“Diario del terremoto de 1985”, un libro que indaga una tragedia a través de la cultura

16/06/2018 - 12:03 am

En el Museo del Estanquillo, comentaron la obra el escritor y director de teatro Ricardo Díaz Muñoz y Ernesto García Cabral, danzante indígena e hijo del famoso ilustrador de mismo nombre. El libro gira en torno al siniestro ocurrido hace más de tres décadas, y es un llamado a valorar de dónde venimos y la riqueza cultural del país.

Ciudad de México, 16 de junio (SinEmbargo).- En una charla donde se exploró el sentido de la mexicanidad y las raíces que unen a un pueblo a partir de la cultura y la memoria histórica en torno a un siniestro natural, se presentó en el Museo del Estanquillo el libro Diario del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, de la escritora y promotora de la cultura indígena María Angélica Ortiz de Zárate.

La escritora pretende dejar testimonio sobre lo ocurrido de aquel trágico 19 de septiembre de 1985 y evitar que situaciones como esa caigan en el olvido. También encuentra la ocasión para conectar el siniestro con las formas y expresiones de la cultura indígena, la cual debe reconstruirse —de igual forma que una ciudad devastada— tras el olvido y el oprobio al que se ha visto expuesta.

El director de teatro Ricardo Díaz Muñoz recalcó que por medio de las 157 páginas que componen Diario del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, Ortiz de Zárate logra unir la riqueza de dos mundos distintos: el español y el indígena y a su vez rememorar en él una frase de Pablo Neruda: “los españoles se llevaron nuestro oro, pero nos dejaron el oro de la lengua española”.

“Lamentablemente muchos mexicanos no han asimilado aún que en su mayoría son producto, no de uno, sino de varios mestizajes: musical, dancístico, arquitectónico y lingüístico. En nuestro hablar cotidiano confluyen varias palabras de origen náhuatl, árabe, griego, anglosajonas, y hasta hebreas… La autora ha comprendido el mestizaje en varias de sus manifestaciones, empezando por su propia vida —y en su libro— ha hecho suyo el sincretismo religioso gracias a su actividad de conchera y sahumadora”, dijo.

Díaz Muñoz también se refirió a la gran capacidad para evocar de la escritora, quien en el diario se convierte en “la mujer que reflexiona, que informa, que insulta, y no podía faltar la mujer activista social ni la mujer enamorada de su país, o la poeta… Estos fragmentos ilustran (el caso de) tantas mujeres que habitan en un solo corazón: la ciudad. Sirvan estos fenómenos para hacernos reflexionar sobre la tierra donde estamos, como para que aprendamos a cuidarla y preservarla…¿Será que los mexicanos requerimos un desastre mayúsculo para que nuestra madurez indígena despierte y vuelva florecer?”, cuestionó.

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