Ciudad de México, 17 de marzo (SinEmbargo).– Amnistía Internacional (AI) denunció que los dos abogados del indultado profesor indígena Alberto Patishtán, Leonel Rivero Rodríguez y Augusto César Sandino Rivero Espinoza, “han sufrido reiteradamente hostigamiento e intimidaciones a causa de su trabajo” por lo que pidió a las autoridades que les proteja además de que se inicie una pronta investigación.
Según dio a conocer, Rivero Rodríguez denunció ante la fiscalía de Chiapas el allanamiento a su casa en la capital chiapaneca de Tuxtla Gutiérrez, después de que el pasado 17 de enero recibiera una serie de amenazas telefónicas.
Por medio de un comunicado de prensa se informó que el pasado 4 de marzo, “tres desconocidos irrumpieron” en un hotel donde el abogado y su colega Sandino estaban sosteniendo una reunión con miembros de comunidades indígenas de Michoacán para tratar “un asunto delicado”, en un “acto intimidatorio” que ya se ha denunciado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Es preciso realizar una investigación completa de lo ocurrido y garantizar la seguridad de ambos”, pidió Amnistía. Asimismo emplazó a que las autoridades garanticen a los defensores de los derechos humanos que pueden llevar a cabo “sus actividades legítimas sin temor a sufrir represalias”.
El organismo internacional dijo que el gobierno de Chiapas, que preside Manuel Velasco Coello, “ha prometido enviar un vehículo patrulla a casa de Leonel Rivero” a petición del mecanismo federal de protección de los defensores de los derechos humanos.
Rivero Rodríguez y Sandino Rivero Espinoza fueron los abogados defensores de Alberto Patishtán.
El profesor tzotzil alcanzó su libertad después de permanecer 13 años en el cárcel acusado del asesinato –en 2000– de 7 policías municipales. En septiembre había perdido la que parecía la última oportunidad de salir de prisión: la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ratificó su condena de 60 años por un delito del que no se ha comprobado su responsabilidad.
Sin embargo, el Presidente Enrique Peña Nieto promulgó dos meses después la Ley de Indulto, con la que Patishtán consiguió salir de “El Amate”, no así limpiar su nombre. “¿Qué significa la libertad? Yo sentí que desde el primer día que llegué a la cárcel estoy libre… estoy libre en conciencia, y ante los ojos de Dios. Si dejo de reír, es un día perdido para mí”, fueron las primeras palabras del profesor al recibir el “perdón” presidencial.
Patishtán vive con un tumor en el cerebro por el que recibe tratamiento de radioterapia y por el que está perdiendo la vista. Sin embargo, ha manifestado que su lucha en defensa de los derechos humanos no se detendrá.
