Los presuntos inocentes

17/12/2014 - 12:00 am

“Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad”, esta es la versión moderna de la presunción de inocencia. En otras palabras, sólo son presuntos inocentes los señalados por algún crimen y mientras no se compruebe lo contrario.

Con esta consideración propongo un listado de presuntos inocentes desde la perspectiva ciudadana, para posteriormente exigir que se conviertan en presuntos inocentes ante la ley.

Esta lista la elaboré con base en múltiples opiniones, análisis e incluso declaraciones de testigos de aquella noche, aunque también consideré algunas reflexiones menos serias y teorías de conspiración, por lo que los datos navegan entre la verdad histórica y literaria, como todo litigio jurídico.

En primera posición ubico al gobernador de Guerrero, identificado con el alias “Don Ángelo Agarra” para respetar su privacidad, a quien se le acusa de conspirar para cerrar la Normal de Ayotzinapa junto con el segundo de la lista, “Milio Pingüino”, un altísimo funcionario de la Secretaría de Educación. Presuntamente, ambos enfrentaron a la institución porque pervertía a los jóvenes, inculcando ideas de la educación como agente liberador y dirigiendo sus estrategias de aprendizaje al pueblo sumiso, además de que levantó banderas ecológicas que dificultaron el desarrollo de la economía estatal.

También se señala a “Don Ángelo” de, tras usar el departamento de inteligencia política del estado para espiar a los normalistas sin autorización judicial y averiguar que se dirigían a Chilpancingo, ordenar el desvío de los jóvenes hacia Iguala, donde estarían a merced de los tercer y cuarto nombres de la lista: El alcalde “Edward” (como el vampiro de Crepúsculo) y su mujer “Maléfica” (en honor a la bruja malvada de Disney). De esta manera, habría sido puesta en acción la primera fase del plan “Ni una Normal Rural más”.

En tercer lugar, se le acusa de gestionar la impunidad para la pareja municipal ante “Charlie Verrete”, el quinto de la lista, después de recibir la información de que había varios normalistas muertos y otras tantas decenas detenidas. Este mismo sujeto, presidente de un partido político a nivel nacional, también habría cabildeado para proteger al gobernador, que por último se le acusa de no asumir su responsabilidad con la excusa de que nunca fue informado de las detenciones.

El sexto presunto inocente es “El Generalísimo”, acusado de decidir, junto con “Edward” y “Maléfica”, la suerte final de los detenidos. Debe investigársele también sobre la probable incineración e disposición ilegal de uno o varios de los normalistas asesinados.

De la investigación y declaraciones de estos presuntos se obtendrá más información sobre el caso y saldrán a la luz los nombres de otros tantos ignotos, entre los que se encontrarían funcionarios cercanos al Cisen y la Policía Federal y representantes de algunas empresas extranjeras, que pretenden la  posesión de fundos mineros y que ya habían exigido un alto a los normalistas debido a su alianza con líderes comunitarios que dificultaban sus objetivos industriales.

Finalmente, agrego a la lista a “Don Quique”, a quien se le acusa de, por no leer a Maquiavelo, permitir que cada quien (chico o grande) hiciera planes, complots y compras de casas y ranchos a sus espaldas, encubriéndolos y permitiendo el desarrollo de un proceso desestabilizador político y económico sin parangón desde el Callismo.

Quiero dejar claro que en la investigación a los presuntos, se deben respetar todas sus garantías derivadas del texto constitucional y de todos los tratados internacionales y siempre considerarlos inocentes hasta que se compruebe lo contrario en los términos de la segunda parte del citado precepto, que reza: conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

La lista de presuntos inocentes queda así: Don Ángelo Agarra, Milio el Pingüino, Edward (capturado), Maléfica (arraigada), Charlie Verrete, El Generalísimo, los ignotos de gobernación y las mineras y Don Quique, quien que seguro dará pena a sus nietos.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.
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