Author image

Gustavo De la Rosa

16/06/2020 - 12:05 am

Sobre la BOA y lo sucedido en Ojinaga

Sólo recuerden cómo les fue a los científicos y a las familias porfiristas después del estallido revolucionario.

El Presidente durante la presentación del llamado BOA. Moisés Pablo, Cuartoscuro.

Primero, la BOA; cuando AMLO descubrió la organización de toda la oposición para impedir que siga gobernando, denominada como la enorme serpiente del Amazonas que se arrastra silenciosamente para atrapar a su víctima, destruirle el esqueleto y luego devorarla de un solo bocado, muchos nos mostramos escépticos (yo personalmente me dije “ahora sí se fue grande y no debe invocar a los demonios, no sea que les dé ideas).

Sin embargo, este fin de semana la vi reptar, tratar de atrapar la reforma electoral del Estado de Chihuahua y lanzarse contra la Ley de Educación, que debía armonizarse con la Ley General. Ahora la BOA ha empezado a asfixiarla y pronto la tragará si el Ejecutivo se lo permite.

Jamás pensé que el PAN y el PRI coincidirían, en voz del coordinador del Revolucionario Institucional, en que “la educación sexual, debe quitarse de las manos del Estado para entregarse a los padres de familia como únicos responsables en la formación íntima y privada de los niños”, pero desde mi curul digital los vi abrazados y a favor de una de las demandas más retrógradas de la derecha provida. El PRI chihuahuense hizo confesión de fe y muestra de sometimiento a la ideología panista del Yunque.

Vi al coordinador de la bancada del PRI lanzarse como zombi cristero contra el Artículo 30, que indica que “Los contenidos de los planes y programas de estudio de la educación… serán, entre otros… La educación sexual integral y reproductiva que implica el ejercicio responsable de la sexualidad, la planeación familiar, la maternidad y la paternidad responsable, la prevención de los embarazos adolescentes y de las infecciones de transmisión sexual”.

A cambio de asumir esa postura contra la Ley General de Educación, el PAN apoyó el viejo reclamo del charrismo sindical y de la corrupción magisterial de reponer todos los privilegios que fortalecieron a su élite, y que permitían la explotación de los profesores de gis y salón, como lo eran todos los contratos y pactos en lo oscurito, que constan en minutas, y los convenios realizados con diversos gobernadores durante los últimos 40 años, ya sin efecto luego de las reformas de 2014, reformas a las que respondió el anterior mandatario César Duarte firmando una serie de convenios aplicables a partir del siguiente Gobierno estatal, que elevaban el presupuesto educativo a niveles insostenibles, con la intención de provocar la bancarrota del Estado.

El actual Gobernador Javier Corral se ha resistido a esta pretensión de la élite magisterial y el asedio de los dirigentes charros, como los ibéricos de Numancia defendieron su ciudad de los romanos 134 años antes de Cristo; pero, mientras el mandatario panista decía “prefiero perder la gubernatura a claudicar ante el sindicato magisterial”, el PAN votaba a favor de un transitorio que indica que “el Gobierno del Estado de Chihuahua respetará íntegramente los derechos adquiridos de los trabajadores de la educación, establecidos en minutas, convenios y acuerdos (…) dejando sin efecto los actos que generaron detrimento en los derechos de los trabajadores de la educación con la aplicación de la abrogada Ley General de Servicio Profesional Docente.”

“Asimismo, promoverá, operará e instrumentará programas de beneficios y/o prestaciones laborales, profesionales, salariales y sociales atendiendo a los convenios, minutas y cualquier otro instrumento legal celebrado por el Gobierno del Estado y la representación de los trabajadores”. Lograron lo que Corral evitó, y acabaron por entregar la plaza. La BOA existe, y es un animal horripilante.

Acerca de lo sucedido en Ojinaga, y sumando otro hecho vergonzoso para Chihuahua, la dirección de Conagua había decidido iniciar el cumplimiento del tratado de aguas para el Río Bravo, firmado en 1944 con Estados Unidos, mediante el cual la nación del norte nos entrega mil 850 millones de metros cúbicos de agua, a cambio de 431 millones que le entregamos mediante afluentes del Río Bravo, y abrió parcialmente las compuertas de la presa Luis L. León.

Pero la BOA reunió a los productores priistas y panistas, y al distinguido senador Pérez Cuellar, y todos a coro declararon la independencia del agua de Chihuahua, y bajo la premisa falsa de que el vital líquido no es de la nación, sino de los chihuahuenses, se han opuesto violentamente a los intentos del Gobierno federal de cumplir con el tratado.

Algunos productores, impulsados por el precandidato priista a diputado federal Salvador Alcántar de Delicias, cerraron los puentes internacionales, exigiendo negociar con el delegado federal de aquella ciudad; la reunión se celebró desde temprana hora pero, al no llegar a un acuerdo y mientras se retiraba el delegado de la reunión, un grupo de manifestantes rompió el cerco policiaco que lo protegía, lo agredió y obligó a todos los funcionarios a refugiarse en la presidencia municipal, donde estuvieron privados de la libertad hasta las 3 de la madrugada del día siguiente, presionando de manera ilegal por el cierre de las compuertas.

Este ambiente de falsas noticias, mentiras a sabiendas, traiciones políticas y aberraciones publicitarias, de panistas y priistas defendiendo intereses construidos con el cemento de la corrupción, generan condiciones para una explosión violenta y de hartazgo, que pone en riesgo el proceso histórico del cambio de régimen y de proyecto de nación mediante la vía democrática.

A la BOA no le importa arriesgar su vida y bienes con tal de recuperar sus privilegios, sin saber que una crisis violenta le llevaría a la derrota no sólo política, sino económica y social, porque en un enfrentamiento clasista se actualiza la frase lapidaria de los revolucionarios del Siglo XIX: “En la lucha social, los pobres no tienen nada que perder más que sus cadenas”.

Sólo recuerden cómo les fue a los científicos y a las familias porfiristas después del estallido revolucionario.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas