ENTREVISTA | Desde hace tres libros me encuentro en un proceso de madurez de mi escritura: Rosa Montero

16/12/2017 - 12:04 am

La autora acaba de ganar el Premio Nacional de Literatura de España. Dice que desde La ridícula idea de no volver a verte, El peso del corazón y La carne, sus recientes libros, se encuentra en un período muy potente de la escritura.

Ciudad de México, 16 de diciembre (SinEmbargo).- Rosa Montero es una escritora muy cerca de sus lectores, al punto de que han sido también ellos los que han crecido, pidiéndole mucho más. Ella ha estado a tono con la exigencia y he aquí que la encontramos con el flamante Premio Nacional de Literatura en España, algo que echa por tierra cualquier sentimiento de inseguridad.

¿Cuándo las mujeres nos volvimos enemigas de nosotras? ¿En qué momento el cuerpo comenzó a ser un bochorno y a invisibilizarnos para el resto?

“Lo cierto era que, desde hacía unos cuantos meses, la melancolía se acumulaba dentro de ella como una niebla espesa y fría. Tal vez fuera el desconsuelo de haber alcanzado los sesenta años, cuando por dentro seguía teniendo dieciséis”.

Eso trata en La carne (Alfaguara), su reciente y celebrada novela, una mirada de espejo hacia una misma, aunque no se trata sólo de una historia sobre mujeres. Por el contrario, ellos también se dejan ver en ese deterioro vital que aunque nos lleve a relacionarnos con alguien más joven tarde o temprano se despertará.

En La ridícula idea de no volver a verte, la escritora española Rosa Montero ensaya muchas maneras de pasar el duelo que ha dejado la partida de un ser querido, tomando como punto de partida la fascinante personalidad y la no menos atribulada existencia de la científica Marie Curie.

La autora de El corazón del tártaro y La hija del caníbal, entre otros, nacida en Madrid en 1951, vivió la muerte de su esposo, el periodista Pablo Lizcano, que fallecido cuando apenas tenía 58 años, víctima de un mal terminal.

Paralela a su condición de escritora, Rosa Montero es una excelente periodista. A lo largo de su vida ha hecho más de 2000 entrevistas (al Ayatolá Jomeini, Yassir Arafat, Olof Palme, Indira Gandhi, Richard Nixon, Julio Cortázar o Malala, entre muchos otros) y su técnica como entrevistadora es estudiada en las universidades de periodismo tanto en España como en Latinoamérica.

Sus artículos se utilizan regularmente desde hace décadas en la enseñanza secundaria y aparecen en las pruebas de selectividad. También son usados en el extranjero, como lo demuestra el premio de la AFDE (Association pour la Diffusion de L´Espagnol) que recibió en 2012 en Francia por la utilización de su obra en la enseñanza del español en el país vecino.

Ella dice estar “en un momento poderoso de mi escritura” y mientras la vida siga, habrá muchos libros para esperar de Rosa Montero, como el libro de relatos Amantes y enemigos, Premio Círculo de Críticos de Chile (1999), y dos ensayos biográficos, Historias de mujeres y Pasiones, entre muchos otros.

–Tu premio ha sido muy aplaudido

–¿Tú sabes que eso ha sido otro premio? No me lo esperaba, gente de todos lados felicitándome, te lo mereces, eso me ha hecho muy feliz.

––Una nota en la agencia efe decía que era un premio contra la inseguridad, ¿es así?

–Sí, creo que es totalmente así. Hay un estudio que hicieron en una universidad húngara de un gen en el cerebro que se llama neuregulin uno –un nombre estúpido y absurdo- que es el gen de la creatividad. La población europea tiene un 50 por ciento esta copia, el 35 por ciento no tiene ninguna copia y el 15 por ciento tiene dos copias, que es lo máximo que se puede tener, por parte de padre y de madre. Los que no tienen dos copias son los más creativos de todos, pero eso va unido a tener una memoria horrible, a mayor predisposición a los trastornos mentales y lo más gracioso a una hipersensibilidad en las críticas. Te diría que es como el retrato robot del artista. Creo que eso es lo que nos pasa: somos unos neuróticos, tenemos una inseguridad tremenda y además ser novelista es algo absurdo: pasarte horas y horas en una esquina de tu casa, inventado mentiras. Hablando de un señor que no existe, vestido con un traje marrón que nunca viste y unos zapatos de charol que no tiene realidad.

Es más, piensas que estás acabada, piensas que ya dijiste lo que tenías que decir….Foto: FIL

–¿No se vence un poquito la inseguridad con cada novela que vas haciendo?

–Hombre, hay una parte de ti que es más sensata, piensas que por esa sensación ya has pasado tantas veces, pero en lo esencial no. Es más, piensas que estás acabada, piensas que ya dijiste lo que tenías que decir…hace tiempo comí con Mario Vargas Llosa aquí en Guadalajara y él me preguntó qué estaba haciendo, yo estaba en esos momentos con Historias del rey transparente y le dije que estaba perdida, dije que la iba a tirar y le pregunté, ¿a ti no te pasará? Y él me contestó: -En todos y cada uno de mis libros. Viene muy bien esa sensación de que te den el premio, aunque te pone por supuesto el listón más alto.

–Hay muchas personas que han muerto en el camino, ¿cómo lo vives?

–Pues es horrible. Mi narrativa siempre estuvo marcada por el existencialismo, soy una escritora obsesionada por el paso del tiempo y por la muerte. Con el paso del tiempo por lo que el tiempo nos hace o nos deshace. Escribo para encontrarle un sentido a la vida. La muerte es un horror. La muerte propia, por supuesto, es impensable, inhumana y la muerte de los seres queridos es una llaga. Además, he tenido la mala suerte de tener muertes muy cercanas desde una edad temprana. Este año se han muerto dos personas íntimas, Antonio Sarabia, el poeta mexicano que se murió de golpe en junio y otra amiga mía, Malen Aznárez, presidente de Reporteros sin Fronteras en España, la conocía desde hace 46 años. Murió mi marido, es la muerte más devastadora que he tenido en mi vida, muy difícil para mí.

–¿La carne fue difícil escribirla?

–La narrativa es un género de la madurez. Siempre he dicho que en general las novelas que más me gustan son de los autores que la han escrito en su madurez. Cuando yo era pequeña, decía entre los 45 y los 55, luego lo fui subiendo poco a poco, la cuestión es que desde hace tres libros me encuentro en un proceso de madurez de mi escritura. Desde La ridícula idea de no volver a verte, El peso del corazón y La carne, son tres libros que escribí con mucho poderío. Escribir un libro es porque primero lo tienes en la cabeza, está toda la novela dando vueltas en la negrura del cráneo, luminosa, con música, con ritmo, lo complicado es pasar todo eso al papel y siempre pierde mucho. Cuando eras pequeña, no lo logras. A medida que creces, va aumentando el control artesano de las novelas y en mis últimos tres libros he tenido más el control. Realmente lo que salía era muy parecido a lo que estaba en la cabeza, siempre escribir una novela es picar piedra, pero en estas tres novelas no he tenido momentos de desesperación. He tenido momentos de duda, de rehacerlo, de bailar con las novelas, todo ha fluido.

Ecos de la FIL con la escritora española Rosa Montero de visita en la preparatoria n.6 de la Universidad de Guadalajara. Foto: FIL

–Esta mujer tiene la virtud que casi todo tenemos que es vivir de acuerdo a la edad que tenemos en la mente

–Sí, creo que es lo que debemos hacer. La vida es eso luchar contra todos los elementos, para seguir siendo persona. Ella no insiste, ha tenido una vida difícil, tiene mucho miedo, está deseando amar y tiene miedo de sí misma. Siempre se ha enrollado con hombres casados, con hombres que vivían en otro país y de pronto la historia con el gigoló la sorprende, ella no lo buscaba, la desencuaderna, no está bajo su control. Por ahí entra ese fulgor de la capacidad de amor, que la hunde un poco, pero que luego la salva.

–¿Cómo ha sido recibida La carne en España?

–Muy bien, gustó mucho.

–¿Hay alguna posibilidad de película?

–No lo sé, pero al imaginármela pienso en que sería una película bastante barata para realizar. Dos personas, una unidad de acción temporal, pero por ahora no tengo noticias.

–Es cierto que tiene la voz de una mujer

–Sí, es cierto, es la voz de una mujer y por qué no poner de protagonista a una mujer, pero por otro lado, creo que cambiando un poco las cosas bien podría ser un hombre. Habría que adaptarla, en el mundo occidental, del miedo al fracaso, de saber que no has querido una sola vez en tu vida, del miedo a la muerte, lo tenemos todos. Si fuera él, tendría miedo de dar un gatillazo, de no estar a la altura de su amante joven. Socialmente es más fácil, pero tampoco te creas, hay muchos hombres con incapacidad de amar, con horrores por la prostitución, por cómo se verá en la sociedad con una chica más joven…

–¿Hay alguna novela nueva?

–Sí, estoy escribiendo la tercera parte de la historia de Bruna Husky, el androide. Tengo sólo 80 páginas, he viajado mucho en estos días. Todavía tengo un viaje a Tirana, capital de Albania, al volver estoy diciendo que no a muchos viajes para dedicarme a escribir.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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