Túnez, 13 oct (EFE).- El grupo yihadista tunecino "Katibat Okba bin Nefa" anunció hoy la ejecución de un pastor al que acusó de colaboración con el Ejército de Túnez y al que las fuerzas armadas de este país trataron de liberar el domingo.
En la fallida operación de rescate murieron al menos dos soldados y cuatro más resultaron heridos, informó anoche el portavoz del ministerio tunecino de Defensa, Belhasan Oueslati.
Según un comunicado colgado en una web yihadista y recogido por la agencia oficial de noticias local TAP, el pastor fue ajusticiado por "actos de espionaje" en la zona del monte de Samama, en la región de Kaserin, fronteriza con Argelia.
El hombre fue ejecutado "por espiar para las Fuerzas Armadas y trasmitirle información sobre los movimientos de los grupos armados en Kaserin", detalló la nota.
El mensaje contenía una advertencia dirigida a "toda persona que pretenda colaborar con las fuerzas de seguridad", ya que si lo hace "correrá la misma suerte del pastor".
Este es el segundo asesinato similar perpetrado en la misma zona de Samama tras el del imam de una mezquita el pasado 30 de agosto.
El domingo, una vez que se conoció la desaparición del pastor, unidades de las fuerzas antiterroristas de la Guardia Nacional emprendieron una fallida operación de rescate en la que perecieron al menos dos soldados y cuatro más resultaron heridos.
Según el ministerio tunecino de Defensa, los uniformados perdieron la vida durante una emboscada en la zona de Samama, incluida en la zona de "exclusión militar" vecina a la frontera con Argelia en la que los grupos islamistas están refugiados desde 2011.
El salafismo ha rebrotado en Túnez desde que aquel año la llamada "Revolución del jazmín" derrocara la dictadura del huido Zinedin el Abidin Ben Ali.
Desde entonces, grupos yihadistas se han asentado en la región de Kaserin, convertida en centro de reunión de radicales de todo el Magreb que viajan a combatir tanto a Siria como a la vecina Libia.
La situación se agravó aún más este año cuando yihadistas vinculados a una célula "Okba bin Nefa", y entrenados en Libia, perpetraron dos atentados en la capital y la ciudad costera de Susa que segaron la vida de más 60 turistas extranjeros.
Túnez es además el primer país del mundo en número de voluntarios que viajan a luchar junto al Estado Islámico en Siria, con más de 5.000 milicianos y colaboradores, de los que cerca un 15 por ciento han regresado.
La situación ha abierto una brecha en las relaciones entre Túnez y Argelia, agravada esta semana después de que el ministerio tunecino de Defensa señalara al país vecino como uno de los factores responsables del auge del yihadismo.