Son muchas las fotos en las que Meegan, de 25 años, demuestra que el ejercicio era su vida. La joven comenzó a trabajar su cuerpo después de dar a luz y ya no paró. Llegó a convertirse en culturista. Sin embargo, en ella, aparentemente saludable, iba creciendo un mal.
Ciudad de México, 16 de julio (SinEmbargo).– Meegan, de 25 años, utilizaba dos horas de sus jornadas para hacer ejercicio. Cuidaba lo que comía y mantenía una imagen saludable. Sin embargo, un trastorno crecía en su cuerpo.
La joven llevaba una dieta rica en proteínas. De acuerdo con información de Mirror, un diario que tuvo contacto con la familia de Meegan, fue exactamente eso lo que la mató.
El exceso de proteína generó una acumulación mortal de amoníaco en la sangre de la deportista, quien terminó colapsando en su propia casa, en Australia.
Según lo que contó la familia a Mirror, Meegan comenzó a ingerir batidos de proteína después de convertirse en madre. Y continuó.
“Al ver cómo pudo transformar su cuerpo, se fijó la idea de participar en competiciones de culturismo”, relata Mirror.
“Estaba ganando trofeos por su físico esculpido, pero una mañana, cuando fui a verla a ella y a los niños, noté que sus manos temblaban mientras tomaba otro batido de proteínas con sus suplementos para el culturismo”, dijo la madre de la joven al diario.
Después de varios años de ejercicio y proteína, Meegan cayó en su domicilio y ya no pudo recuperarse. Fue declarada con muerte cerebral.
En las fotografías de sus redes sociales, la joven se ve, la mayoría de las veces, en gimnasios. Su vida era el deporte.
Su última publicación la muestra sonriente en junio del 2017.