Plan de Vivienda de EPN carece de reglas claras; es catálogo de buenas intenciones, dicen expertos

18/03/2013 - 12:00 am

Ciudad de México, 18 de marzo (SinEmbargo).– “El tren de la vivienda seguirá en marcha”, aseguró el Presidente Enrique Peña Nieto al presentar recientemente su Plan Nacional de Vivienda. Pero, según críticos, hasta ahora ni tren ni vivienda ni marcha.

El 11 de febrero, Peña Nieto dijo que en el presente sexenio se construirán mil nuevos hogares, más amplios –con dos recámaras– y con prioridad a las zonas rurales. Sin embargo, el plan nacional en la materia presenta ambigüedad en las reglas, sin contar que las condiciones del sector en los últimos años no han sido las mejores.

“Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”, dice el Artículo 4 de la Constitución, pero la realidad muestra otra cara e incluso el propio Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha reconocido que ese derecho es limitado.

Ante constructores, diputados y presidentes de consejos nacionales de vivienda, Peña Nieto instruyó a las secretarías de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, y de Hacienda y Crédito Público instrumentar un nuevo mecanismo de seguridad social enfocado a la adquisición de viviendas, esto con el fin de terminar con el rezago de vivienda, estimado en nueve millones de casas.

Su ambicioso plan –basado en cuatro ejes– estará ligado a la Cruzada Nacional Contra el Hambre y al Programa de Prevención del Delito. Dijo que también se busca apoyar a las fuerzas armadas y policiacas para que adquieran una vivienda digna.

Las reglas a partir de las cuales se regirán los nuevos criterios se vivienda se publicarán hasta mediados de año y comenzarán a ser vigentes en 2014, lo que ha generado inquietudes.

Sin embargo, el rezago tiene muchas vertientes y se arrastra desde sexenios pasados. Datos oficiales refieren que en 2004, México presentaba un déficit habitacional de 9.5 millones de viviendas. Para 2009, esta cifra se redujo a 8.9 millones y el año pasado incrementó arriba de los nueve millones.

A esto se suma la mala planeación y falta de recursos. Según el Comité de Producción Social de Vivienda del Consejo Nacional de Vivienda, 63% de los hogares en el país en 2010 se originaron de la autoconstrucción.

La presentación del plan del Ejecutivo no fue bien recibida por las constructoras, pues las acciones de cinco de las seis empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores registraron pérdidas de valor tras el anuncio.

A esta tendencia negativa se sumó el PAN en el Senado, que presentó un punto de acuerdo luego de calificar el Plan Nacional de Vivienda como “un catálogo de buenas intenciones”, que “no contempla líneas de acción ni estrategias concretas y tampoco explica cómo se va a controlar la expansión de manchas urbanas”.

Ahora resta esperar para conocer las reglas del proyecto, mismo que se enfrenta a cifras nada alentadoras.

EPN presentó su plan de vivienda el pasado 11 de febrero. Foto: Presidencia de la República

De acuerdo con el análisis “Estado Actual de la Vivienda en México 2010”, México presentaba en 2004 un rezago habitacional de 9.5 millones de viviendas. Para 2009, esta cifra se redujo a los 8.9 millones. En tanto, datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que en 2010 el rezago habitacional (RH) era de 9 millones 37 mil 690 hogares.

Ocho entidades federativas concentraban 53.7 por ciento del RH: Veracruz, Chiapas, México, Baja California, Oaxaca, Guerrero, Chihuahua y Michoacán.

En el reporte “México: Rezago habitacional, Demanda de vivienda 2012 y Bono demográfico”, el hacinamiento se concentraba en 561 mil 294 hogares, por su parte las viviendas con materiales en deterioro –lámina de cartón, carrizo, bambú, embarro, palma o paja– agrupaban a 1 millón 140 mil 839 casas.

Tras la crisis en el sector inmobiliario de 2009, el entonces Presidente Felipe Calderón firmó el 13 de marzo de ese año un Pacto Nacional por la Vivienda para Vivir Mejor, mismo que dijo daría prioridad a las familias de menores ingresos.

Con dicho proyecto se buscaba que los organismos promotores de vivienda mantuvieran sus inversiones con el fin de poder construir y remodelar más de 800 mil casas –600 mil nuevas– ese año. Todas ellas bajo lineamientos de sustentabilidad como ordenamiento territorial, diseño urbano y ecotecnologías en los desarrollos habitacionales.

El plan suponía la generación de más de 2.5 millones de empleos temporales en la construcción, mientras que organismos como el Consejo Nacional de Vivienda (CONAVI) y el Consejo Nacional de Población (Conapo) canalizarían en conjunto más de 7 mil 400 millones de pesos para apoyar acciones de vivienda.

También se pidió a los intermediarios financieros otorgar por lo menos 150 mil créditos hipotecarios para adquisición y mejoramiento de vivienda en 2009.

Sin embargo, la política de vivienda del panista fue duramente criticada por sus opositores, quienes aseguraron que había fracasado. Durante la campaña electoral del año pasado, los candidatos arremetieron contra la medida.

Calderón rechazó que hubiera fracaso e incluso defendió el proyecto de su antecesor, Vicente Fox Quesada. Dijo que de 2001 a 2011 se financiaron 10.5 millones de viviendas.

“Nunca antes, y lo aseguro categórico, nunca antes en la historia de México se había contado con una política de vivienda tan eficaz, tan incluyente y tan exitosa como la impulsada en las dos últimas administraciones”, sostuvo entusiasta Calderón Hinojosa.

Uno de los programas que más impulso tuvo durante los 12 años de gobiernos panistas fue el de “Piso Firme”, mismo que al final generó más dudas que aciertos, luego de que la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota presumiera durante su campaña que cuando estuvo al frente de la Sedesol había atendido a tres millones de familias, mientras que el PAN aseguraba que en 12 años se instalaron 2 millones 400 mil pisos firmes.

Rezago habitacional. Foto: Cuartoscuro

En mayo de 2010, el Comité de Producción Social de Vivienda del Consejo Nacional de Vivienda reveló que al menos 63 por ciento de los hogares en el país se originaron de la autoconstrucción de familias que tardan 10 años en promedio en edificar sus hogares “cuartito por cuartito”.

Destacando la falta de planeación en los proyectos de vivienda, el organismo destacó que el país requerirá 20 millones de acciones en este rubro en los próximos 20 años, de los cuales 13 millones serán para casas nuevas y el resto para mejoramiento.

Según el comité existen tres grandes segmentos de demanda de vivienda: la derechohabiencia, que es atendida por el Infonavit, Fovissste; no contar con derechohabiencia pero con capacidad de pago, y no ser derechohabiente ni contar con capacidad de pago.

El informe “Estado de la vivienda en México 2010” también revela que 70 por ciento de las familias tiene dificultades para adquirir una vivienda con sus ingresos disponibles, lo que las obliga a endeudarse. Pero existe un sector de la población –20 por ciento– que no tiene manera de adquirir un crédito.

Además, existe otro problema en esta materia: el abandono de casas.

De 2005 a 2010 el número de viviendas desocupadas aumentó de 4.3 a 5 millones. Las causas de este fenómeno son principalmente el desempleo, carencia de servicios y la violencia. En el primer caso, al no contar con ingresos, las familias se ven en la imposibilidad de continuar una hipoteca y abandonan su casa.

También se da el abandono porque los inmuebles están muy lejos de los centros de trabajo o de estudio, o debido a que no tienen agua o drenaje.

Finalmente, el azote de la violencia orilla a decenas de familias –sobre todo en las zonas fronterizas– a irse de sus hogares en busca de un sitio más seguro.

Tan sólo en el norte, 23 por ciento de las viviendas se halla en esta situación.

Mala planeación, otro de los problemas en materia de vivienda. Foto: Cuartoscuro

En cuanto a la forma de acceder a un hogar, el Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, FOVISSSTE, ofrece a sus afiliados siete diferentes tipos de créditos:

*Créditos Tradicionales.- Se otorgan a través del sorteo anual y pueden ser utilizados para vivienda nueva y usada.

*Créditos con Subsidio.- Están dirigidos a la población de menor ingreso. La casa debe cumplir ciertas características, requisitos y puntuación que CONAVI establece.

*Créditos Pensiona2.- Diseñados para los pensionados del ISSSTE que no rebasan los 74 años con 11 meses y que no gozaron de un crédito hipotecario de FOVISSSTE.

*Créditos Alia2.- Son autorizados por orden de ingreso y sujetos a la disponibilidad del FOVISSSTE, y cuenta con distintas especificaciones, como se individual y contar con un monto máximo de crédito que se obtiene en base al salario de la pensión y la edad del pensionado, entre otros.

*Créditos Conyugales.- Es para derechohabientes del FOVISSSTE, casados y cuyo cónyuge cotiza al Infonavit.

*Créditos Alia2 Plus.- Busca potenciar el saldo de la subcuenta de vivienda del SAR (Sistema de Ahorro para el Retiro) y puede ser aplicado para adquisición de vivienda nueva o usada.

*Créditos Respalda2.- FOVISSSTE aporta los recursos equivalentes al saldo de la subcuenta de vivienda del SAR del cotizante como com-plemento al crédito que obtenga el derechohabiente de la (Entidad Financiera) EF.

Quienes no cuenten con este tipo de apoyos, pueden tener un hogar gracias a ciertos criterios como un enganche mínimo del 10 por ciento del inmueble, estudio socieconómico tercerizado por una EF, comprobar ingresos, entre otros.

El 11 de febrero pasado, Peña Nieto presentó su Plan Nacional de Vivienda, un “nuevo modelo enfocado a promover el desarrollo ordenado y sustentable del sector; a mejorar y regularizar la vivienda urbana, así como a construir y mejorar la vivienda rural”.

Este proyecto no estará a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social, sino de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).

Destacando la gran demanda de vivienda, Peña Nieto aseguró en su discurso que actualmente existe un rezago estimado es de aproximadamente nueve millones de casas, mientras la población sigue creciendo.

Para atender esto, el Gobierno federal se comprometió a impulsar más de un millón de acciones de lotificación, construcción, y ampliación y mejora en hogares, tanto en campo como en las ciudades.

Con el fin de lograr los objetivos, este plan estará relacionado con la Cruzada Nacional Contra el Hambre, que contempla 400 municipios, donde se dará prioridad a la ampliación y mejoramiento de vivienda.

También se vinculará con el Programa de Prevención del Delito, “porque hemos señalado que la mejor manera de combatir al crimen organizado, de combatir los delitos que más lastiman la convivencia social, sin duda, es a través de la prevención. Y eso significa cambiar el entorno, cambiar las posibilidades de desarrollo individual que hay entre los mexicanos”, dijo el mexiquense.

Durante su ponencia, el mandatario también dio a conocer que se incrementarán los apoyos para la adquisición de vivienda por parte de los elementos de las Fuerzas Armadas y de las agrupaciones policiacas.

LOS CUATRO EJES EN VIVIENDA DE EPN

1. Lograr una mayor y mejor coordinación interinstitucional. La Comisión Nacional de Vivienda, CONAVI; la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra, CORETT, y el Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares, FONHAPO, serán sectorizados y coordinados por la SEDATU.

2. Transitar hacia un modelo de desarrollo urbano sustentable e inteligente, con el fin de evitar la expansión de manchas urbanas, que hacen prácticamente inviable e insostenible para muchas familias, “tener que trasladarse a sus lugares de residencia a grandes distancias, con problemas y carencias de servicios básicos, como el transporte, seguridad y, sobre todo, las muchas horas que dedican para poder ir y regresar a sus lugares de residencia”.

3. Reducir, de manera responsable, el rezago de vivienda.

4. Procurar una vivienda digna para todos los mexicanos. “Una vivienda se convierte en un mejor hogar cuando es cómoda y tiene los servicios básicos, cuando ayuda a elevar la calidad de vida de quienes la habitan”, expuso.

Ese mismo día, el Ejecutivo instruyó al SEDATU dos primeras acciones:

-Coordinar con los Organismos Nacionales de Vivienda una estrategia que permita alcanzar la meta de que toda la vivienda popular financiada o subsidiada por el Estado cuente, con al menos, dos espacios, dos recámaras, y se evite tener espacios muy reducidos para las familias mexicanas.

-Asegurar que el desarrollo urbano se dé en condiciones de equilibrio con el sector rural y con respeto al medio ambiente, y a nuestros recursos naturales.

Con este plan, ahora los créditos que destinarán el Infonavit y el Fovissste, serán sólo para los desarrolladores que dispongan del “aval certificador” que otorgará la SEDATU.

Sin embargo, las nuevas reglas para implementar las cuatro directrices del plan se darán a conocer hasta mediados de año y empezarán a regir en 2014, según la Comisión Nacional de Vivienda.

Apenas se había anunciado el proyecto y ya se presentaban problemas.

Tras el anuncio las empresas líderes del sector de la construcción vieron caer sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

A la mañana siguiente de haber sido presentado el plan, el valos de los títulos de cinco de las seis empresas dedicadas al ramo de vivienda presentaban pérdidas de valor.

Las acciones de Consorcio Ara retrocedían 5.38 por ciento, las de Corporación Geo perdían 4.54 por ciento y los títulos de Desarrolladora Homex caían 1.58 por ciento.

Lo mismo ocurrió con las acciones de Sare Holding con un retroceso de 7.93 por ciento, mientras que Urbi Desarrollos Urbanos perdía 6.60 por ciento.

Para muchos de los empresarios, el plan del Gobierno muestra la intención de reducir los subsidios públicos al sector, limitando la construcción de viviendas a las afueras de las ciudades, donde las constructoras concentran sus propiedades.

También se habló de cierto temor en la rama por el posible freno a la construcción, pero las autoridades aseguraron que se continuarán creando viviendas.

Una incertidumbre podría basarse en la creación de la SEDATU, que podría frenar el desempeño de las constructoras tal como ha sido hasta ahora.

A esto se suma la inquietud por la reducción de subsidios al sector de nueve mil millones el año pasado a seis mil millones en 2013.

Las dudas que surgieron tras la presentación de Peña Nieto, llevaron a los senadores a publicar un punto de acuerdo el pasado 19 de febrero para exigir a a la SEDATU una explicación más detallada de la estrategia, en torno a la planeación que deberá tener con las empresas constructoras y los representantes estatales.

También piden indicar cómo se resolverá la falta de terrenos para vivienda, pues el área existente es privada.

Ana Leticia Hernández Julián
en Sinembargo al Aire

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