El sistema se conecta al paciente a través de una cánula de drenaje, localizada en un gran vaso venoso, y otra cánula de retorno en otro gran vaso venoso o en una arteria, un proceso que necesita de la asistencia constante de dos enfermeras día y noche.
Barcelona, España, 16 de abril (EFE).- El Hospital del Vall d’Hebron de Barcelona mantiene con vida a ocho pacientes de COVID-19 gracias a un sistema de oxigenación extracorpórea que da soporte al corazón y a los pulmones cuando estos órganos no funcionan.
Esta técnica, conocida como ECMO, es muy compleja y da soporte respiratorio o cardiorrespiratorio mediante la combinación de una bomba centrífuga y un oxigenador de la sangre, explicó a EFE el jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Vall d’Hebron.
El sistema se conecta al paciente a través de una cánula de drenaje, localizada en un gran vaso venoso, y otra cánula de retorno en otro gran vaso venoso o en una arteria, un proceso que necesita de la asistencia constante de dos enfermeras día y noche.
Ocho pacientes de COVID-19 en estado grave son atendidos estos días en Vall d’Hebron mediante esta técnica, de la que hay muy pocos especialistas en España, si bien Ferrer indicó que también se ha recurrido a la misma en otros dos hospitales de Barcelona, para asistir a personas con coronavirus.
El doctor Ferrer, presidente también de la comisión médica que asesora al Gobierno catalán en la pandemia, indicó que estos días ingresan diariamente en la UCI de su hospital entre cuatro y cinco pacientes, una cifra que “no tiene nada que ver con lo que pasaba hace diez días”, en pleno periodo de expansión del contagio.
El doctor reivindicó mantener áreas ganadas para la UCI en estos días de pandemia, para tener un margen de actuación ante futuras crisis similares a la actual e incrementar el número de camas de UCI, que se han demostrado tan necesarias.
“En Alemania tienen una dotación de camas de UCI muy alta”, que asciende a 29.2 camas por cada 100 mil habitantes mientras que en España esa cifra desciende a menos de 10, una diferencia que explicaría en parte el menor número de fallecidos en aquel país, explicó.
Ferrer consideró que hay que tener en cuenta que en España existe una gran población de personas mayores con salud frágil, lo que ha hecho aumentar las cifras de muertos.