El doctor Héctor Díaz-Polanco habló con SinEmbargo sobre la investigación que realizó sobre La rebelión de Tehuantepec, “un caso poco conocido porque se trata de una rebelión de la periferia”, pero cuyos efectos persisten hasta nuestros días.
Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).– Durante 1660 el Istmo de Tehuantepec fue escenario de una serie de rebeliones indígenas, sobre las cuales el doctor Héctor Díaz-Polanco realiza una narración puntual en El gran incendio. La rebelión de Tehuantepec (Fondo de Cultura Económica), un libro que nació con base en una profunda investigación y el cual presenta personajes clave en estos sucesos, quienes llevaron a cabo una violenta represión que finalmente acabó con la rebelión. Sin embargo, refiere el texto, “el fuego no se extinguió en el espíritu de los insurrectos, quienes hasta nuestros días siguen luchando por su autonomía política”.
“Estamos ante un caso poco conocido porque se trata de una rebelión de la periferia, habitualmente estamos como la visión muy en el centro, pero también en la periferia ocurren cosas fundamentales. De hecho durante un buen tiempo, el Istmo de Tehuantepec fue centro, se podría decir, mundial, no sólo centro de la Nueva España porque esto es una acontecimiento que está conectado con una serie de eventos a escala internacional, en este caso, podemos hablar de escala mundial porque fue uno de los primeros Sistemas Mundos que registra la historia, el Gran Imperio Español”, comentó en entrevista.
Díaz-Polanco explicó que en ese entonces el Imperio español estaba en guerras en Europa y al poco tiempo empezó a resentir la falta de recursos y por lo tanto a mirar hacia la Colonia para obtener recursos adicionales. De esta manera aplicó todo tipo de cargas impositivas, hasta que se le ocurrió lucrar con los cargos, fue así que empezó a vender los cargos de virrey, de alcalde mayor, de corregidor, etcétera, con lo cual pudo obtener recursos, pero al mismo tiempo dio pauta a que se crearan “métodos extralegales” para que quienes compraran sus cargos pudieran obtener recursos.
“Y esto fue lo que hicieron, crearon, entre otras cosas, un sistema que se extendió por todo Nueva España llamado repartimiento, que era una carga tremenda para los pueblos indígenas. Hay registros de familias enteras de indígenas que se suicidaban porque no aguantaban la presión. Este es un caso sumamente interesante porque revela un montón de fenómenos que incluso tienen impacto y expresión contemporánea”, indicó.
Y en ese sentido añadió: “La condición general de los pueblos indígenas en México y en América Latina, pero particularmente en el caso de Oaxaca, son relaciones, básicamente, relaciones coloniales, se podría decir más correctamente neocoloniales, o de colonialismo interno como también se dijo en su momento, de tal manera que son relaciones en donde estos grupos reciben un tratamiento que deriva de su condición misma de pueblos indígenas, es decir, hay un contenido acá que está determinado por la característica particulares de carácter étnico, histórico y particular de estos grupos, esta situación que se ha prolongado durante siglos no ha desaparecido por completo”.
En este punto, expuso que durante el Virreinato, se generó una contradicción, pues mientras bajaba la población indígena, aumentó la necesidad de acumular riquezas por parte de la corona y por lo mismo de las autoridades locales recurrieron a métodos extra económicos que fueron los que genero este descontento y dieron pauta a “el gran incendio”, es decir a “a rebelión de Tehuantepec. “Eso es lo que explica que se produzcan estos choques y uno de los estallidos más importantes fue este del Istmo de Tehuantepec en donde los indígenas se levantan, asesinan, ejecutan, eliminan a la alcalde mayor, lo hacen en un día muy simbólico para los indígenas hasta el día de hoy, un día de mercado, en el centro de la población y esto empieza a extenderse”.
Díaz-Polanco expuso que el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador se ha referido al tema de los métodos extra económicos, su impacto social y ha señalado como una característica de México es el hecho de que para los fines de la acumulación de capital se basó menos en la explotación asalariada que en la acumulación por métodos de corrupción.
“Lo que quiero destacar es que esto es perfectamente verdad, está en lo cierto el Presidente, pero no es nuevo, lo tenemos desde el siglo XVII por lo menos en la historia de nuestra región. Es decir, se acumula económicamente pero usando métodos no económicos que serían lo particular y lo pacífico de un régimen capitalista, que no necesita digamos de la esclavitud o de la servidumbre para acumular, pero en realidad en los procesos históricos completos siempre hay una parte fundamental de acumulación usando métodos extra económicos que son típicos de esta fase económica”.
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—¿Me podría platicar los rasgos generales de la Rebelión de Tehuantepec?
—Estamos ante un caso poco conocido porque se trata de una rebelión de la periferia, habitualmente estamos como la visión muy en el centro, pero también en la periferia ocurren cosas fundamentales. De hecho durante un buen tiempo, el Istmo de Tehuantepec fue centro, se podría decir, mundial, no sólo centro de la Nueva España porque esto es una acontecimiento que está conectado con una serie de eventos a escala internacional, en este caso, podemos hablar de escala mundial porque fue uno de los primeros Sistemas Mundos que registra la historia, el Gran Imperio Español.
El Imperio español estaba en guerras en Europa y al poco tiempo empezó a resentir la falta de recursos y, por supuesto, empezó a mirar hacia la Colonia para obtener recursos adicionales, aplicó todo genero de cargas impositivas, etcétera, pero finalmente en un punto, terminó ocurriéndose que podía vender los cargos así que empezó a vender los cargos de virrey, de alcalde mayor, de corregidor, etcétera, con lo cual, en efecto, pudo obtener recursos, pero el vender los cargos tenía una implicación y es que el precio del cargo tenía que ser superior a lo que se podía obtener con el cargo en su ejercicio así que esto obligaba a que los gobernadores locales se inventaran métodos extralegales para poder obtener recursos.
Y esto fue lo que hicieron, crearon, entre otras cosas, un sistema que se extendió por todo Nueva España llamado repartimiento, que era una carga tremenda para los pueblos indígenas. Hay registros de familias enteras de indígenas que se suicidaban porque no aguantaban la presión. Este es un caso sumamente interesante porque revela un montón de fenómenos que incluso tienen impacto y expresión contemporánea”
—En un principio en estas relaciones entre conquistados y conquistadores empiezan a haber una disminución en el número de poblaciones indígenas hasta que en un momento entran en una lógica de depredación al decir ‘bueno, es una mano de obra de la cual no podemos prescindir, y empiezan a utilizarla como tal. ¿Cómo funcionó esto?
—Hubo una crisis demográfica muy seria que se había apresado ya en la experiencia en las cifras de El Caribe donde inició el proceso colonizador. Ahí entró la corona y ya con la experiencia de las Antillas decidió que no era buen negocio que con la súper explotación de encomenderos se acabara la población y la corona se quedaba sin tributarios, de tal manera que le convenía proteger a la población indígena no sólo por razones humanitarias, lo fundamental fue que había que salvar al sistema colonial conservando lo fundamental: los criadores de riqueza que eran los macehuales, los indígenas del pueblo llano, que contribuían con su trabajo al enriquecimiento de la corona.
Pero durante una fase, y esta rebelión cae en esa fase, hay una contradicción porque mientras baja la población, aumenta la necesidad de acumular riquezas por parte de la corona y, por supuesto, de los gobernadores locales, corregidores, alcaldes mayores, eso es lo que explica que se produzcan estos choques y uno de los estallidos más importantes fue este del Istmo de Tehuantepec en donde los indígenas se levantan, asesinan, ejecutan, eliminan a la alcalde mayor, lo hacen en un día muy simbólico para los indígenas hasta el día de hoy, un día de mercado, en el centro de la población y esto empieza a extenderse.
—¿Qué repercusión tuvo la rebelión de Tehuantepec en el centro del Virreinato?
—Fue una conmoción total, una conmoción tremenda. En primer lugar, porque cómo podían enfrentar esto. No se atrevía el Virrey de Alburquerque que fue al que le tocó el estallido, no se atrevía a mandar a reprimir porque por otro lado la corona no estaba muy conforme con que se mataran tributarios y porque esto podría crear peligro para la propia estabilidad de la corona, de tal manera que Alburquerque no sabía qué hacer, envía algunos emisarios para tratar de pacificar la zona, entre otros al obispo de Oaxaca, Alonso Cuevas Dávalos, que es uno de los grandes protagonistas de este proceso, digamos, el buen protagonista que finalmente está a favor de los indígenas porque los indígenas están reclamando algo que le conviene al grupo social al que pertenece el obispo que son los criollos, los españoles americanos, es decir, aquellos que habían nacido en América y que se contraponían a los que hacían estos negocios de repartimiento que eran los españoles peninsulares por tanto no le convenía a este grupo que esta rebelión fuera reprimida porque era una rebelión para terminar con un sistema de comercio y un sistema político que no favorecía al grupo de los criollos en ascenso, que eran palafoxianos además, por eso fueron un grupo muy importante.
Todo concluyó en que finalmente el grupo de el nuevo virrey que enviaron para reprimir, el conde de Baños, se impone, pero viene la revancha de los criollos y estos arremeten contra el virrey, envían cartas que el virrey intercepta, pero algunas pasaron, llegaron a España y el Consejo de Indias decide destituir al virrey conde de Baños y nombrar al obispo de Puebla, un palafoxiano defensor del obispo de Oaxaca, que había defendido a los indígenas en el levantamiento, y por tanto la corona nombra virrey a este obispo y este virrey convierte al obispo defensor de los indígenas, en el levantamiento, en arzobispo de México así que en el levantamiento de Tehuantepec termina cayendo el virrey, la máxima autoridad política, termina entrando en su sustitución el defensor del levantamiento de los pueblos indígenas y se convierte en jefe de la Iglesia el defensor directo que fue a pacificar hasta la zona de Tehuantepec, incluso se conmociona y se transforma completamente el sistema de gobierno y los factores de poder en toda la Nueva España a raíz de este levantamiento del Istmo de Tehuantepec.
—Al final, aunque fue por un corto periodo de tiempo, estos pueblos indígenas logran su autonomía…
—Así es. Exactamente, finalmente terminan reprimiendo el movimiento pero durante un año completo y esta es otra característica interesante de este levantamiento, su larga duración relativa, durante un año, los pueblos mantuvieron la autonomía, de hecho incluso admitieron que se enviaran algunos alcaldes mayores a algunas de las provincias, pero los coronistas se encargan de destacarle al virrey con gran alarma que sí llegaron a gobernar pero que no podían hacer lo que hacían antes, tenían que hacer lo que les permitían las poblaciones, de tal manera que durante un tiempo se retornó a lo que los pueblos indígenas querían, que era respeto de aquellas protecciones que habían logrado reconocimiento de derecho durante esta fase del proceso colonial como una especie de pacto sociopolítico y cultural entre los pueblos indígenas y la corona, y que habían empezado a violar estos repartidores abusivos con su acción.
—¿Cómo fue que se empezó a gestar esta cuestión de permitir la corrupción de una manera institucional y saber si esto fue con el tiempo una vez terminada la rebelión, persistió?
—El chiste es que este se convirtió en uno de los factores fundamentales para permitir el funcionamiento del sistema, en consecuencia todo el sistema se fue corrompiendo porque se fue extendiendo el efecto de esto, por ejemplo, el hecho de que se fueron constituyendo grupos de interés en el centro del virreinato que manejaban regionalmente un conjunto de relaciones que les permitían el enriquecimiento. Se creó todo un sistema socioeconómico y político moviéndose alrededor de esta nueva situación. El efecto de los pueblos indígenas fue demoledor en términos de sufrimiento; destruyó en parte fundamental el sistema de los pueblos pero logró al mismo tiempo llamar la atención sobre el hecho que terminaría produciendo un conjunto de reacciones que terminaron derrumbando el sistema político que había establecido ese virrey en particular, el conde de Baños, sin embargo con la represión se volvió a reestablecer el rey, es decir este levantamiento permitió no sólo ver las causas que producían el descontento en la sociedad indígena sino que permitió también darse cuenta del carácter estructural sólido que había adquirido este comportamiento económico.
¿De qué se trata? Se trata de que los clásicos de la economía, incluyendo Marx, llaman mecanismos extra económicos para el sistema económico que en varias ocasiones, el actual Presidente de la República se ha referido al tema y ha señalado como una característica de México el hecho que para los fines de la acumulación de capital se basó menos en la explotación asalariada digamos de los trabajadores que en la acumulación por métodos de corrupción, lo que quiero destacar es que esto es perfectamente verdad, está en lo cierto el Presidente, pero no es nuevo, lo tenemos desde el siglo XVII por lo menos en la historia de nuestra región. Es decir, se acumula económicamente pero usando métodos no económicos que serían lo particular y lo pacífico de un régimen capitalista, que no necesita digamos de la esclavitud o de la servidumbre para acumular, pero en realidad en los procesos históricos completos siempre hay una parte fundamental de acumulación usando métodos extra económicos que son típicos de esta fase económica.
—¿Esos métodos extra económicos sirvieron como base para instaurar tanto en Oaxaca como en el resto del país el sistema político y después, en la entrada del neoliberalismo con el Presidente De la Madrid se agudizaron para poder gestar las condiciones en las cuales gobernaron bastante tiempo?
—Sí, evidentemente los dos extremos, empezando en el siglo XVII y este caso en el libro lo destaco mucho, el proceso de acumulación económica de los grupos dominantes, sobre todo los llamados gobernadores provinciales, es decir, corregidores y alcaldes mayores acumularon los recursos suficientes para comprar el cargo y para pagar los gastos de instalación que era muy altos en aquella época sino que lo convirtieron en el sistema básico de acumulación de capital en esa época, pero en el extremo actual que no me parecería que eso se fue disolviendo y desaparece por completo, no es así, de hecho incluso en uno de los trabajos más célebres, más reconocidos, para explicar el proceso de acumulación durante la época neoliberal es la obra de uno de los grandes pensadores contemporáneos que describen lo que se llama la teoría de acumulación por desposesión, es decir, todo el proceso de acumulación neoliberal está acumulado por ese proceso que describe la teoría de Harvey, así se llama el autor en donde muestra que lo principal del proceso acumulativo durante el proceso neoliberal consistió en el despojo, la apropiación de riqueza pública convertida en riqueza privada y en México es un ejemplo reconocidísimo de esto, de tal manera de que no se necesitan muchos argumentos para recordar que este fue un mecanismo fundamental, mecanismos extra económicos que le permitieron a los neoliberales hacer casi lo mismo que se hizo siglos atrás en los procesos de acumulación de capital.
—En cuestión de entender las condiciones en las que se encuentra a la fecha el estado de Oaxaca, un estado que concentra distintos rezagos ¿Todo esto es una herencia que viene desde el virreinato?
—De hecho la condición general de los pueblos indígenas en México y en América Latina, pero particularmente en el caso de Oaxaca, son relaciones básicamente relaciones coloniales, se podría decir más correctamente neocoloniales, o de colonialismo interno como también se dijo en su momento, de tal manera que son relaciones en donde estos grupos reciben un tratamiento que deriva de su condición misma de pueblos indígenas, es decir, hay un contenido acá que está determinado por la característica particulares de carácter étnico, histórico y particular de estos grupos, esta situación que se ha prolongado durante siglos no ha desaparecido por completo, por supuesto tiene nuevos rasgos, nuevas características, no son las de aquella época en general aunque de repente hay irrupciones de gran brutalidad, pero con las sutilezas nuevas se mantienen básicamente las relaciones de dominación que caracteriza a la relación de lo nacional con lo local como en la época contemporánea, por eso es que se habla en las últimas dos-tres décadas de regímenes de autonomía para estos pueblos.
Lo que se requiere en estos casos es este régimen para poder garantizar el ejercicio de sus derechos particulares y su vida propia como grupos étnicos específicos, lo que no implica separación ni rupturas con la unidad nacional ni nada por el estilo, que es lo que han alegado con mucha frecuencia los defensores de este sistema de relaciones semicoloniales, en realidad, se trata de unidad en la diversidad o de una inserción adecuada a sus condiciones socioeconómicas y culturales de estos pueblos sin romper la unidad política nacional que nadie se propone eso en su sano juicio, pero sí hay una situación que cada estudio que hagamos sobre las situaciones en épocas anteriores en los siglos coloniales nos revela aspectos y nos revela mecanismos resortes de lo que está ocurriendo.