ENTREVISTA | Jorge Zepeda Patterson: “Milena o el fémur más bello del mundo”, a la tele

16/12/2015 - 12:00 am
Jorge Zepeda Patterson, a punto de entregar la tercera parte de su trilogía sobre "Los Azules". Foto: SinEmbargo
Jorge Zepeda Patterson, a punto de entregar la tercera parte de su trilogía sobre “Los Azules”. Foto: SinEmbargo

El Premio Planeta 2014, al igual que Los Corruptores, primera novela del también editor y periodista, tendrá formato de serie tipo Netflix y no de película en el cine, como se había anunciado en un principio.

Ciudad de México, 16 de diciembre (SinEmbargo).– Desde que el periodista y editor Jorge Zepeda Patterson decidiera dedicarse de lleno a la literatura, podría decirse que sus dos primeras novelas, Los corruptores y Milena o el fémur más bello del mundo –ambas publicadas por Planeta– nacieron bendecidas.

La primera lo dio a conocer como un eficaz contador de historias en clave de thriller político, profundo investigador de los intrincados lazos del poder en México, un territorio que pocas veces sino ninguna había sido explorado en la literatura contemporánea nacional.

Los corruptores no sólo fue finalista del Dashiell Hammett en la Semana Negra de Gijón, sino que también conformó a un personaje coral, “Los azules”: grupo de amigos integrado por  Tomás, Amelia, Mario y Jaime, que promete nuevas aventuras en novelas de cuidada estructura y enorme atractivo para los lectores que aman el suspenso y el misterio.

“Los azules” regresaron con Milena o el fémur más bello del mundo, para construir una historia eficaz que ha consagrado a su autor, quien se convirtió en el primer mexicano en ganar el Premio Planeta, garantía de venta asegurada y una gira por el continente latinoamericano y España que le dio internacionalización a la novela, además de poner en el centro del debate el tema de la esclavitud sexual, lamentablemente muy arraigado en la sociedad contemporánea.

Milena o el fémur más bello del mundo es una novela de realismo crudo y gran tensión narrativa, elementos que constituyen una materia prima ideal para la versión cinematográfica. Pero, luego de que la película respectiva fuera anunciada, en entrevista con SinEmbargo, Jorge Zepeda Patterson reveló que tanto esta historia como Los Corruptores se adscribirán al formato de serie televisiva, tan en boga.

De este y otros temas conversamos con el periodista y escritor, quien recientemente inauguró la Feria Internacional del Libro y las Artes en Mazatlán, frente a una gran cantidad de público que escuchó con suma atención sus reflexiones en torno al oficio de la escritura, en la Plazuela Zaragoza de dicha ciudad sinaloense.

El escritor y periodista inauguró la nueva edición de la Feliart en Mazatlán. Foto: Luis Alonso Enamorado/Feliart
El escritor y periodista inauguró la nueva edición de la Feliart en Mazatlán. Foto: Luis Alonso Enamorado/Feliart

PELÍCULAS QUE SERÁN SERIES TELEVISIVAS

–¿Cómo van los proyectos de películas en torno a tus novelas?

–En realidad se están transformando en series televisivas tipo Netflix, lo cual me tiene muy contento. La reducción de una novela a los 90 minutos que dura un filme supone una amputación de muchos aspectos no sólo de la trama sino también de l psicología de los personajes y demás. Los 13 capítulos de una serie equivalen una riqueza mucho mayor. La idea en juego es hacer una temporada de cada novela.

–¿Estás involucrado en el guión?

–No, apenas en enero empezaremos a ver posibilidades de guionistas y demás miembros del equipo. Está firmada la reproducción, pero todavía no hay nada hecho.

–Dicen Alejandro González Iñárritu y Wim Wenders, entre otros, que lo más interesante del cine está pasando en las series

–Coincido. Opino igual. Es una tendencia que se acentúa. Nos hemos convertido en consumidores de esas series filmadas con gran calidad, con guiones cada vez más arriesgados y ambiciosos, programas con producción cinematográfica con gran ventaja para el espectador, pues se trata en realidad de películas larguísimas que ves cuando quieres, a la hora que mejor te quede… Tienen una calidad intelectual que compite de igual a igual con el cine más elaborado.

–¿Ya está el elenco designado?

–No y yo soy muy respetuoso de cada oficio. Lo mío es escribir, no hacer casting o elegir el director de una serie. Va a ser una coproducción entre España y México con distribución estadounidense.

–¿Qué te ha dejado la gira por el mundo hispano?

–Pude comprobar que un lector en Buenos Aires o en Córdoba, España, leen una historia que humana trasciende el ámbito localista, una historia de poder que como sabemos es universal. Es como si uno pensara que las novelas de Stieg Larsson que en principio pueden ser vistas como basadas en la trama de un probable fascismo sueco, pero que en realidad nadie en el planeta las leyó en esa clave. Evidentemente para el lector mexicano, Los Corruptores y Milena… constituyen una descripción de cosas que le resultan muy familiares, pero me ha llamado la atención cómo en Perú o en Chile esas historias pueden ser trasladadas a realidades distintas y quizás eso explica las traducciones al francés, al italiano, al turco, al croata, al polaco…no es casual. Eso da cuenta de que hay editores en el mundo que no consideran que se trate de historias mexicanas, sino de historias a secas.

Preocupado por la corrupción y la sucesión presidencial  Foto: Luis Alonso Enamorado/Feliart
Preocupado por la corrupción y la sucesión presidencial Foto: Luis Alonso Enamorado/Feliart

–¿Hiciste un diario de viaje de tu gira por Latinoamérica y España?

–No, pero mi compañera y colega Pilar Eyre, que fue la finalista del Premio Planeta y con la que hice la gira por España, escribió un libro de auto-ficción contando las experiencias vividas durante la gira. Enfatizo mucho la parte ficción. Se trata de hechos reales coloreados para convertirlos en una narrativa sabrosa. La manera en que nos aprendimos de memorias las respuestas del otro, a lo largo de 200 entrevistas muchas de las cuales las hicimos juntos.

–¿Qué viste a lo largo de tu periplo latinoamericano?

–Me dejó muy preocupado la consternación que existe en el continente por la violencia desatada en México. La consternación de los colegas periodistas, sobre todo, que son con los que uno toma más contacto en estas giras. La violencia en México como algo infinitamente más intenso y poderoso de lo que podemos vislumbrar los mexicanos. Es todo un tema. Las noticias que llegan de México al extranjero son una selección de los hechos más sangrientos y tremendos que acontecen en nuestro país. Y la sucesión de estos salvajismos produce consternación.

–¿Arrasó con tu vida el Premio Planeta o lo pudiste manejar?

–No, no arrasó con mi vida en absoluto. Honestamente el Premio Planeta tiene una relevancia en España que a nosotros nos pasa inadvertida. Es decir, en España es una tradición. La cena de entrega del Premio en España se ve como la entrega de los Oscar por televisión. Están orgullosos de que la recompensa en metálico del galardón sea la mayor luego del Nobel. Muchas personas, incluso los que no son lectores, tienen en su librero la colección del Premio Planeta y compran cada año el ejemplar ganador para sumarlo a su biblioteca. En esos días, en España, me detenían en la tienda de abarrotes, los que te revisan en el aeropuerto, porque es un fenómeno de masas allá.

Fue muy gratificante ser el primer mexicano en ganar el Premio Planeta, recibir además semejante espaldarazo a una segunda novela, lo cual te hace pensar que tiene sentido estar en esto y seguir haciéndolo; recibir una exposición enorme porque supone un tiro de 200 mil ejemplares… pero también tengo que decir que agradezco a la vida que me haya puesto en esta posición a estas alturas de la biografía. No sé qué le pasaría a un chico de 30 años con esto, en el sentido de que pues ya es una vida en la que has sido protagonista en otros ámbitos, que te ha dado una buena cantidad de satisfacciones, no tienes ya ese apetito que tenías cuando eras joven. A los 60 años, ya construiste un patrimonio, una imagen de ti mismo, puedes ubicarlo mucho mejor.

–¿Qué es lo que más te preocupa de México?

–Me preocupa que no podamos regresar los demonios sueltos a la Caja de Pandora de la que salieron. Que demos por hecho la corrupción y la asumamos como parte de la ecología nacional. En el momento que nos rindamos y creamos que forma parte del oxígeno que respiramos, se cancela la posibilidad de hacer algo al respecto. Me preocupa que los ciudadanos nos atrincheremos en soluciones familiares y personales, para resolver exclusivamente nuestros problemas o desarrollar estrategias de supervivencia que tienden a hacer tolerable nuestro entorno inmediato sin ninguna intención de modificar aquello que afecta ese entorno. Creo que el tema no es tener problemas formidables, sino qué vamos a hacer con esos problemas formidables. Veo a quienes invocan a decir ya basta, pero también veo la otra perspectiva, la de los que piensan que ya no se puede hacer nada, que hay que dedicarse a cuidar a los nuestros y ni hablar.

–La oposición no logra además configurar alternativas

–No encuentro que la salida vaya a ser de la clase política. Hay una fractura creciente entre las posibilidades estructurales que ofrece el sistema y las necesidades de la sociedad mexicana. Eso no es del todo una mala noticia, pues la historia demuestra que los hitos se construyen de esta tensión permanente, de este jaloneo. No digo que la revolución esté a la vuelta de la esquina, pero sí veo algunos aspectos parecidos a los de los ’90 y que llevaron a los cambios políticos en esa época. Creo que con muchas variantes estamos arribando a una situación similar. El mexicano tiene una vocación de supervivencia infinita frente a la adversidad. Ves a las personas en la puerta del Metro, inventándose un nuevo oficio a cada rato, como el que te saca las micas para un trámite o el que vende USB en la entrada de las oficinas de Hacienda, por decir, la gente se las arregla para crearse un empleo, generando impulsos que te hacen pensar que de esta salimos.

–La acumulación de la riqueza en México es además feroz

–Sí y tiene que ver con un orden totalmente descompuesto. El Presidencialismo, con todos los defectos que tenía, era de todos modos una especie de árbitro que limaba los excesos.

–¿Se viene la tercera entrega de tus historias?

–Sí. Pronto entregaré la tercera novela. La estoy puliendo. Una nueva aventura de “Los Azules”, que me han servido un poco como el interlocutor de los tiempos que vivimos, entonces la tercera entrega tiene que ver con la sucesión Presidencial. Este país vive mucho de eso y el ambiente que se respira con la gestión de Enrique Peña Nieto es que estamos en el quinto año de Gobierno y no en el tercero. Como que este sexenio ya se agotó, tenemos una sensación de fin de curso y pensamos en lo que sigue. La sucesión en este sexenio va a ser algo más adelantado, obsesivo y fuente de muchas ocupaciones y preocupaciones. Un proceso que será terrible y fascinante a la vez.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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