Londres, 19 oct (EFE).- El Primer Ministro británico, David Cameron, dijo hoy que el extremismo islámico es el "mayor problema social" que afronta el Reino Unido y afirmó que los yihadistas que vuelvan de Siria deberán asistir a cursos de "desradicalización".
En un artículo escrito en el diario "The Times", Cameron señala que los radicales amenazan la seguridad del Reino Unido y perjudican "la democracia multirracial y multirreligiosa", por lo que su Gobierno presentará hoy una estrategia para combatir el yihadismo.
Como parte de ese plan, agrega el jefe del Gobierno, el país establecerá programas de desradicalización para terroristas que hayan salido de la cárcel o los que hayan vuelto de Siria.
Este plan tiene como objetivo atacar "el veneno" desde todos los niveles a fin de combatir la ideología que sustenta el yihadismo, subraya Cameron, que avisa que "derrotar a nuestros enemigos llevará tiempo, paciencia y exigirá una adaptación constante".
"La narración extremista debe ser combatida cada día en la mesa de la cocina, en los campos universitarios, en internet (...) Esta batalla sólo se ganará con argumentos y persuasión, con gente que demuestre el poder de nuestros valores liberales, democráticos", resalta el artículo, publicado antes de que Cameron dé a conocer más detalles de su estrategia para combatir el radicalismo islámico.
El Gobierno estima que más de 700 británicos han viajado a Siria e Irak para unirse al Estado Islámico (EI) y otros grupos yihadistas, de los que la mitad habrían vuelto al Reino Unido.
"Esta es una batalla generacional", afirma Cameron en "The Times" y defiende la necesidad de combatir a estos grupos que están "bien organizados y son sofisticados" en sus métodos de actuación.
Al mismo tiempo, el Primer ministro manifiesta su apoyo a los musulmanes que tienen que enfrentarse con grupos radicales.
"Necesitamos apoyar a los musulmanes que están afrontando la narrativa extremista y facilitarles una alternativa positiva", agrega Cameron, que promete ofrecer a estos musulmanes "protección, financiación, ayuda práctica y el apoyo que podamos".
Entre las medidas que anunciará el Primer ministro figura extender hasta los 17 años de edad el actual permiso facilitado a los padres para confiscar los pasaportes de sus hijos menores de 16 años que sospechen están en peligro de ser radicalizados.
Según el Gobierno, algunos padres de hijos menores de 16 años ya han utilizado este poder de retirar el pasaporte desde que la medida fue puesta en marcha el pasado julio.
Además, el Gobierno quiere impedir que las personas condenadas por extremismo islámico puedan trabajar con menores de edad, de la misma manera que se hace con los condenados por pederastia.
También se prohibirá que clérigos islámicos radicales puedan colgar material extremista en la red.