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Gabriel Sosa Plata

16/02/2016 - 12:04 am

Gobernar sin la TV

El Gobernador Jaime Rodríguez “El Bronco” mantiene diferendos con Televisa y en general con el resto de las televisoras que operan en la entidad, Multimedios y Televisión Azteca, por el tratamiento editorial que éstas han dado sobre la actuación de su gobierno en diversos hechos, como el no cumplir con la promesa de campaña de eliminar el pago de tenencia vehicular o quitar la gratuidad al sistema de transporte, Metro, los domingos.

El Gobernador Jaime Rodríguez "El Bronco" mantiene diferendos con Televisa y en general con el resto de las televisoras que operan en la entidad, Multimedios y Televisión Azteca, por el tratamiento editorial. Foto: Cuartoscuro.
El Gobernador Jaime Rodríguez “El Bronco” mantiene diferendos con Televisa y en general con el resto de las televisoras que operan en la entidad, Multimedios y Televisión Azteca, por el tratamiento editorial. Foto: Cuartoscuro.

¿Es posible gobernar sin el apoyo de la televisión?

La pregunta viene al caso por lo que ocurre en el estado de Nuevo León, donde el Gobernador Jaime Rodríguez “El Bronco” mantiene diferendos con Televisa y en general con el resto de las televisoras que operan en la entidad, Multimedios y Televisión Azteca, por el tratamiento editorial que éstas han dado sobre la actuación de su gobierno en diversos hechos, como el no cumplir con la promesa de campaña de eliminar el pago de tenencia vehicular o quitar la gratuidad al sistema de transporte, Metro, los domingos.

Un nuevo episodio de estos choques ocurrió la semana pasada por sangriento motín en el penal de Topo Chico. Las televisoras fueron críticas respecto a la actuación del Gobernador, pero el periodista de Televisa, Gregorio Martínez, quien suplió a Joaquín López Dóriga en el noticiario estelar, fue mucho más enfático en sus señalamientos. Acusó a “El Bronco” de actuar con “torpeza y lentitud” y destacó las reacciones de usuarios en Twitter que hicieron de la frase #InútilComoElBronco una tendencia de discusión nacional en dicha red social.

Ante los cuestionamientos, el gobernador publicó en su cuenta de Facebook un video en el que rechazó haber actuado con lentitud, que el problema en el penal de Topo Chico fue herencia de los gobiernos anteriores, que Gregorio Martínez mintió y que estos ataques son porque el gobierno no dará dinero a Televisa. “Este gobierno no les pagará un solo peso, no vamos a pagar para que los que trabajan en Televisa vivan del gobierno y el pueblo”.

Gregorio Martínez respondió a su vez a Jaime Rodríguez en otro video, en el que dijo que no vive del erario (como el Gobernador), que tiene un prestigio ganado en 26 años de trabajo y que él no dijo mentiras sobre “la crisis más grave en la historia del sistema penitenciario de nuestro país”.

La controversia entre el Gobernador, las televisoras y Gregorio Martinez debiesen observarse como un hecho natural en un Estado democrático. Desafortunadamente no es el caso. Tanto el Gobernador como las televisoras parecen no asumir su rol ante las nuevas circunstancias políticas en un estado sui géneris en el país, en el que el titular del Poder Ejecutivo arribó al poder sin el apoyo de las televisoras y de los partidos políticos, y en el que el gobierno estatal ha tomado la decisión de terminar con la vieja, anacrónica y antidemocrática práctica de destinar cuantiosos recursos públicos en publicidad gubernamental a la radio y la televisión para resaltar la imagen de los funcionarios públicos.

El Gobernador tiene por supuesto todo el derecho de defender sus decisiones y actuación frente a la opinión pública, con el fin de que la ciudadanía tenga una información más completa y puntos de vista de lo que sucede en la entidad. No obstante, al asumirse como un demócrata sin partido político, parece poco tolerante frente a las críticas que periodistas y medios de comunicación hacen sobre su gestión. ¿Qué esperaba después de que México y el mundo quedaron estupefactos ante la masacre perpretada en el estado que gobierna?

Como lo ha dicho en diferentes resoluciones la Suprema Corte de Justicia, los funcionarios públicos están mucho más expuestos a las críticas, incluso las más mordaces e hirientes, de la ciudadanía y los periodistas, al amparo de la libertad de expresión. Y este derecho debe priviligiarse por encima de la reputacion u honor del gobernante en casos de relevancia social o de interés general.

Por su parte Televisa y el resto de las televisoras en la entidad parecen en ocasiones actuar con revanchismo y no con periodismo. A diferencia del trato que se le dio al ex Gobernador Rodrigo Medina en hechos similares (por ejemplo, el motín en el penal de Apodaca, que trajo la muerte de 44 personas en 2012), ahora son particularmente críticas del gobierno y del Gobernador. Es más, hasta retoman periodísticamente etiquetas ofensivas como “InútilComoElBronco”. A Rodrigo Medina le crearon expresiones como esas y más por el motín y por otras acusaciones, especialmente de corrupción, pero no fueron recuperadas en la televisión y menos en el noticiario de cobertura nacional.

Uno esperaría en beneficio de la libertad de expresión de periodistas y medios de comunicación y el derecho a la información de las audiencias que prevalezca esa cobertura crítica, pero con un tratamiento periodístico en el que sean consideradas las versiones de los diferentes actores de la sociedad. En el caso que nos ocupa, “El Bronco” ha denunciado que no le otorgaron el derecho de réplica a lo dicho por Gregorio Martínez y que por eso recurrió una vez más a las redes sociales para divulgar su postura. Independientemente si procede o no este derecho con base en la malograda ley reglamentaria del derecho de réplica, Televisa muestra parcialidad al negarle al gobernador la posibilidad de aclarar la información transmitida y confirmaría la campaña de linchamiento en su contra.

En su nueva circunstancia de distanciamiento con el gobierno estatal, se abre la oportunidad para que en Nuevo León las televisoras se acerquen más a la sociedad y desarrollen periodismo de calidad sin la presión de los compromisos editoriales establecidos por la publicidad gubernamental. En los pocos meses del nuevo gobierno, no han aprovechado la coyuntura, pese al enorme desprestigio que se ganaron con la tendenciosa cobertura informativa durante el pasado proceso electoral, en la que se privilegió a la candidata del PRI, Ivonne Álvarez, y se subestimó y buscó denigrar al candidato ciudadano Jaime Rodríguez.

Las televisoras en la entidad deben recordar que estas políticas editoriales suelen revertirse en su contra. En lugar de ganar audiencias y credibilidad, obtienen rechazo y desprestigio en la sociedad, en un contexto radicalmente distinto al de hace algunos años, en el que las redes sociales juegan un papel cada vez más relevante en la comunicación política, el ejercicio del poder y los contrapesos informativos y de la opinión pública.

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