Ciudad de México, 17 abr (SinEmbargo).- El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince (Medellín, 1958) saltó a la fama mundial con una novela titulada El olvido que seremos, dada a conocer en 2005.
Constituyó un homenaje a su padre, el médico Héctor Abad Gómez, quien dedicó sus últimos años, hasta el mismo día en que cayó asesinado en pleno centro de Medellín, a la defensa de la igualdad social y los derechos humanos.
“Un libro tremendo y necesario, de un coraje y una honestidad arrasadores. Por momentos me he preguntado cómo ha tenido la valentía de escribirlo”, dijo entonces el escritor español Javier Cercas.
“Lo que voy leyendo de Héctor Abad lo voy guardando como migas de pan muy esféricas, pulidas, luminosas, para cuando tenga que atravesar un gran bosque en la noche”, dijo Manuel Rivas, el autor gallego de Un millón de vacas.
De esa novela elogiada y traducida a varias lenguas, escrita desde el desgarro y la memoria del corazón, ha dicho este fin de semana en Bilbao que “Es curioso, porque he escrito muchos más libros y me empeñé durante años en escribir ficción, con obras de talante irónico incluso, pero ha sido esta especie de homenaje a la figura de mi padre la que me ha aportado más lectores.
Se convirtió como en mi único libro. Luego he publicado más cosas, cuentos, poemas, un apéndice de él (Traiciones de la memoria), pero no he logrado publicar otra obra de ficción larga”, dijo Abad en una charla con periodistas españoles, publicada por el periódico Deia este lunes.
El autor colombiano que fuera en su juventud expulsado de la Universidad Pontificia Bolivariana (por un artículo irreverente contra el Papa), formó parte del Festival Literario Gutun Zuria, llevado a cabo en la Alhóndiga de Bilbao y en el que también participaron la canadiense Margaret Atwood y el argentino Alberto Manguel, entre otros.
En el País Vasco, el también autor de Asuntos de un hidalgo disoluto (1994), Fragmentos de amor furtivo (1998) y Basura (2000), con la que obtuvo el Primer Premio de Narrativa Americana Innovadora de la Casa de América de Madrid, visitó la cárcel de Basauri, donde compartió los entresijos de su oficio con los presos.
“Había unos 30 o 35 internos. Preguntaron mucho. Estaban interesados por la experiencia personal de la lectura y de la escritura, se interesaban por el lenguaje y por el método de trabajo”, dijo Abad.
LA VIOLENCIA COMO UN EFECTO COLATERAL
Aunque El olvido que seremos no pretendió ser, según su autor, un libro de historia sobre Colombia, el reflejo de los periodos violentos que padeció dicho país en tiempos recientes, constituye lo que Abad denominó “un efecto colateral”.
Optimista, el escritor colombiano cree que “en el mundo ha habido un progreso moral y que con todo lo terrible que es, es mejor que el mundo que dejamos atrás. Por tanto, pienso que los ideales de la Ilustración Europea siguen vivos, tienen muchos defensores en el mundo y han ayudado a mejorarlo”, concluyó.
El Festival Literario Gutun Zuria comenzó el 11 de abril hasta el 14 y este jueves 18 retoma actividades hasta el 21, con la conferencia de la escritora, profesora y periodista mexicana Margo Glantz.
Viajera y tuitera voraz, es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, la autora de El rastro, de 83 años, mantendrá también un diálogo público con la escritora Menchu Gutiérrez.
