El Gobierno Federal quiere seguir al pie de la letra los consejos de sus asesores fanáticos de la época colombiana, se inventaron una Gendarmería Nacional que hasta el día de hoy sigue en gestación y la cual está destinada al fracaso.
Con la aparición de los grupos de autodefensa y con la mezcla de poderes que se ejercen en algunos estados y sin duda por la falta de capacidad, operatividad o fuerza estatal, los grupos del crimen organizado han ido tomando poco a poco terreno, el compromiso de campaña de Enrique Peña Nieto no se ha cumplido, hoy México no vive en paz, no tiene seguridad y tranquilidad como lo prometió.
El estado fallido de Michoacán que muchos temen reconocer hoy más que nunca es el principal foco de atención del gobierno federal es el primero de algunos más que se viene y que sin duda alguna se saldrán de las manos del gobierno de Peña Nieto y sus propios gobernadores que se ven rebasados por estos grupos de autodefensa y por los grupos del crimen organizado que son quienes verdaderamente mandan en esas tierras.
No debemos olvidar que la primera acción de Felipe Calderón, digamos, el primer manotazo fuerte en el escritorio y que utilizara como medio legitimador de su gobierno ante los constantes embates del que se decía Presidente Legítimo Andrés Manuel López Obrador, fue precisamente en su natal Michoacán cuando envió a las fuerzas militares a poner orden en ese estado, hoy 7 años más tarde el gobernador de esa entidad festeja la firma del convenio en donde sede la seguridad del estado a Bucareli, La Secretaría de Gobernación, los militares y toda la estructura del gobierno federal se encuentran atentos al más mínimo movimiento y esperanzados en llegar a acuerdos con los grupos de autodefensa.
Lo que no han medido es que los grupos de autodefensa no están sólo en Michoacán y que no son comandados por el Dr. Mireles lo que se convertirá a la postre en un error fatal más, es en este sentido y viendo que le gusta tanto al gobierno federal imaginar a México Colombianizado que me permitiré comentarle algunas líneas que buscan similitud entre estas dos naciones.
Es necesario recurrir a una mirada histórica para entender como el Estado Colombiano se construyó en relación con la violencia que imperaba en ese país. El estado que no pudo consolidarse y que fue testigo de apariciones de guerras civiles nacionales y locales, es así que surge lo que se conoce como el episodio de la “violencia” cuando el régimen del frente nacional pactó con las diferentes élites para repartir el poder entre los dos principales partidos, lo que se tradujo en un sometimiento aún mayor del estado a la lógica de los partidos, así que la violencia fue cada vez a más, durante el periodo de los años 70’s y 80´s se observó en ese país una violencia abierta, después del ataque del ejército a Marquetalia el 28 de mayo del 64 con más de 12,000 hombres a los grupos de autodefensa que estaban constituidos en su mayoría por comunidades campesinas que se habían negado a dejar las armas después de la violencia con la que había actuado el gobierno, esto daría como resultado que se constituyera el ejército revolucionario mejor conocido como Las fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia las (FARC).
Aunado a este pasaje debemos recordar también que no sólo se constituyeron las FARC sino que se creó el Ejército de Liberación Nacional, el Ejército Popular, el movimiento M-19, la ADO autodefensa obrera y el movimiento armado Quintín Lame a finales del año 1984.
Esta parte de la historia de Colombia es en donde considero que podemos encajar en México, es precisamente a finales de los 80 en donde en una movilización importante de la economía de la droga se determinan las llamadas “violencias”, incluso se transforman pues se refuerzan las FARC y se constituyen los grupos paramilitares que eran grupos que no eran autodefensivas, ni estatales, sino la extensión de grupos armados privados detentados por la industria ilegal de la droga.
El narcotráfico jugó un papel muy importante pues crearon nuevas formas de represión, ataques impensables, la violencia urbana aumento considerablemente, sicarios, paramilitares, grupos criminales, autodefensas, así podemos ver en la historia que hasta los 90´s el estado nunca logró tener el monopolio de la fuerza, garantizar la seguridad y el orden del pueblo de Colombia.
Ya lo advertía Hobbes en el Leviatán, los seres humanos rivalizan entre sí por la consecución de ventajas materiales, se celan unos a otros por cuestiones de honor o de orgullo; cada uno de ellos tiene la capacidad, gracias a la violencia o a la astucia, de atentar contra la integridad física de sus semejantes. También es cierto que cualquier individuo tiene derecho a defenderse de un peligro concreto, pero también las amenazas que lo acechan por doquier. Sin embargo, la razón le permite descubrir el ejercicio casi natural de ejercer este derecho de uno contra uno, que desemboca en la necesidad del poder y que en la mayoría de las ocasiones no termina más que con la muerte.
Por regla general todo el mundo tememos el desmoronamiento de las instituciones, el desprecio generalizado de las normas jurídicas, la aparición del estado de No Derecho, los municipios en donde priva la ley del más fuerte, los mexicanos no queremos que los bandidos sean las autoridades, los mexicanos no quieren tributar ante Hacienda y ante el narco, la descomposición cada vez es mayor y sin lugar a dudas el modelo imitado por el gobierno no encaja con la realidad social del país, sin acciones concretas y sin unión en lo más alto, este país está destinado a vivir los peores años en su historia y seremos los tristes testigos de una verdadera guerra sin cuartel.
Según Hobbes el poder político debe ser capaz de imponerse frente a cualquier fuerza opuesta, debemos ser capaces de distinguir entre la violencia al servicio del derecho y la violencia que transgrede la ley. El verdadero problema está en querer minimizar el problema que en este caso no es más que la propia Violencia con la que se está actuando.
Y para terminar no han pasado 15 días del año y ya tenemos el primer alcalde asesinado…
Nos vemos la próxima semana.
