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Álvaro Delgado Gómez

18/06/2024 - 12:05 am

Ni Claudio X. tuvo fe en Xóchitl

“Si acaso, el oligarca admitió que subestimó la capacidad del presidente Andrés Manuel López Obrador como operador político y propagandista, mientras que sobreestimó al PRIAN”.

“Esto va a estar cañón. Estaba duro, se puso peor”, confesó el magnate Claudio X. González Guajardo tras la brutal derrota de Xóchitl Gálvez ante Claudia Sheinbaum, que él mismo admitió que esperaba, y como jefe del PRIAN advirtió a sus seguidores que sólo ofrece lo que Winston Churchill a los ingleses: “Sangre, sudor y lágrimas”.

Fue en una reunión en Atizapán, Estado de México, este sábado 15, cuando el jefe de la oposición de derecha admitió que nunca pensó en que Xóchitl Gálvez ganaría la Presidencia de la República y que el plan era sólo jalar votos al PRI y al PAN para el Congreso:

“Es cierto, yo francamente consideraba muy complicado que ganáramos la presidencial, pero pensaba que nos íbamos a acercar lo suficiente para que nos legara eso una serie de contrapesos en la Cámara de Diputados, en la Cámara de Senadores, inclusive en los estados, y no fue el caso”.

Claudio X. González habló por primera vez, en una primera reunión pública, de la devastadora derrota de la coalición que él construyó en su mansión de las Lomas de Chapultepec, desde 2020, y de la propia Gálvez, a la que elogió.

Fue en la reunión con prosélitos en Atizapán, donde no hizo una sola autocrítica personal como conductor de la estrategia de PRI, PAN y PRD ni del desempeño de Gálvez, que él y sus allegados impusieron, porque —confesó— “Xóchitl no era la candidata natural de esa coalición, hubiera sido otra mujer, otro hombre y Xóchitl fue la candidata correcta”.

Si acaso, el oligarca admitió que subestimó la capacidad del presidente Andrés Manuel López Obrador como operador político y propagandista, mientras que sobreestimó al PRIAN:

“Y como operador político y propagandista no lo deben subestimar. Sobreestimamos las fuerzas de nuestros partidos, que las fueron perdiendo, porque al perder gubernaturas pierdes base territorial”.

Otra vez, como en 2021, Claudio X. González atribuyó la derrota del PRIAN a una “elección de Estado”, pero reconoció que la propaganda en contra de Xóchitl que resultó eficaz:

“La propaganda tuvo su papel: A nuestra extraordinaria candidata le pegaron el mote de la candidata del PRIAN. Y del PRIAN venían hablando durante cinco años en el sentido de que eso significa corrupción, que eso significa pasado, que eso significa oligarquía, de que eso significa abuso. Entonces en lugar que nuestra candidata le entregara frescura a la coalición, la coalición le entregó el discurso maniqueo, falaz, mentiroso del Presidente a nuestra candidata”.

Añadió González Guajardo sobre Gálvez: “Y entonces millones y millones de mexicanos ya no la voltearon a ver, porque de alguna manera tenía una especie de pecado original. Eso, en términos propagandísticos, es muy poderoso. Y un segundo elemento propagandístico: Si votas en contra mía, pierdes los programa sociales. Esto lo hace inconstitucional, ilegal, y todo lo previamente comentado. Pero yo diría que esos elementos, entre muchos otros, son los más poderosos en explicar el resultado del domingo”.

Hijo de Claudio X. González Laporte, asesor personal de Carlos Salinas de Gortari, él mismo participante en la fraudulenta campaña de 1988, González Guajardo convocó, en esa reunión en Atizapán, a una nueva fase de su proyecto opositor con el PRIAN: Hacer la “revolución ciudadana” y prepararse para la elección presidencial del 2030 con base en la denominada “marea rosa”.

“¿Qué toca ahora? ¿Qué toca ahora para la ciudadanía, para los simpatizantes de la marea rosa? Lo primero son comentarios puntuales, introductorios a esta parte. ¿Perdimos una elección? Sí. Pero no perdimos nuestras causas. Nuestras causas están intactas: Democracia, libertad, justicia, igualdad son causas por las que siempre hay que pelear. Están intactas”.

Aunque él no formará un partido con la “marea rosa”, el magnate aclaró que tiene allegados que sí lo van a intentar. Aunque no dio nombres, son los perredistas ya sin partido que creen que con cuatro marchas ya vendrán el registro.

En todo caso, Claudio X. no piensan romper la alianza con PAN y PRI, pero además con el partido Movimiento Ciudadano: “Por el bien del país no podemos hacer eso. ¡No podemos hacer eso! Imagínense ustedes que nosotros ya nos olvidamos de ellos, ya no hablamos con los senadores panistas, con los senadores priistas o con los senadores emecistas. ¿Entonces quién nos va a defender en las cámaras?”

Una novedad apareció en el discurso de González Guajardo, por lo menos de manera pública: La lucha por la igualdad.

“Es libertad e igualdad por lo que tenemos que pelear. Porque si no terminamos con el caldo de cultivo de lo que provoca el populismo, la pobreza, la desigualdad, la falta de movilidad social, la corrupción, etcétera, entonces siempre va a tener latente el problema. Nosotros nos tenemos que poner de lado también de la igualdad”.

No está mal que el oligarca retome el tema de igualdad, de justicia, sólo que hace falta que auténticamente se comprometa más allá del sólo discurso. Y habrá que ver si también sus aliados del PRIAN lo asumen.

Por lo pronto, el patrón del PRIAN ha convocado a disputar a Morena y sus aliados todos los espacios de poder, incluyendo en el Congreso, sobre todo si la coalición oficialista obtiene en definitiva la mayoría calificada.

El plan de la “revolución ciudadana”, dijo, es no sólo pensar en la elección presidencial de 2030, sino las estatales. “Entonces nos tenemos que ir pertrechando, están las municipales, los congresos locales”.

Y aclaró: “Quitarles el poder no es cosa de un trancazo. Hay un trancazo definitivo, pero les tenemos que estar constantemente quitando espacios y conservando las islas de la resistencia”.

En esas anda Claudio X. González, con la “marea rosa”, su nuevo juguete.

Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.

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