Confabulario de bichos extraordinarios

16/10/2012 - 12:03 am

El gusto por los insectos y similares es un placer que perdemos temprano en la vida. Si bien algunos continuamos maravillándonos con estos seres, por lo general son criaturas que dan terror y ocasionan un asco incontrolable. ¿Por qué un niño que era capaz de jugar por horas en el jardín llenándose de tierra y observando bichos crece para convertirse en un adulto aséptico al que le disgustan todos los insectos y no quiere saber nada de ellos? ¿Por qué la maduración implica este cambio? Estas preguntas y otras similares me han acompañado desde que me di cuenta de esta transformación de actitud en los niños-adolescentes. En mi investigación empírica para tratar de desenmarañar el misterio de este cambio de actitud me he topado con varias razones para desencadenarlo: 1) miedo de los adultos que conviven con los niños por lo bichos (padres y maestros), 2) experiencia dolorosa con algún insecto ponzoñoso, y 3) desconocimiento o falta de información accesible. En este último punto es donde he decidido actuar.

Considero que en la mayoría de los casos el cambio de actitud de los niños hacia los insectos ocurre cuando pasan del periodo de maravillarse por las cosas nuevas, al periodo de tratar de entender cómo funcionan o cuál es su importancia. En este punto muchas veces se topan con un frustrante vacío de información, que ni siquiera los adultos saben cómo subsanar. Los adultos no pueden contestar a todas la preguntas de los niños porque no tienen la información adecuada, ni tampoco hay lecturas disponibles para niños que contengan información sobre bichos, y por lo tanto el status quo predominante sobre el odio a los bichos sigue operando.

Es aquí donde yo he decidido que es necesario tomar un rol proactivo de divulgación para informar a los adultos y a los niños sobre la importancia y las maravillas de los insectos.

Los insectos son el grupo de organismos viviente más diverso, se calcula que 50% de las especies que existen hoy en día en este planeta son insectos, es decir que son animales invertebrados, con su cuerpo dividido en cabeza, tórax y abdomen, con seis patas articuladas y alas cuando adultos, con respiración por tráqueas o tubos que conducen el aire del ambiente directamente hacia el interior de las células y que sufren metamorfosis, es decir que del paso de la niñez a la adultez sufren una transformación impresionante de gusanos pasan a ser adultos con alas.

Cuando pensamos en insectos casi todos los bichos que vienen a la mente son plagas o seres bastante desagradables; sin embargo, si nos detenemos un poco a pensar en todos los insectos que conocemos, nos podemos dar cuenta de que no sólo son bichos horrendos sino que hay muchos realmente maravillosos y que sin ellos no podríamos existir. En México hay descritas 77,300 especies de insectos que corresponden al 8% de la biodiversidad mundial, sin embargo, es un grupo poco conocido en nuestro país y se calcula que este número de especies puede ser tres veces mayor. Es importante resaltar que esta gran riqueza de especies no solamente se encuentra en las selvas tropicales o en los ecosistemas prístinos, la gran biodiversidad de nuestro país también está en las ciudades y considero que debemos recuperar las relaciones con la naturaleza reconociendo este hecho y dándonos oportunidad de conocer lo que hay a nuestro alrededor. Por ejemplo, en Morelia hay 87 especies diferentes de mariposas y en la Ciudad de México 127, si nos fijamos a nuestro alrededor podemos encontrar bichos maravillosos y este acercamiento nos llevará no sólo a conocer la biodiversidad, sino a entenderla y cuidarla.

En este espacio mostraré ejemplos de las maravillas que los insectos hacen por nosotros sin que ni siquiera lo notemos, es decir su función en los ecosistemas. También hablaré de las adaptaciones que los bichos tienen para existir, de todos los productos que obtenemos gracias a ellos y contaré anécdotas para acercar al lector adulto al niño que lleva dentro. También hablaré de los bichos peligrosos que deben ser observados con cuidado o alejados de las cercanías humanas. Mi expectativa de esta confabulación es que el número de zapatazos sin ton ni son cuando aparece un bicho dentro de una casa disminuyan, y así mas bichos puedan seguir habitando este planeta cumpliendo con sus funciones históricas, y que podamos acercarnos a la naturaleza que nos rodea sin tener que salir de la ciudad.

Ek del Val de Gortari
Soy bióloga egresada de la UNAM y después realicé un doctorado en ecología en el Imperial College del Reino Unido. Actualmente trabajo en el Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM en Morelia y coordino la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la ENES-Morelia también de la UNAM. Dedico mis días a tratar de entender cómo funcionan las interacciones entre las plantas y los herbívoros que se las comen. Me gusta trabajar en las selva y también estoy interesada en entender como se modifican las interacciones entre especies cuando hay alteraciones en los ecosistemas, por lo que estoy trabajando en campos agrícolas y en ambientes restaurados. Considero que la visión que la ciencia aporta a la vida cotidiana es muy importante, por eso me gusta escribir textos de divulgación científica y procurar que un mayor número de gente conozca las maravillas que hemos aprendido y descubierto. En particular escribo sobre bichos porque son seres considerados abominables en el inconciente colectivo, que cuando nos detenemos un poco a observar y entender mejor, se vuelven maravillosos.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas