasteros, como que nosotros somos los invasores, y eso me lo creí porque yo no sabía la historia y no fue hasta que empecé a escribir esta novela, hice mucha investigación y leí mucho sobre ese tiempo histórico, aprendí mucho de lo que pasó, por qué invadieron los Estados Unidos a México, cómo pedimos la guerra, eso me abrió mucho los ojos y también me ayudó a pensar de una manera diferente, y ahí me di cuenta que yo pertenezco aquí, que los mexicanos que vivimos de este lado de la frontera sí pertenecemos aquí, porque aquí estábamos primero, entonces para mí eso no sé, fue un empoderamiento escribir esta historia y finalmente aprender toda la historia que no me enseñaron de niña y para mí sí es importante que a través de la novela los lectores aprendan más sobre esta historia y que finalmente vean a la comunidad mexicana que vive en los estados Unidos como una comunidad que tiene todo el derecho de vivir aquí.

—La frontera fue la que cruzó muchas vidas….

—Sí, porque hay muchas familias mexicanas que viven en los Estados Unidos que pueden trazar a sus antepasados desde mucho antes que estas tierras le pertenecieran a los Estados Unidos. Me da mucho coraje que aquí siempre tratan de enseñar una historia que es manipulada o distorsionada o también una historia llena de mentiras y yo lo que quise hacer como novelista era tratar de corregir un poco esa historia y también centrar el punto de vista mexicano porque acá casi no hay muchas novelas escritas sobre esta guerra, hay muchísimas novelas de la Primera Guerra Mundial, de la Segunda Guerra Mundial, de la Guerra Civil, de aquí de los Estados Unidos, pero casi no hay nada, absolutamente nada, de esta invasión y creo que es muy importante porque tenemos que seguir hablando de cómo los Estados Unidos se ha hecho un país muy poderoso por el imperialismo, por robar, ha robado tierras, ha robado riquezas de otros países, empezando por México”.

—Y ahora es un país que se empeña en denunciar las “invasiones”…

—Sí, así con Rusia, que se me hace un poco hipócrita porque sí, los Estados Unidos ha criticado mucho a Rusia y el imperialismo de Rusia, y tal vez este es un momento para que aquí también empiecen a hablar del imperialismo de los Estados Unidos y aprender y tratar de no repetirla.

—Das cuenta de un batallón en específico, el de San Patricio, ¿cómo es que das con él y cómo guías tu novela?

—Para mí el punto de entrada a la novela fue el Batallón de San Patricio, porque yo no sabía de este Batallón, sino que en el 2013, estaba yo haciendo una presentación de otro libro, de mi memoria La distancia entre nosotros y alguien en ese evento vino y me dijo ‘oye, Reyna tú ¿has escuchado del Batallón de San Patricio?’, le dije ‘no ¿qué es?’ y pues me contaron la historia de estos inmigrantes, la mayoría irlandeses que desertaron del ejército de los Estados Unidos y se pasaron al Ejército de México y ayudaron a México y eso me intrigó mucho y quise yo saber por qué, porque esa deserción se castigaba con la muerte, fue algo que ellos hicieron y arriesgaron su vida para defender a México de los Estados Unidos y yo quise saber por qué.

Entonces empecé a investigar y leí muchos libros sobre el Batallón, sobre John Riley, que fue el líder del Batallón de San Patricio, y lo que a mí me conectó mucho con ellos fue el hecho de que son migrantes y yo como una migrante también, me conecté con su historia y también me sorprendió mucho, porque aprendí de la experiencia de la migración de los irlandeses, que en cierto modo se parece mucho a la migración de los mexicanos y de los latinoamericanos porque Irlanda era un lugar muy pobre, estaba siendo muy oprimido por los ingleses, a los irlandeses les estaban robando sus tierras, se habían convertido en personas muy pobres y ya ves que se dio la hambruna en Irlanda, se estaban muriendo de hambre, entonces los irlandese eran un grupo que sufrían mucho, estaban sufriendo mucho y vinieron a los Estados Unidos a tratar de encontrar una vida mejor y aquí se les discriminó, se les maltrató, estaban sufriendo de muchos prejuicios, y discriminación, y abuso, y muchos de ellos sufrieron mucho en el ejército estadounidense y decidieron ir a México para buscar esa vida mejor en México, y claro que México los recibió con brazos abiertos y valoró todo el esfuerzo que pusieron los sanpatricios para defender al país, y yo quise escribir esta novela como una canción de amor a los sanpatricios. Yo quería contar sobre esta guerra y construir una historia de amor entre John Riley y una enfermera en el Ejército Mexicano, una soldadera, entonces la historia se convirtió en esta historia de amor, pero esa es una historia de amor, pero también es una historia de guerra y es una historia de migración, son esos tres aspectos que yo quise contar en la novela.

—¿Cómo empiezas a unir los elementos dispersos y los unes para dar cauce a tu historia?

—Cuando empecé la novela, empecé con John Riley y cómo él es una figura histórica está en los records militares, cuándo desertó, cuándo se unió al Ejército Mexicano, en qué batallas peleó John Riley, cuándo capturaron a los sanpatricios. Yo tenía muchos datos de John Riley para poder escribir sus capítulos, pero en mi investigación encontré un rumor, que John Riley se había enamorado de una viuda mexicana y luego encontré un poema de John Greenleaf Whittier, se llama Los Ángeles de Buenavista, que trata de la batalla de Buenavista, en México se le llama la Batalla de la Angostura, y la protagonista del poema es una mujer mexicana que se llama Ximena, que está en el campo de batalla atendiendo a los heridos y es ella y otras mujeres mexicanas que están atendiendo a los heridos, son las soldaderas, que prestaban el servicio al ejército, y me intrigó mucho esta mujer en el poema, pero lo único que sabía de ella es que está en ese campo de batalla, pero no hay nada de información de quién era, de dónde venía, nada, nada, nada más está en ese poema en el campo de batalla, y ella se me dificultó como personaje, darle vida, porque tuve que construir todo de ella, de dónde viene, de dónde es su familia, dónde vivía cuando empezó la guerra, quién era su esposo y cómo fue que ella terminó uniéndose al Ejército Mexicano, y cuándo conoció a John Riley, entonces tuve que tejer esa historia que es ficción en la historia real y tratar de mezclar las dos.

—¿Qué fue para ti darte cuenta sobre todos estos acontecimientos?

—Aquí la gente no tiene idea que gran parte de los Estados Unidos antes le perteneció a México, no tiene idea de que los Estados Unidos invadieron a México, no tiene saben que el ejército estadounidense estuvo en la capital mexicana por casi un año, no saben nada de eso, y claro que tampoco conocen la historia de los sanpatricios, cuando los Estados Unidos ahorcaron a 50 miembros de los sanpatricios, es el más grande ahorcamiento que han hecho en la historia de los Estados Unidos, el segundo más grande es cuando ahorcaron a 38 guerreros de la nación Dakota, 38, pero 50 de San Patricio, la gente no sabe esa historia y para mí, cuando estaba investigando, leí que, por ejemplo, en México, creo que tal vez ya no se hace tanto, pero antes hacían un desfile en la Plaza de San Jacinto en San Ángel, ahí hay una estatua de John Riley y también hay, en la pared están todos los nombres del batallón de San Patricio.

—¿Cómo ha sido el recibimiento de tu novela entre la comunidad mexicana que vive en Estados Unidos?

—Los comentarios que yo recibo son de los lectores mexicoamericanos, me dicen ‘gracias por enseñarme esa historia que yo no sabía’ y para mí esa era la meta cuando escribí el libro, era tratar de enseñar esta historia, tratar de crear más diálogos, más conversaciones entre la comunidad, para hablar sobre esta historia que no sabemos y para tratar de empoderarnos como comunidad aquí y también en México. Yo veo los libros que escribo como creando puentes entre los que estamos aquí y los que están allá, tratar de crear esos puentes para compartir nuestra Literatura, para tener esos diálogos, para ver qué es lo que nos sigue impactando como comunidad y también que tengamos una mejor relación, porque eso es algo que creo que como mexicanos tenemos que seguir trabajando para mantenernos unidos y eso fue algo que también en el libro, cuando estaba haciendo la investigación fue lo que más me dolió de la historia, de la parte de México, porque una de las razones por la que México perdió la guerra fue la falta de unidad entre los mismos mexicanos, nuestros líderes mexicanos se pasaban peleando entre sí mismos en vez de unirse para pelear contra los Estados Unidos, se estaban peleando uno a otro, hubo muchos levantamientos de armas, muchos golpes de Estado durante estos dos años de la invasión, y tuvimos cuatro diferentes presidentes y eso para mí me dolió mucho sabe.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.