Washington, 16 oct (dpa) - El servicio de guardacostas de Estados Unidos anunció hoy que repatrió a 57 migrantes cubanos que pretendían abandonar la isla en balsas.
Los 57 balseros cubanos fueron interceptados por los guadacostas estadounidenses en tres operaciones distintas.
"Admitimos que los traficantes de personas están divulgando rumores de que habrá cambios en nuestra política migratoria y algunas personas les creen. Deben sentirse desesperados y se lanzan al océano en embarcaciones no aptas para la navegación en el mar, lo que crea situaciones muy peligrosas", explicó el guardacostas Mark Fedor.
Fedor hacía alusión a los rumores infundados de que tras la reanudación de relaciones bilaterales entre Washington y La Habana podría haber modificaciones en la llamada la Ley de Ajuste Cubano de 1962 y la llamada normativa de "pies secos, pies mojados" de 1995.
La administración Obama ha negado hasta ahora que vaya a hacer cambios en esta legislación, que da ventajas a los cubanos frente a otros inmigrantes que entran ilegalmente en Estados Unidos.
En virtud de la llamada ley "pies secos, pies mojados", Estados Unidos repatria a todos los cubanos que intercepta en el mar ("pies mojados") intentando entrar de forma irregular al país.
Sólo los que alcanzan a pisar suelo norteamericano ("pies secos") pueden tramitar un permiso de residencia que se les concede después de un año y un día, según la Ley de Ajuste Cubano estadounidense.
En el año fiscal 2015, que concluyó el 1 de octubre, 4 mil 462 migrantes cubanos trataron de llegar ilegalmente a Estados Unidos por el mar, según los útlimos dados disponibles. Ese número tiene en cuenta tanto los que son interceptados en el mar y repatriados como los que llegan a tierra y los que mueren en el intento en aguas del Estrecho de la Florida, el Mar Caribe o el océano Atlántico.
Los datos reflejan un aumento respecto a los de 3 mil 722 cubanos que intentaron salir de la isla el año fiscal anterior, según la Guardia Costera.
Hace dos años, la cifra fue de 2 mil 129, por lo que se mantiene el crecimiento pese a las reformas económicas en la isla y el deshielo de las relaciones con Estados Unidos.