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Adrián López Ortiz

16/09/2018 - 12:02 am

En defensa del periodismo local

Nuestra apuesta tiene un objetivo ambicioso en el mediano y largo plazo: construir una organización sustentable gracias a nuestros lectores. Pero más que volver a explicar el modelo quiero usar este artículo para defender la necesidad de contar con periodismo local en México.

Dicen el clásico que toda política es local. Algo similar sucede con el periodismo. Por eso cada vez es más necesario que empecemos a construir instituciones de medios capaces de realizar periodismo de investigación, independiente y riguroso tanto en lo nacional como en lo local. Foto: Diego Simón Sánchez, Cuartoscuro

El pasado 8 de septiembre Noroeste –el periódico dónde trabajo– celebró su 45 aniversario en Sinaloa y lo hicimos de una manera un tanto atípica: liberamos nuestro modelo de suscripción digital.

Además de Reforma en lo nacional, somos el primer medio regional del país que apuesta por los lectores a través de un modelo de pago por contenido. El modelo es un “metered” o “medido” que consiste en regalar hasta 7 artículos antes de invitarte a suscribirte en una modalidad mensual o anual.

La suscripción digital incluye diversos beneficios editoriales y comerciales como la edición PDF del impreso, piezas exclusivas, investigaciones, rifas, descuentos e invitaciones a eventos. Para mayor detalle puede leer mi entrada en este blog: https://www.noroeste.com.mx/premium/blog/noroeste-noticias-con-valor-1140976

Nuestra apuesta tiene un objetivo ambicioso en el mediano y largo plazo: construir una organización sustentable gracias a nuestros lectores. Pero más que volver a explicar el modelo quiero usar este artículo para defender la necesidad de contar con periodismo local en México.

Es un lugar común repetir que el periodismo es necesario para la salud de un sistema democrático. Ese lugar común se reafirma todavía más en las esferas locales donde los poderes formales y fácticos encuentran pocos o nulos contrapesos reales. Es decir, si a nivel nacional nos quejamos de las consecuencias nocivas de la simulación en la separación de poderes, del nivel excesivo de poder político-económico de los grandes empresarios o del descarnado nivel de violencia del crimen organizado, tan sólo hay que traer eso a un nivel local para entender por qué el cacique, el narco o el gobernante del pueblo se vuelven todopoderosos e impunes.

Pues bien, en esos contextos sólo un cierto periodismo independiente es capaz de erigirse en fiscalizador y vigilante de poder… o al menos debería intentarlo. Por supuesto con los riesgos que eso implica y sin olvidar, ni dejar de reconocer, la precaria situación del periodismo en México en materia laboral, de seguridad y de independencia debido a la cooptación vía publicidad oficial.

Dicen el clásico que toda política es local. Algo similar sucede con el periodismo. Por eso cada vez es más necesario que empecemos a construir instituciones de medios capaces de realizar periodismo de investigación, independiente y riguroso tanto en lo nacional como en lo local.

Esa construcción pasa por la aspiración legítima del periodista que quiere cambiar el mundo, pero sobre todo pasa por el emprendimiento y desarrollo de modelos de negocio rentables y sustentables en el tiempo.

No es fácil, sobre todo en un entorno de pulverización y digitalización que obliga a los medios a corretear las noticias que son tendencia para conseguir clicks y pageviews, dejándole la mayor parte del negocio publicitario digital a las grandes plataformas: Google y Facebook. Lo que va en detrimento de la pluralidad y diversidad de los contenidos que se ofrecen a las audiencias.

Es el llamado fenómeno de la velocidad y el volumen de los contenidos por encima de la calidad y la exclusividad. Lo que algunos expertos llaman infoxicación.

En esa dinámica de competencia por el clickbait, temas como el caso de corrupción del alcalde o el regidor, la violencia específica de cada región o estado, la actividad económica de la zona, etc; difícilmente resultan atractivos para los grandes medios nacionales que buscan agregar contenido que tenga mayor impacto en redes y buscadores.

Es justo ahí donde los medios locales tenemos una oportunidad y un reto al mismo tiempo: la oportunidad de definir agendas editoriales para producir contenidos con mayor diferenciación y exclusividad; y el reto de lograr la escala de mercado necesaria para sostener nuestras estructuras de redacción y comercialización.

Esa es la apuesta de futuro en Noroeste: hablarle a los sinaloenses con contenido con sabor casero sin perder la relevancia de nuestro periodismo. Contenido que sea tan bueno y necesario como para que el mercado decida pagar por recibirlo. Noticias útiles, críticas, con valor.

Y me parece que ese es también el gran reto de los medios locales y regionales de este país: construir organizaciones capaces de mantener la pertinencia y la función social del periodismo sin sucumbir a la tentación del click.

Recientemente, el New York Times publicó un largo editorial para defender a la prensa libre de los Estados Unidos de los embates del Presidente Trump. El texto es imprescindible y remata así:

“Si todavía no lo has hecho, por favor, suscríbete a los periódicos locales de tu ciudad. Reconoce su labor cuando creas que han hecho un buen trabajo y critícalos cuando pienses que pueden hacerlo mejor. Todos estamos juntos en esto”.

Adrián López Ortiz
Es ingeniero y maestro en estudios humanísticos con concentración en ética aplicada. Es autor de “Un país sin Paz” y “Ensayo de una provocación “, así como coautor de “La cultura en Sinaloa: narrativas de lo social y la violencia”. Imparte clase de ética y ciudadanía en el Tec de Monterrey, y desde 2012 es Director General de Periódicos Noroeste en Sinaloa.

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