La sequía en la ciudad es un fenómeno que afecta desde hace varias décadas. Sin embargo, el enfriamiento del mar en las región donde se sitúa la urbe, podría estar influyendo.
Ciudad de México, 17 de febrero (SinEmbargo).- No se encuentra en un desierto, pero Ciudad del Cabo, Sudáfrica, es una de las ciudad con mayor escasez de agua en la actualidad a nivel global. Los expertos señalan que de continuar los niveles en descenso, la urbe podría quedarse completamente seca para los meses de mayo o junio de este año.
Según el investigador Benjamín Martínez López, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, la sequía excesiva en esta ciudad se debe a que llevan tres inviernos con muy pocas precipitaciones y un déficit considerable de lluvia entre los meses de mayo a octubre.
Este problema, se ha ido agravando en las últimas décadas ya que Ciudad del Cabo lleva de 20 a 30 años con niveles de precipitación anual que han ido a la baja. De esta manera, el temporal del 2017 fue a penas de un tercio del de 1980.
“En 1980 los datos arrojaron unos 500 milímetros anuales, y el año pasado fueron 173 milímetros”, mencionó el experto a la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM.
Sin embargo, otro agravante podría estar relacionado con la temperatura del mar que ha descendido en las inmediaciones de la ciudad. Si bien, el investigador señala que los científicos aun debaten que este factor intervenga en la sequía de la urbe, estudios futuros podrían encontrar una relación.
De acuerdo con el académico, en la región en la que está situada la ciudad los mares tienen un comportamiento especial. Debido a que esa zona recibe los vientos que corren hacia el Polo Sur, se registra una mayor transferencia de energía desde el océano hacia la atmósfera.
Los vientos incrementan la energía en el mar y se incrementa la corriente que rodea toda la Antártida. Estas corrientes pueden generar un fenómeno llamado surgencia, que se produce cuando el agua profunda emerge a la superficie y libera dióxido de carbono, lo que puede causar que el agua se enfríe.
La relación de la sequía con el enfriamiento de los mares aún es una pregunta abierta que los científicos que están tratando de resolver.