Ciudad de México, 16 de mayo (SinEmbargo).– Gustavo de Hoyos Walther, abogado, empresario y expresidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), no coincide en casi nada con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero sí en que hay únicamente dos proyectos de Nación distintos y contrapuestos en México. Y no coincide porque uno de esos proyectos lo encabezan él, Claudio X. González Guajardo y los dirigentes de los partidos de la coalición Va por México, cuyo “pensamiento rector” –define– es el “México ganador” que coloca al individuo sobre la sociedad.
El otro proyecto, obviamente, es el de la Cuarta Transformación, liderado por López Obrador, que enfatiza la rectoría del Estado.
Entrevistado por los periodistas Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela para la serie documental y el libro La disputa por México, editado por Harper Collins, De Hoyos Walther afirma que esas antípodas, como él mismo las llama, están claramente definidas hacia la batalla por la Nación en 2024: “El México del fracaso y del agravio, que sustenta la visión de la cuasi religión que es la Cuarta Transformación, tiene como antítesis la visión de un México ganador que ofrece oportunidades de prosperidad”.
El “México ganador”, explica el hombre quien junto a González Guajardo pretende el regreso de un gobierno neoliberal en México, propone generar las condiciones para que el individuo, por su propio esfuerzo, acceda a educación de calidad, salud universal, retiro digno, así como seguridad en sus bienes propios y en su familia.
“Ahí está la diferencia de fondo: La habilitación del individuo para que construya su propio destino, que es el núcleo del pensamiento liberal contemporáneo, contra una visión que se funda más en la presencia unipresente del Estado”.
En su despacho de la colonia Polanco, vecino de las Lomas de Chapultepec –donde habitan los más ricos de la Ciudad de México y del país y donde se concertó Va por México–, De Hoyos habla con vehemencia del “México triunfador” y Sí por México, la organización que también fundó con Claudio X.González y cuya agenda programática hicieron suya públicamente, en octubre de 2020, PRI, PAN y PRD, los tres partidos históricos coaligados en Va por México.
La coalición le arrebató a la mitad de la gran metrópolis al movimiento de López Obrador cuatro meses antes, en junio de 2021; ahora planea quitarle el poder nacional en 2024, con una visión de futuro hasta el 2050.
Con énfasis, el abogado patronal afirma que el “México ganador” es el verdadero proyecto de Nación de la alianza; es sólo un “instrumento táctico” para conseguir la victoria en 2024 y constituir el primer Gobierno de coalición en la historia del país.
Y para conquistar el poder y crear el gobierno de coalición se planea sumar al partido Movimiento Ciudadano (MC) y definir, en unidad y oportunamente –en enero de 2023, ya con los saldos de las seis elecciones de 2022– tres candidaturas de manera simultánea: A la Presidencia de la República, a la Jefatura de Gobierno de la capital y a la Gubernatura del Estado de México.
“¿Qué va a llevar esta nave que se va a llamar Va por México, que es el instrumento táctico para llegar a un gobierno de coalición? Tiene elementos habilitantes y uno de ellos, sin duda fundamental, es tener una candidatura presidencial de unidad, debidamente legitimada y oportunamente decidida. Si no tenemos un buen candidato, el procesamiento adecuado para que tenga un verdadero respaldo y no lo hacemos a tiempo; si falta cualquiera de esas tres cosas, está condenado al fracaso”, dice.
–¿Ve usted una batalla por los destinos de la Nación?
–Creo que va a haber una discusión, espero, profunda, racional, respetuosa, inteligente, sobre dos visiones de cómo construir un futuro del país, y si ahorita con los elementos que tenemos los tuviéramos que sintetizar, yo diría: Está la visión de la 4T que se desmembra de su fundador y que ya trata de ser una visión más allá de su líder fundacional; y de este lado la visión del México ganador para todos.
“Yo creo que el verdadero debate va tenerse que quedar entre esos dos proyectos y desde luego, porque los proyectos los materializan los seres humanos, quiénes los van a encabezar. Pero ojalá que tengamos la oportunidad en este país de tenerlos a la vista con suficiente oportunidad para que: ‘oye, a ver, ¿cuál es el proyecto en materia de pensiones de este lado y cuál es el proyecto de pensiones de este lado? ¿Cuál es el proyecto en materia de salud universal de este lado y cómo lo ven de este lado? ¿Cuál es el proyecto de educación? A lo mejor acá es más escuelas Benito Juárez y acá es bonos educativos. Los dos hablamos de educación, ¿verdad? Ese es el verdadero debate que tenemos que tener en el país y yo creo que si se da de manera inteligente, oportuna, la síntesis más allá del resultado electoral puede ser una visión de país compartida”, afirma el abogado.
–¿Ustedes estarían dispuestos a aceptar a alguien de Morena de candidato presidencial?
–No, no lo veo viable porque…
–¿Marcelo Ebrard, para decirlo más concretamente?
–No, no lo veo viable– responde De Hoyos. La pregunta no viene de la nada. Marcelo Ebrard Casaubón ha declinado dos veces a favor de López Obrador; ha servido a su proyecto tanto de Secretario de Relaciones Exteriores como con otros encargos desde hace dos décadas, no está afiliado a Morena y algunos creen que no aceptará un “no” del partido para 2024.
–Para mí –agrega el exdirigente patronal–, y siendo bien respetuosos de las personas y sin descalificar en lo más mínimos los atributos personales, me parece que las personas que están en el núcleo del obradorismo, como es el caso de Marcelo Ebrard; como es el caso de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México [Claudia Sheimbaum]; como es el caso del líder del Senado [Ricardo Monreal], de todos mis respetos, evidentemente, conjuntamente con el Presidente López Obrador, representan el núcleo de una visión.
“Lo que representa Va por México, lo que impulsa Sí por México, es la antítesis de esa visión. Entonces sería difícil traer al capitán de un corsario para que navegue en la embarcación que va del otro lado, ¿no? Lo veo francamente inviable, con todo el respeto que me merecen las personas. Pero es como si yo les dijera que si se imaginan a Marko Cortés de candidato de Morena, ¿verdad? Nadie en su sano juicio lo pensaría. Es exactamente lo mismo”.