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Gustavo De la Rosa

16/08/2016 - 12:01 am

Pobre Presidente, rodeado de inútiles y mentirosos

Peña sólo iba a ser el Presidente, los demás iban a convertir su Gobierno en un caso de éxito.

Peña sólo iba a ser el Presidente, los demás iban a convertir su Gobierno en un caso de éxito. Foto: Cuartoscuro.
Peña sólo iba a ser el Presidente, los demás iban a convertir su Gobierno en un caso de éxito. Foto: Cuartoscuro.

Tal vez sea que cumplir mis 70 años despierta sentimientos de ternura, pero a veces veo a Peña Nieto como un pequeño hombre muy vulnerable, a quien sus subalternos le invirtieron los papeles.

Todos le fallan, aunque le hayan prometido lealtad, esfuerzo, capacidad y resultados; pero él sí les tiene que ser leal y apoyarlos, o al menos guardar silencio.

Imagino que por las mañanas Peña recibe los informes de los Top Ten VIP del país, y lo primero que dice es: “Vamos a ver qué pendejadas hicieron estos”.

Los Duartes representaban al nuevo PRI y lo terminaron por desgarrar; Murillo Karam y Chuayffet eran la experiencia acumulada y sólo traían malas mañas y corrupción; los marinos y militares le han demostrado que en el área de sus competencias ellos son los que mandan y él los debe apoyar a cualquier costo.

Sus amigos cercanos son los que le han procurado mayores problemas, le vendieron la idea de imitar a los presidentes norteamericanos viviendo en la Casa Blanca de las Lomas pero, ¡zaz! Qué mala idea resultó ser.

Los empresarios lo convencieron de que el problema de la educación eran los maestros que andaban votando por el Panal y acabó en medio del mayor avispero del sexenio. Ahora lo que conviene es nadar de muertito y dejarle la picazón a AMLO, aunque no será fácil, pues ya se convirtió en una crisis social. Las reformas estructurales que le vendieron como la panacea sólo lo han desestructurado.

Quiso comparar a Trump con AMLO y lo regañó Obama, sus hijas aparecen en Hola y las de Obama en la playa estudiantil y vendiendo hamburguesas; ahora llegan las olimpiadas y aunque Castillo le aseguró por lo menos 8 medallas con dos o tres de oro, cuando iba en la puerta de seguro lo alcanzó y le dijo: “no quiero pendejadas como en Michoacán”.

¿Pero cómo? Se pregunta el señor, él sólo iba a ser el Presidente, los demás iban a convertir su Gobierno en un caso de éxito.

Como le dicen a los mala suerte en el rancho: “no te recargues en el árbol porque vienen los perros y te orinan”.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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