#soyautodefensa vs #soy132

16/05/2014 - 12:00 am

El comisionado Castillo que se enfrasco en un absurdo enfrentamiento contra José Manuel Mireles, hoy ex vocero de las autodefensas. El comisionado, sin datos, ni actas ministeriales, al mejor estilo de Genaro García Luna en sus momentos de mayor ingenio, aseguró tener pruebas de que el doctor había asesinado a cinco personas e incluso las presumía cual trofeo.

La acusación no es menor. En primer lugar, buscó lastimar la imagen de Mireles sin pruebas para impugnarlo. Lo acusó de confrontarse con supuestos criminales cuando él mismo se lo autorizó, al permitir la existencia de las autodefensas. Violentó además el principio de colaboración con la procuraduría. Sin un solo elemento serio acusó públicamente.

Castillo mostró a sus consentidos. Expuso que no cederá ante la presión de nadie y lo poco que le importa el debido proceso cuando de eliminar a sus enemigos se trata. Pisoteó el esfuerzo del Gobierno Federal por sustentar sus acusaciones en expedientes integrados y por diferenciarse de los sucios procedimientos de la administración anterior. La reacción de PGR no se hizo esperar pero el daño estaba hecho.

Su actitud consolidó la división de las autodefensas y abrió un espacio inusitado para que el grupo de Mireles se integrara a la “sociedad civil organizada”. Hábilmente, el doctor se alió con personajes de la talla del padre Alejandro Solalinde y Javier Sicilia entre otras, para lanzar su movimiento #YoSoyAutodefensa.

La forma de proceder de Castillo es delicada para Michoacán. El silencio del Presidente y el secretario de Gobernación al respecto plantean una amenaza para el resto del país. La visceralidad del Comisionado, con el aval implícito de sus jefes mandan una señal de intolerancia indeseable como tal han tenido una respuesta que, en un descuido, puede complicarles la agenda de seguridad.

El tropiezo de Castillo, es lo más parecido que hemos visto, al error de Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana que dio nacimiento al famoso movimiento #YoSoy132. Por intolerantes y por querer negar una realidad social, se da una respuesta en la sociedad que se empodera, los confronta y los pone en problemas.

Es fácil minimizar al movimiento estudiantil de 2012 porque ya desapareció. Eso no le quita ni legitimidad ni autenticidad. En su momento fue una señal de alerta hacia el PRI y sus antiguos formatos de trabajo. #YoSoY132 no era una amenaza para la estabilidad nacional pero alteró el discurso. #YoSoyAutodefensa puede volverse una fuerza más certera que les altere la agenda más que las palabras.

La coyuntura michoacana se da además en un momento particular, en el que retoma fuerza la protesta ciudadana. En paralelo a la alianza de Mireles con actores sociales para formar el #YoSoyAutodefensa, se reactivaron las marchas ciudadanas. Primero, los migrantes, después las marchas blancas en Cuernavaca y ahora, Tamaulipas. Esta última entidad, que lleva ya más de dos años asediada por la violencia, por fin sale a la calle a exigir un cambio, lo que se atendió con el operativo Tamaulipas.

Otro elemento interesante de reactivación civil fue el lanzamiento del Semáforo. Esta herramienta, financiada por un grupo de empresarios, mide el desempeño delictivo por entidad federativa para generar información homogénea y confiable que obligue a alinear a sociedad y autoridades.

El semáforo genera información transparente que permiten evaluar de manera ágil y sencilla el desempeño de las autoridades de los 3 órdenes de gobierno entorno a los principales delitos. Puede compararse los resultados mensuales con las metas de cada entidad y profundizar hasta nivel de municipio o colonia. Es una herramienta sencilla que permite transparentar la información y alinear las intervenciones. Ante la negación federal, fue el empresariado que lo fondeo en busca de generar presión social contra autoridades que evaden su responsabilidad.

Los priistas se empoderan fácilmente. Saben manejar el poder y negociar con las cúpulas. Saben dividir a sus oponentes y disolver a los grupos corporativos que ellos mismos crean. Sin embargo, subestiman la fuerza de la sociedad organizada, los minimizan.

Subestiman lo que los mexicanos aprendimos ante la incapacidad para ejercer la autoridad del panismo. Hoy sabemos levantar la voz y exigir atención. Es cierto que hay grupos intransigentes que rechazan cualquier propuesta gubernamental. Pero no son los únicos. Hay un largo sector de la sociedad que busca cuestionar las malas decisiones o los abusos desde las instituciones y otro tanto que acepta los cambios pero exige explicaciones y rendición de cuentas. Un buen ejemplo de esto lo puso Alfonso Cuarón con sus preguntas.

Si las autoridades subestiman el enojo y la frustración social probablemente se enfrentarán con movimientos mucho más radicales y difíciles de controlar. Se presentan de manera aislada y local pero con la tecnología rápidamente su fuerza se potencia.

No se trata de presumir una revolución, solo de  advertir que se siente una reorganización civil que había estado quieta en lo que va del sexenio. Más allá de las oposición a las reformas estructurales, la “pseudo defensa” el petróleo y demás  excesos de la izquierda, hay una sociedad cansada que exige explicaciones, respeto y resultados. Los exabruptos como los del Comisionado en Michoacán en nada ayudan a mantener en paz el enrarecido entorno social.

Alejandra Cullen
Economista del ITAM y tiene una maestría en administración pública de Harvard. Permanece en búsqueda constante de las coincidencias y disidencias entre sociedad y gobierno para entender lo que sucede en México.
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