Como afirma el Presidente: “no todo en mi gobierno es perseguir y capturar criminales”. Pues sí. Además de eso, también se ha fortalecido a la policía, al Ejército y a la Marina, además, además… además de eso, socialmente, no ha habido gran cosa.

Unas horas después de que Felipe Calderón Hinojosa hiciera esa declaración –el sábado 14 de enero– se difundía, particularmente a través de las redes sociales y en pocos medios de comunicación alternativos, que padres de familia rarámuris –según un funcionario y varios activistas chihuahuenses– se han suicidado a causa de la hambruna que azota la Sierra Taraumara de Chihuahua. Las comunidades donde habrían muerto de hambre seis personas son Napuchi, Wisarorare, Baquiachi y Pasigochi, donde el índice de mortandad, debido a la falta de alimento, es un factor que ha propiciado casos de lesiones y de muertes de adultos de entre 55 a 60 años de edad.

Y si en México la gente muere de hambre y por desnutrición es porque poco o nada se ha hecho en pro de los más necesitados, en un sexenio que ha privilegiado las balas sobre la alimentación, la educación, la salud y el empleo.

La tragedia en la Sierra Tarahumara –olvidada por décadas de los programas sociales y de desarrollo– se agravó, además, por la sequía y la falta de prevención y respuesta gubernamental ante este problema, que se vislumbraba ya desde 2010.

En 2011, en esas tierras de rarámuris se dejaron de producir 20 mil toneladas de maíz de autoconsumo, lo que aceleró la desnutrición. Además, de las 150 mil toneladas de maíz que se producen en el estado de Chihuahua, sólo hubo 500 toneladas de maíz; de frijol, que se producen entre 80 mil y 120 mil toneladas, este año nada más hubo 20 mil, y de avena existe una pérdida superior a 80%, de acuerdo con cifras de la Fundación del Empresariado Chihuahuense AC (Fechac).

Y, para ser justos, tampoco todo es responsabilidad del gobierno federal. Ahí se evidencia también la ineficacia de la administración del priísta César Duarte Jáquez. Aunque los avisos de la emergencia en la Tarahumara se han venido dando desde hace meses, el fin de semana Ramón Gardea, integrante del Frente Organizado de Campesinos Indígenas, denunció públicamente que mujeres y hombres se estaban tirando a los barrancos o colgándose.

Sin embargo, el gober Duarte Jáquez andaba muy ocupado entre el sábado y el domingo. Fue a Puebla para acompañar a su homólogo, Rafael Moreno Valle, en su Primer Informe de Gobierno, y también visitó Tlaxcala para presencia el Informe del gobernador de esa entidad, Mariano González Zarur.

Así se las gasta Duarte, quien el 1 de diciembre pasado, en un gira de Calderón por Batopilas –donde el Presidente repartió tarjetas bancarias a los rarámuris, que viven en comunidades donde ni siquiera hay bancos– hasta se dio el lujo de regañar a los indígenas que, supuestamente, han tenido que sembrar enervantes para sobrevivir: “Por eso lo que nosotros queremos es darles para que produzcan fruta, para que hagan ganadería y trabajen con honradez y saquen a sus hijos verdaderamente hacia adelante, con el turismo… Porque la delincuencia se aprovecha de la ignorancia”, aseguró sin vergüenza ni rubor alguno el mandatario priísta de Chihuahua.

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Y como si el trágico ejemplo de la hambruna en la Sierra Tarahumara fue insuficiente, Gerardo Sánchez García, presidente de la Confederación Nacional Campesina, denunció que el frijol fue sacado de la canasta básica de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), a cargo de Heriberto Félix Guerra.

De acuerdo con el líder de la CNC, esa decisión del gobierno federal afecta a más de 30 millones de mexicanos pobres que viven en el sector rural; además impacta a las 25 mil tiendas Diconsa que se encuentran en las zonas más marginadas del país y que han empezado a racionar también la venta de maíz, debido a la escasez de granos básicos.

Las contingencias climáticas, así como a la negativa de la administración panista del presidente Felipe Calderón Hinojosa para apoyar con 10 mil millones de pesos a los productores afectados en 22 estados de la República Mexicana, acusó Sánchez García, quien expuso se formando una “bola de nieve” contra del sector primario y que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en 20 años ésta obligará a México a importar 80% de la comida que demanda la población.

La Sedesol, a través de Diconsa, redujo la canasta básica que hasta antes de las sequías consistía en frijoles y tortillas; sin embargo, sustituyó a los primeros por lentejas, importadas, y pastas. Además, limitó a 20 kilos la venta de maíz.

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Luego de la detención de Alfredo Arango García, ex secretario de Salud en el gobierno de Mario Marín Torres en Puebla, el equipo de Enrique Peña Nieto se la está pensando dos veces para impulsar la candidatura del “Gober Precioso” al Senado de la República.

Arango García, quien además es compadre de Marín Torres, fue detenido el 12 de enero por la Policía Ministerial “por el delito de enriquecimiento ilícito, marcado por la ley como grave y sin derecho a fianza”.

El equipo de EPN, encabezado por Luis Videgaray Caso, considera ya frenar la nueva aspiración del “Gober precioso”, tras la estela de corrupción y la imagen desastrosa del ex gobernador poblano, quien con su sola reaparición en un acto de Peña Nieto, el pasado 10 de enero, causó incomodidad al candidato priísta a la Presidencia de la República.

Así que, de acuerdo con los comentarios que provienen de la oficina de Videgaray, tras el encarcelamiento de Arango, uno de los hombres de confianza del “precioso”, el nombre de Mario Marín Torres quedará borrado de la lista del PRI de candidatos a legislador.

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