Allá por mediados de 2018, el sino del escorpión lo llevó a una reunión pública con los voceros en materia de cultura de los entonces aspirantes a la Presidencia, representantes “culturales” considerados como posibles secretarios de Cultura. Al encuentro, realizado en el auditorio Roberto Cantoral de la SACM, asistieron Raúl Padilla, representante del candidato panista Ricardo Anaya; Beatriz Paredes, en representación del priista José Antonio Meade; Consuelo Sáizar como vocera de Margarita Zavala, y, por parte del morenista Andrés Manuel López Obrador, participó Alejandra Frausto. Ahí se expusieron los proyectos de los presidenciables en materia de cultura: Padilla quería “modernizar y eficientar” el sector en busca de perfeccionar lo ya existente y, desde luego, más presupuesto; Zavala y Paredes proponían más de lo mismo, pero, ahora sí en serio. Fraustro sólo trazó líneas muy generales y destacó la urgencia de abandonar el elitismo y “bajar” la cultura a los sectores populares.

La reunión fue importante no sólo por esbozar los posibles futuros de la Secretaría de Cultura, sino también porque fue organizada por un grupo académico independiente especializado en la materia cultural, el Grupo de Reflexión Sobre Economía y Cultura (GRECU), una amplia y plural agrupación creada en 2009 en la UAM-Xochimilco por egresados e investigadores, gestores culturales, economistas, empresarios de la cultura, asociaciones civiles y profesionales de los medios. Todos interesados en promover las relaciones entre economía y cultura, y en proyectar el valor del sector cultural en el desarrollo del país. Desde entonces, el GRECU ha sido uno de los grupos más profesionales en analizar, evaluar y diagnosticar al sector cultural, tanto estatal como independiente, ha organizado encuentros y seminarios en la materia y ha elaborado alternativas y propuestas plurales dirigidas a los gobiernos de Calderón, Peña Nieto y López Obrador.

Como una muestra de las numerosas investigaciones y diversos estudios que ha realizado el GRECU, el alacrán leyó en la plataforma periodística del grupo (PasoLibre, creada en 2019), un reciente artículo del periodista y exdiplomático cultural Eduardo Cruz Vázquez, sobre cómo la Casa de México en España fue entregada a manos privadas por Luis Videgaray, en representación del Gobierno de Peña Nieto. Dicha institución fue creada en 2015 en reciprocidad (es el término del convenio diplomático) a la creación de la Centro Cultural España, instalado en México en 2002 en una casona de la calle de Guatemala.

El 10 de diciembre de 2015, la Alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ratificó la entrega de un recinto para la Casa de México en España. Lo curioso es que, mediante una fundación, la casa fue entregada a Valentín Díez Morodo, “inmensamente poderoso en lo económico, diplomático a sus anchas y con una red tanto de presencia como de intereses en numerosos consorcios (…), dueño del Club Toluca, figura central del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (COMCE). Díez Morodo firmó el convenio el 20 abril de 2017 con la entonces Embajadora Roberta Lajous, quien había llegado al cargo en noviembre de 2013, y lo hizo como Presidente de la Fundación Casa de México en España, creada apenas 16 días antes en Madrid”.

Continúa la investigación: “No se sabe la inversión de Valentín Díez Morodo para adecuar el recinto entregado por el Ayuntamiento de Madrid”, aunque se habla de un apoyo de 350 mil euros por parte de la Alcaldía madrileña. “La póliza de seguro exigida rondó los cinco millones de euros. La Casa se ubica en el tradicional barrio de Chamberí y es catalogado como patrimonio histórico, un inmueble obra del arquitecto Luis Bellido (1869-1955), que tiene dos mil 700 metros cuadrados y data de inicios del Siglo XX, casi centenario. Antes de quedar a disposición del Gobierno peñista, fue ‘okupado’ por el colectivo Patio Maravillas”.

El texto añade: “Es una Casa, también un centro cultural, un nodo de intereses del sector privado mexicano; un eje de recreación de la cultura mexicana, de encuentro con la cultura española. Igual funciona como representación comercial, red social, punto de reunión para el diálogo, la discusión, así como para degustar afamada comida, comprar artesanías finas y hacerse de un libro. Todo un portento de diplomacia pública y cultural privada gracias a una concesión del poder público”. En el listado de los que acompañan “las experiencias filantrópicas” de la fundación Díez Morodo, figuran María Asunción Aramburuzabala, Claudio X. González, Eduardo Tricio, Manuel Arango y el recién fallecido Alberto Bailleres Manuel Arango, se añade.

La investigación es extremadamente detallada y va puntualizando el desarrollo de este largo proceso que involucra las relaciones bilaterales, hasta terminar con lo que califican como un hecho histórico para la diplomacia mexicana, entregar un recinto diplomático y cultural del Estado a manos privadas. Ahí se apunta también que Marcelo Ebrard, como Secretario de Relaciones Exteriores, ratificó ese convenio y los apoyos a la Casa de México en España, incluso cuando el Presidente López Obrador, en la mañanera del 13 de octubre de 2021, advirtió “Se están viendo todas las anomalías, porque son asociaciones, hay una parte que tiene que ver con empresas españolas (Iberdrola), con el gobierno español y otra parte que tiene que ver con el gobierno de México”. Pero nada pasó después.

El venenoso recomienda consultar el artículo completo (https://pasolibre.grecu.mx), mientras lee sobre una serie de seminarios y actividades que realizará el GRECU para elaborar propuestas en materia de cultura para los candidatos a la Presidencia y para el próximo secretario o secretaria de Cultura. El sector cultural ha cambiado drásticamente en este sexenio, se sabe, y el recuento final de logros, aciertos y fallos está por venir; por ello, el grupo busca aportar contenidos y propuestas en materia cultural al proceso electoral del 2024 y convocar, a quienes serán candidatos de elección popular, particularmente a los aspirantes a la Presidencia y a sus coordinadores de campaña en el tema cultural, a conjuntar esfuerzos.

@Aladelagarza

Alejandro De la Garza

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Alejandro de la Garza. Periodista cultural, crítico literario y escritor. Autor del libro Espejo de agua. Ensayos de literatura mexicana (Cal y Arena, 2011). Desde los años ochenta ha escrito ensayos de crítica literaria y cultural en revistas (La Cultura en México, Nexos, Replicante) y en los suplementos culturales de los principales diarios (La Jornada, El Nacional, El Universal, Milenio, La Razón). En el suplemento El Cultural de La Razón publicó durante seis años la columna semanal de crítica cultural “El sino del escorpión”. A partir de mayo de 2021 esta columna es publicada por Sinembargo.mx

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