México, Colombia y Ecuador son los países de América Latina donde un solo operador (América Móvil) provee aproximadamente dos terceras partes de los servicios de telefonía a sus respectivos mercados, de acuerdo con Competitive Intelligence Unit (CIU).
Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo).– Los mercados de telecomunicaciones en América Latina presentan condiciones contrastantes en términos de concentración de mercado. Países como Argentina, Brasil y Chile registran una distribución de líneas relativamente equitativa entre los operadores en el segmento de telecomunicaciones móviles. En contraste, en México, Colombia y Ecuador un solo operador, América Móvil, provee aproximadamente dos terceras partes de los servicios a sus respectivos mercados, de acuerdo con Competitive Intelligence Unit (CIU).
“Ello es resultado tanto del desarrollo dispar de la industria, como de las distintas prácticas regulatorias llevadas a cabo en cada país. Pareciera que todo Latinoamérica es territorio del preponderante”, destacó Ernesto Piedras, analista del CIU.
La consultoría sugiere que para acabar con esta preponderancia en Latinoamérica, los países deben contar con una regulación asimétrica.
En el caso de México, expone que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) debe asegurar la implementación efectiva del marco normativo para lograr las condiciones de cobertura, calidad y precio de los servicios.
Para la cuantificación del fenómeno de la concentración del mercado se emplea el Índice de Herfindahl Hirschman (IHH), que consiste en sumar el cuadrado de las participaciones de mercado de cada empresa u operador existente. Por lo general, el IHH se reporta entre cero y uno o entre cero y 10 mil puntos, según la escala preferida.
Un nivel más bajo de IHH refleja una participación de mercado relativamente uniforme de las empresas oferentes. En contraste, cuando se observa un nivel cercano a 1, o a 10 mil, se puede decir que la mayor parte de la demanda es atendida por sólo una empresa.
Bajo este último escenario se encuentra México, cuyo IHH medido en líneas móviles, resulta en un nivel de 5.440 puntos, el más alto entre todos los países de la región, seguido de Ecuador con 4.921 y Colombia 4.245, mercados que además de coincidir en concentración, lo hacen en que ésta es ejercida por el mismo preponderante de México, América Móvil.
En el caso del segmento de telefonía fija, mencionó Competitive Intelligence Unit, en 7 de 12 países en los que el preponderante ofrece el servicio, América Móvil se encuentra en primer lugar en términos de participación de mercado. Y en los restantes, casi el primero.
En marzo pasado, el CIU reportó que los ingresos de telecomunicaciones móviles –todavía encabezados por América Móvil– aumentaron 6.7 por ciento en el cuarto trimestre de 2015 al alcanzar 68 mil 152 millones de pesos, y subieron un 2.2 por ciento en todo el año pasado al acumular 249 mil 356 millones de pesos.
De acuerdo con el organismo, el repunte fue atribuible al impulso de las ventas de equipos, aunado a un mayor tráfico de datos y al crecimiento más que proporcional al subsegmento de prepago que registraron las líneas de postpago.
A dos años del implemento de la Reforma en Telecomunicaciones, Telcel registró un crecimiento de 5.1 por ciento anual, al alcanzar ingresos por 49 mil 366 millones de pesos.
Sobre México, América Móvil reconoció que ya tiene “competencia muy intensa”. Luego de cambios regulatorios en el sector, la firma estadounidense AT&T y la española Telefónica arribaron al país, pero la firma sigue dominando el sector nacional.
De acuerdo con CIU, la estadounidense AT&T contabilizó 10 mil 770 millones de pesos de ingresos en el último trimestre del año pasado, lo que representa un aumento de 19.9 por ciento comparado con la cifra presentada en el mismo trimestre del año anterior.
Por su parte, Telefónica Movistar generó ingresos por un total de 7 mil 921 millones de pesos en el cuarto trimestre de 2015, lo que equivale a una caída de 0.1 por ciento en términos anuales. La disminución se explica por la eliminación de las tarifas de interconexión, traducida en una reducción en las tarifas al usuario final.
