El salario promedio mensual general es de 7 mil 365 pesos en todas las actividades económicas, no obstante, las mujeres ganan en promedio 6 mil 187 pesos debido a la brecha salarial de género que persiste en el país. Datos del Inegi señalan que el mercado laboral en México tiende más a contratar hombres: por cada 10 personas activas seis son hombres y cuatro mujeres. Las empresas se "blindan" de los días de incapacidad que puede pedir una mujer si se embaraza.
Ciudad de México, 3 de mayo (SinEmbargo).– En México, las mujeres ganan 16 por ciento menos que los hombres pese a que desempeñan el mismo trabajo que ellos, de acuerdo con el Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana en Puebla.
El salario promedio mensual general es de 7 mil 365 pesos en todas las actividades económicas, no obstante, las mujeres ganan en promedio 6 mil 187 pesos debido a la brecha salarial de género que persiste en el país.
“Por desempeñar el mismo trabajo y por las mismas horas de trabajo que el hombre, la mujer está ganando menos y hay una razón, lo que están haciendo las empresas es descontar los probables días que la mujer pueda embarazarse”, indicó Miguel Santiago Reyes, director del Observatorio de Salarios.
“En edad fértil, la mujer puede ausentarse por ley de 60 a 90 días, entonces el empresario se blinda por los días que va faltar esa trabajadora. Esto lo hacen las empresas aunque la mujer no tenga hijos, por el hecho de contratar a una mujer, la empresa ya se cubre ante ese riesgo de ausentismo”, agregó en entrevista con el diario digital Zona Franca.
El académico planteó que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) regule los salarios promedio por sector e instrumente mecanismos para que las empresas reduzcan esa brecha salarial por género.
Tras presentar el Informe 2016 sobre Desigualdad Salarial, el Observatorio urgió a propiciar un debate nacional para transitar a una evolución más equitativa de la riqueza y mejorar los ingresos de los asalariados.
Santiago Reyes consideró que el debate debe girar en torno al cálculo salarial en función de la productividad y a una revisión de la política pública para la reorientación en sus vertientes económica, social, industrial y empresarial.
“Desde el Observatorio de Salarios, con este informe, ponemos sobre la mesa, elementos adicionales para un debate nacional, público e informado, sobre la desigualdad”, apuntó.
El informe establece que en México persiste una desigualdad importante entre los asalariados.
Dicha desigualdad se basa en factores como el género, la variante entre trabajo formal e informal, así como la ubicación en una zona urbana o rural.
La brecha de desigualdad, señala, es aún más profunda entre el sector empresarial.
“La desigualdad más grande es la que se establece entre los propios empresarios, tenemos un modelo económico profundamente concentrado en grupos de élite que están siendo favorecidos por la estrategia económica y la exportación, pero el 70 por ciento de las micro y medianas empresas no tienen posibilidades de competir porque no hay condiciones en el mercado nacional”, dijo Santiago Reyes.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), actualmente en la mayoría de las regiones se observa una tendencia alentadora en lo que respecta a la participación de la mujer en la fuerza de trabajo, es decir, que la brecha entre hombres y mujeres va disminuyendo, aunque aún se tienen algunos pendientes, sobre todo con mujeres jóvenes, que en algunos países tienen oportunidades de empleo casi inexistentes.
El panorama general, de acuerdo con cifras del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las mujeres profesionistas en el país pueden ganar hasta 24 por ciento menos que un hombre realizando el mismo trabajo.
En el caso de las obreras (de la industria eléctrica, de la construcción y de los servicios), llegan a ganar hasta 40 por ciento menos.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que el mercado laboral en México tiende más a contratar hombres: por cada 10 personas activas seis son hombres y cuatro mujeres. La cifra es contraria en el tiempo laborado: mientras el hombre trabaja en promedio 67 horas, la mujer labora 92.
La participación laboral femenina en México es menor que la de otras economías emergentes. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) detectó como obstáculos la carga de trabajo no remunerado, los tradicionales roles de género y la carencia de políticas de conciliación entre trabajo y vida familiar.
El acoso y la discriminación, así como la responsabilidad de las responsabilidades domésticas, son cuestiones que aún reposan sobre los hombros de las mujeres que trabajan.
Las cifras del Inegi muestran la recurrencia con la que mujeres abandonan sus sitios de trabajo al ser víctimas de acoso sexual o discriminación y por su parte la OIT señala que persiste la costumbre de que además de trabajar, la mujer es la encargada de las responsabilidades familiares y su salario el encargado de cubrir las necesidades que de ahí emanen.
–Con información de Zona Franca y Daniela Barragán