Entrevista

Taibo II: no me preocupa lo de mi nacionalidad. Trabajo en mi plan: lo que veo en el FCE no me gusta

17/11/2018 - 9:30 pm

 “Estoy al margen de ese proceso”, dice Paco Ignacio Taibo II con respecto al debate sobre su nacionalidad, y prefiere concentrarse en su tarea de adentrarse a la problemática del Fondo de Cultura Económica.

“Se vienen cambios muy profundos”, dice el escritor que se ha enterado de todos los problemas que existen en la institución que dirigirá y que sólo le dejará cuatro horas por semana para escribir “aunque sea un libro de 100 páginas por año”.

No cerrará ninguna librería, eso sería un pecado para quien ha defendido los libros contra viento y marea. Bajará, eso sí, los precios del FCE y hará “ediciones popularísimas”.

Ciudad de México, 17 de noviembre (SinEmbargo).- Paco Ignacio Taibo II está tranquilo. Sabe que lo respalda un Gobierno que ha arrasado en las urnas y que el pueblo no discute su “mexicanidad” a rajatablas. Entrevistarlo año tras año por sus libros, por la Brigada para leer en Libertad, es distinto. Le espera una institución que nació el 3 de septiembre de 1934, fundada por Daniel Cosío Villegas, con 123 librerías y con muchos, muchos vicios.

“Hemos ganado las elecciones y no me han designado para maquillar el FCE [Fondo de Cultura Económica]. Habrá cambios muy profundos”, dice Paco tranquilo, pero uno sabe que lo que le espera es una tarea monumental que le quitará sus tiempos de escritor, a la que tenía más o menos controlada y que, como dice Elena Poniatowska, iba a publicar tal libro este año, tal libro el otro.

“Me dejará al menos cuatro horas por semana y lo dedicaré a hacer libros chicos, un libro por año”, se ilusiona.

Con respecto a la nacionalidad, conforme algunos lo han criticado por haber nacido en Gijón, Paco comenta lleva 60 años siendo mexicano de hecho y aproximadamente 40 de nacionalizado. La Constitución establece que todos los mexicanos son iguales. Él habla de la justicia e injusticia para analizar la Ley de paraestatales, una Ley que le sirvió a Gustavo Díaz Ordaz para darle el último golpe a Arnaldo Orfila en el Fondo de Cultura Económica.

–¿Te preocupa el tema de la nacionalidad, que el FCE pone el ser mexicano como condición para asumir la dirección?

–Yo estoy al margen de ese proceso, estoy ahora dedicado a armar mi estrategia, a ver los problemas y a pensar cuál será el destino del FCE. La pregunta acerca de mi nacionalidad es incorrecta, deberíamos preguntarnos si es justa o es injusta. Si no puedo tomar mi posesión, lo entregaré y pasaré las cosas a quien me siga. Habría que preguntarse las canalladas de Gustavo Díaz Ordaz cuando lo llamó “argentino subversivo” a Arnaldo Orfila. Esa es la gran pregunta.

***

–Estás súper entusiasmado por la pronta conducción del FCE, pero ¿no crees que te quitará algo de tiempo?

–Me va a quitar todo. Quiero intentar preservar algunas horas al mes para escribir y de vez en cuando ir a dar una conferencia con la Brigada para Leer en Libertad o echar una mano en mis ratos libres de ciudadano, pero está claro que el Fondo ocupará horas y horas y lo que está claro que habrá que dirigirlo nacionalmente no desde una oficina en el sur. Lo que tienes es armar es una operación nacional, el valle de México tiene posibilidades de enfrentar desde el punto de vista de lector el acceso a los libros, aunque vamos a hacer cambios profundos. Pero el interior es un desierto y allí vamos a llevar la movilización.

–Los libros no llegan al interior, es así

–Y cuando llegan está a precios pecaminosos, incomprables. En estos momentos hay bloqueos culturales para leer por parte de los adolescentes, a los que la educación los ha castigado, a los que les dicen que leer es obligación, leer es tarea y los vacunan contra la lectura cuando la lectura es un placer. Los otros son los precios, tenemos que hacer una política para bajar los precios de los libros.

–¿Esa va a ser tu política central?

–La nueva colección popular, vamos a ver hasta dónde podremos llegar, será una colección a muy bajo precio. Andamos viendo, empezamos a hacer números y a analizar los costos, la producción, la otra es crear una librería de verdad. En estos momentos entre las que hay en Educal y las que hay en el Fondo vamos a tener control de 123 librerías en el país. La mitad de ellas están quebradas, la mitad tienen los libros que no deberían tener y a nadie le interesa, la otra mitad tiene lastres burocráticos…vamos a ir una por una, no vamos a cerrar ninguna librería, las vamos a adaptar, a mejorar, a darles más vida…La tercera bronca es que tenemos que desarrollar un plan de fomento a la lectura muy potente. Tenemos que ir a las escuelas normales de este país, para decirles que si ellos no descubren el placer por la lectura no le van a traspasar ese placer a sus alumnos. La lectura por placer, esa será nuestra consigna. Le vamos a quitar el polvo viejo, el olor a cementerio de elefantes priístas que tiene el Fondo. Vamos a publicar unas cosas sorprendentes.

Vamos a necesitar un tiempo de tomar posesión para tener respuestas ante estas cosas que no me gustan nada y actuar en consecuencia. Foto: Cuartoscuro Agencia

–También hay que preservar los clásicos, ¿verdad?

–Primero hay que definir “clásico”. Hay un catálogo excelente en el FCE que hay que sostener y seguir publicando, pero no podemos darnos el lujo de que una colección como Breviarios salga 1300 pesos cada libro. Tenemos que hacer que los breviarios vuelvan a ser libros baratos y accesibles. Tenemos que asumir la divulgación de la ciencia, pero no tenemos que publicarla. La ciencia que la editen el Conacyd, la Universidad y nosotros a distribuirlos. Tenemos que asumir los clásicos pero los grecolatinos no, lo está haciendo la Universidad maravillosamente, que lo siga haciendo y nosotros apoyarlos en la distribución.

–¿La distribución va a ser otra de tus políticas?

–Va a ser clave en este asunto, porque podremos pactar con decenas de instituciones, para que ellos se hagan cargo de la producción editorial especializada, la que va a 25 alumnos de posgrado, a 100, vamos a ser un montón de ediciones digitales para ponerlas gratis en las bibliotecas de tema. En todas las bibliotecas de historia que más o menos debe de haber un centenar vamos a mandarle las obras de Guillermo Prieto gratis. ¿Qué Guillermo Prieto vamos a publicar? Los dos o tres libros de divulgación de Prieto, que son fascinantes, pero no vamos a invertir un millón y medio de pesos para publicar toda la obra de Prieto. El papel hay que reservarlo para los lugares en donde no se lee lo digital.

–¿Quiénes son tus más cercanos colaboradores?

–Esa lista es secreta, para que no les den la lata en esta etapa. El equipo que viene trabajando es de 22 personas, el equipo clave que me da muchísima confianza. Se levanta con ánimo de ir con todo. Luego necesito un Consejo Editorial que Andrés (Manuel López Obrador) nombrará a los representantes del lado civil y luego las instituciones nombrarán a sus representantes. Voy a proponerle una lista a Andrés en estos días.

–¿Qué cosas te esperas encontrar difíciles?

–Ya me las encontré, varias cosas que no me gustan de las que todavía no quiero hablar porque necesito tener pruebas en la mano, que no me gustan nada, tanto en Educal como en el FCE como en la DGP. Hasta ahora lo que hemos hecho es investigación, preguntar, charlar y nos dan respuestas. Vamos a necesitar un tiempo de tomar posesión para tener respuestas ante estas cosas que no me gustan nada y actuar en consecuencia. Luego hay otras que no me gustan nada, que tienen que ver con conceptos. El FCE se convierte en un lugar de relaciones públicas de ex funcionarios, de elefantes blancos, del aparato, repleta de formalidad, de jerarquía, gastos innecesarios en cócteles y en alfombras rojas, creación de librerías fuera de México y que hoy por hoy todas ellas son deficitarias. No es porque el dinero sea la clave, pero lo que no podemos es subsidiar la burocratización, la formalidad. El subsidio debe ir para la gente que no tiene dinero para comprar los libros y vamos a generar colecciones no populares, ¡popularísimas!, con literatura ilustrada, probablemente recuperemos las lecturas mexicanas que hicimos hace 20 años y que se vendían a 3 pesos. La que me parece a veces desconcertante es la manera en cómo se dirigen estas instituciones, se dirigen desde la distancia y con memorándums absurdos. En esta librería, por ejemplo, no pueden entrar los niños en el piso de abajo, tienen que ir al piso de arriba, pero por favor, que entren todos a la hora en que fuera. “Aquí no podemos hacer ofertas”. Hicimos compras a lo pendejo, de libros carísimos y están por delante en nuestras librerías. Hay que hacer una política de donaciones, de tal manera que libros que tenemos muertos puedan ser útiles. No vamos a destruir libros. Eso tampoco va a pasar. En Educal tenemos 1 millón 900 mil libros en bodega y en el FCE debemos andar por ahí. El día en que yo cierre una librería me suicido. ¿Cerrar 40? Me suicido 40 veces. Hay que reubicarlas, cambiarles de concepto, llevarlas a otro lado en la misma ciudad, pero ¿cerrarlas?, necesitamos que haya más, no menos, pero también necesitamos que sean rentables.

–¿Vas a entrar a un lugar donde no te gustan muchas cosas, vas a tener que echar a mucha gente?

–En los niveles superiores voy a prescindir de toda la estructura, pero son 60 cargos en el FCE, en Educal y en DGP, no vamos a despedir a trabajadores, se va a perder gente porque se terminan sus contratos y no vamos a poder renovarlos, porque las instrucciones de Andrés son claras en ese sentido.

–Ahora bien, el FCE ha sido como una bota del PRI, ¿esto será una expresión de Andrés Manuel López Obrador?

–No creemos en la política de Estado, no creemos en que las editoriales deben ser embajadas extraoficiales del aparato del Estado. Creemos en la democracia, en la libertad y en la libertad de debate. Mis gustos no van a dominar las decisiones editoriales, aunque sin duda van a influir. Los autores que no me gustan seguirán siendo publicados, aunque hay niveles, que en la Educal el libro que más se haya vendido sea el de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, quiere decir que alguien estuvo optando por una política economicista y nosotros no vamos a difundir la autosuperación.

–¿Te reuniste con José Carreño?

–Una vez. Le pregunté si era cierto que tenía un restaurante particular para el director, con un chef y no me contestó. Supongo que no sé si será cierto, como hay otro rumor de que hay una cava de vinos en el FCE, si es así, entraremos los venderemos todos y haremos libros para los niños pobres de Pachuca. Ganamos las elecciones y no vine a maquillar el FCE.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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