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Hilda García

17/02/2012 - 12:03 am

El “Gentleman del Oriente”

La imagen de un hombre blanco, con una estatura de entre 1.80 y 1.85 metros,  cabello canoso y desarreglado, vestido con negra sudadera y con la mirada inclinada hacia abajo mientras lo fichan en el reclusorio Oriente, contrasta mucho con la de un Miguel Sacal Smeke en un video del 8 de julio del 2011. […]

La imagen de un hombre blanco, con una estatura de entre 1.80 y 1.85 metros,  cabello canoso y desarreglado, vestido con negra sudadera y con la mirada inclinada hacia abajo mientras lo fichan en el reclusorio Oriente, contrasta mucho con la de un Miguel Sacal Smeke en un video del 8 de julio del 2011. En esa imagen se ve al empresario y residente de un edificio de Las Lomas, totalmente fuera de sí golpeando en repetidas ocasiones profiriéndole insultos a Hugo Enrique Vega Flores, un valet parking porque no quiso moverse de su lugar de trabajo para cambiar una llanta.

La fuerza de la imagen en video generó el enojo de los ciudadanos, enojo que se reflejó a través de las redes sociales.  La presión social hizo que el video circulara a nivel viral, cuestión que a la vez hacía que crecieran la indignación y la presión a ejercer justicia contra la prepotencia.  Sobre todo porque era una persona de recursos económicos, como llamamos a gente de la clase alta, contra un pobre trabajador al que después de la golpiza le hizo perder un diente y lo dejó herido. Indignación total provocó también ver como sus compañeros ni siquiera se metieron en el tema por temor a perder el trabajo, a los golpes o por el típico “yo ni me meto” o el “allá ellos que resuelvan”.

Sin embargo, esta indignación contra la discriminación se hizo evidente y ahora hay un resultado positivo por parte de las autoridades.  Mi deseo es que ésta, no sea una medida electorera y si el inicio de una actitud ciudadana a hacer uso de las tecnologías para mostrarnos en actos que en cualquier otro país son un delito.

No se justifica ninguna acción. Ni la de Sacal Smeke ni la de los compañeros de trabajo para dejar que estas cosas ocurran.  Pero si explica lo que hemos dejado que pase en nuestra cotidianeidad.  Unos ejercen, no su autoridad, sino su clasismo, su prepotencia y sus actos vandálicos no sancionados por estar en el lado del poder, sea económico o político. De ahí nuestra gran frase de “no sabes con quién te metes”.

Y en efecto, porque no sabemos con quién nos metemos, hay mucha gente que decide esconderse o guardarse.  Si no hay justicia, y en ocasiones la víctima termina siendo el malo de la película al que se le extorsiona o presiona para que retire denuncias o se le mete en un interminable laberinto burocrático para que no llegue nunca su denuncia, ¿podrían entonces las nuevas tecnologías hacer que haya evidencia o denuncias colectivas sobre estos hechos que se reproducen en la cotidianeidad?

Lo que queremos como mexicanos  es ver que las cosas cambien y aprendamos a quitarnos el clasismo y los actos discriminatorios que han existido como herencia colonial. Siempre han estado ahí y no se han ido de las mentes de muchos. Ni el que ejerce la presión, ni el que baja la cabeza y se deja presionar. Pero ahora, gracias al uso de videos, fotografías y su distribución en redes sociales se han puesto en evidencia estos hechos y se ve un asomo de justicia.

Incluso, tal y como lo manifestó Paulina, la hija de Enrique Peña Nieto, sin necesidad de gritar o golpear, con la simple forma de expresarnos, de lanzar adjetivos peyorativos sin pensarlos, puedes mostrar actitudes clasistas que dañan a la sociedad.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal anunció esta semana la orden de reaprehensión en contra de Sacal Smeke y fue ingresado al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente y puesto a disposición del Juzgado Vigésimo Tercero Penal de delitos no graves por su probable responsabilidad en el delito de lesiones dolosas.

El procurador Jesús Rodríguez Almeida añadió que el empresario no tiene derecho a libertad bajo fianza y tendría que cumplir la pena que va de 3 a 8 años de cárcel.

De ser así, se estaría haciendo justicia y dando un castigo ejemplar a otros que todos los días tienen actitudes como todo un “Gentleman de Las Lomas” contra sus trabajadores, en el auto o contra sus esposas e hijos.

Hay otro caso del que supimos por un video.  El de las “Ladies de Polanco”, que ni son ladies, ni fueron de Polanco, pero que igual vociferaron sin acatar su responsabilidad de manejar bajo efectos del alcohol y discriminaron al “asalariado” que las detenía por violar la ley.

Azalia Ojeda Díaz y María Vanesa Polo Cajica, ahora esperan el final del proceso 270/11 por ultrajes a la autoridad y discriminación contra un policía preventivo.

Aún recordamos el video que circuló el 19 de agosto del 2011, en el que las mujeres fueron captadas al momento de agredir e insultar a un agente de tránsito.

Las “Ladies” pagaron una multa de mil 735 pesos de multa por vejar y maltratar física y verbalmente al agente, pero se siguió el proceso por discriminación.

Así, queda claro que tenemos una larga historia de discriminación, racismo y clasismo prevalecientes desde la época colonial, pero también es cierto que tenemos un organismo de reciente fundación, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, el cual en fechas recientes publicó un libro para ejercer el periodismo sin adjetivos y así evitar actos y actitudes de discriminación contra los demás.

Ojalá que el ahora “Gentleman del Oriente”, Sacal Smeke, sea solo el inicio de una reeducación entre los mexicanos para poder hacer una sociedad mejor organizada y más amable. No se pueden permitir más actitudes clasistas o discriminatorias.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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