Ciudad de México, 18 de febrero (SinEmbargo).- Los tigres, los rinocerontes y los elefantes son especies en peligro de llegar a la extinción debido al tráfico ilegal en el mundo. Sin embargo, no sólo se trata de estos grandes mamíferos, pues los pangolines, como se conocen comúnmente, son unos de los animales más traficados en Asia y en África durante los últimos años.
La demanda de los manis va en incremento. Estos animales habitan únicamente en las regiones tropicales de Asia y en África, hábitats de donde son extraídos para su venta en el mercado negro utilizado también en la medicina tradicional como “pociones de amor”.
Su precio en el mercado ilegal oscila entre los 24 mil euros, según información de las aduanas recabada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). Esta especie se encuentra en el listado de protección por el Comité Permanente de la Convención Internacional para la Protección de Especies Amenazadas (CITES).
Las ocho especies que se conocen de este mamífero se encuentran también bajo protección de las leyes nacionales e internacionales, dos de ellas están en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).
En la actualidad se contabilizan por lo menos 220 mil pangolines que fueron incautados por las autoridades desde el año 2000 y es muy probable que se trate de una fracción de los que son sustraídos ilegalmente a los mercados asiáticos.
El 60 por ciento de todos los pangolines se encontraban en vivos o ya como carne, el resto eran escamas y cadáveres completos.
Los países que principalmente compran la carne de este animal son China y Vietnam, donde se considera una delicia como platillo.
Esta especie también enfrenta la pérdida de su hábitat, además que hay una falta de investigación sobre el comportamiento de los pangolines en su entorno natural por ser seres nocturnos.
Es por ello que los pangolines que existen en cautiverio no son tratados debidamente, ya que poco se conoce sobre el alimento de estos animales y muchas veces les dan otro tipo de comida que les ocasiona problemas digestivos.
El plan que realizaron varios conservacionistas internacionales para arreglar el problema requiere de 4 millones de libras, en el que uno de los objetivos principales es erradicar la demanda tan alta así como una campaña para hacer consciencia sobre el peligro que enfrenta esta especie.
