El debate político y social sobre las armas se ha reabierto en este país con más virulencia que nunca: a un lado, aquellos que, con el Presidente Barack Obama a la cabeza, combaten por la limitación del uso de armas; enfrente, contraatacan quienes se oponen a cualquier modificación de la regulación actual.
Miami (EU), 17 jun (EFE) .- Los propietarios de las armerías condenan sin reservas la masacre de Orlando, pero se mantienen hoy firmes en la defensa del derecho al uso de las armas de fuego, cortas y largas, mientras la venta de armas se ha disparado tras la masacre de Orlando de este fin de semana.
El debate político y social sobre las armas se ha reabierto en este país con más virulencia que nunca: a un lado, aquellos que, con el Presidente Barack Obama a la cabeza, combaten por la limitación del uso de armas; enfrente, contraatacan quienes se oponen a cualquier modificación de la regulación actual.
Pero profesionales del sector como Robert Ruth, propietario de la tienda de armas Bob’s Practical Solutions, de Lake Worth, al norte de Miami, temen que el cerco al uso de armas emprendido por Obama surta pronto efecto.
“Definitivamente esto va a cambiar mucho, seguramente con el próximo presidente, quizá si gobierna Hillary Clinton, porque ella es también contraria a las armas”. “Que va a hacer algo es seguro”, afirmó Ruth a Efe.
Y si bien calificó de “atentado absolutamente horrendo” la matanza perpetrada en una discoteca gay de Orlando en la madrugada del pasado domingo, que acabó con la vida de 49 personas, además del autor del tiroteo, opinó que el punto de mira de las autoridades no debe situarse sobre las tiendas de armas.
Más bien, precisó, lo que se debe hacer es comprobar a fondo los antecedentes de los potenciales compradores; pero aparte de eso, la posesión de armas de fuego es un derecho constitucional y no se debe prohibir, agregó.
Ni siquiera, dijo, el acceso a rifles como el AR-15, un arma propia de una guerra que el asaltante Omar Seddique Mateen utilizó para acabar con la vida de 49 personas y herir a más de medio centenar en la discoteca de ambiente gay Pulse.
Se trata de un arma popular entre los aficionados, y “hay mucha gente que la emplea para cazar o practicar tiro (…) Gente que accede a ella legalmente y no están mentalmente perturbados” como Mateen, apuntó Ruth, quien reconoció que, desde el atentado yihadista de Orlando, las ventas de armas han aumentado.
“¡Dios mío, se ha notado un increíblemente aumento de la venta de armas en la tienda!”, exclamó, en armas de todo tipo, desde pistolas a fusiles de asalto.
En Estados Unidos, uno de cada tres hogares tiene un arma de fuego, y en 2015 se alcanzó el récord de 23.1 millones de armas vendidas, más del doble que hace 10 años.
Y en Florida, que prohíbe su porte en colegios, comisarías, universidades, tribunales, bares o clubes donde se sirve alcohol, hay registrados 1,6 millones de personas con licencia de armas, por lo que pueden portarlas en la calle, aunque ocultas.
La realidad es que las armas son un gran negocio, cada vez con más gente corriendo a armarse tras los tiroteos masivos y ante el temor de que aumente la regulación del control de armas.