Pekín, 17 jun (EFE).- Alrededor de 18.000 funcionarios chinos y ejecutivos de empresas estatales malversaron más de 120 millones de dólares entre 1990 y 2008, y huyeron al extranjero, en especial a Norteamérica, Australia y al sureste asiático, informó un estudio publicado por el Banco Popular de China (central).
Los acusados cometieron los delitos económicos principalmente a través de la creación de empresas privadas a las que hacían las transferencias de dinero abriendo cuentas bancarias en el extranjero o realizado inversiones en campos como bienes raíces u objetos de colección.
Otras modalidades de robo fueron el contrabando a través de dinero en efectivo, la transferencia en formato de remesas, el uso de cuentas corrientes o de tarjetas de crédito, entre otros.
El informe además advirtió que el problema de la corrupción en China es suficientemente grave como para amenazar la estabilidad económica y política del país y sugiere que los departamentos pertinentes establezcan acuerdos de cooperación, mecanismos de intercambio de información, y otras medidas especiales contra la corrupción.
También añade que es importante establecer comunicación con las agencias de control en el extranjero y controlar los datos de aduanas para detectar posibles delitos económicos por importación o exportación de productos.
El documento sugiere también que además de castigar a los funcionarios culpables, China mejore la vigilancia de las transferencias de activos y revise los métodos de pago en el extranjero.
En los últimos años, los casos de corrupción en China han aumentado e incluso motivaron la convocatoria de protestas en su población como las que ocurrieron en febrero y marzo intentando imitar la “Revolución del Jazmín” de Túnez y pidiendo al Gobierno chino que acabara con estas prácticas y fuera “supervisado por el pueblo”.