La Paz, 3 oct (EFE).- Los Ministros del Gobierno boliviano deberán dedicar los sábados a replantar árboles por todo el país, sin cobrar viáticos u otro tipo de remuneración, con el fin de paliar el calentamiento global, anunció hoy el Presidente de Bolivia, Evo Morales.
"Hemos debatido con nuestros ministros cómo podemos aportar para salvar al planeta, movilizarnos para curar y sanar al planeta (...). Dijimos 'hagamos plantaciones permanentes'", afirmó el mandatario durante un discurso en un pueblo de la región de Cochabamba (centro), donde inauguró una campaña de reforestación.
La meta, dijo Morales, es lograr cinco millones de nuevas plantas hasta marzo del próximo año.
"Cada sábado, voluntariamente, vamos a plantar en toda Bolivia", aseguró el gobernante, quien agregó que los Ministros y otras autoridades nacionales llevarán a cabo esta tarea "sin ninguna remuneración, sin ningún sueldo".
Según el presidente boliviano, "han muerto miles de hermanos y hermanas por exceso de temperatura en el planeta", por lo que considera que su país y su Gobierno tienen "la responsabilidad de ver cómo cuidar a la madre tierra para garantizar la vida de las futuras generaciones".
Morales ha sido acusado de hipocresía por diferentes sectores, que consideran que su conocida defensa de la madre tierra, la "pachamama", contrasta con la nueva estrategia de su Gobierno, que ha anunciado un fuerte impulso a la exploración de hidrocarburos, sector que sustenta la economía del país andino, incluso en los parques naturales protegidos.
El Gobierno boliviano ha recibido en los últimos meses duras críticas de la oposición, líderes indígenas y grupos ecologistas por esta decisión.
En mayo pasado, Bolivia aprobó el decreto que abre las puertas al extractivismo en reservas naturales, y en julio el presidente anunció que el ingreso de las petroleras en esas áreas para buscar nuevas reservas energéticas se hará "con mucha fuerza" y se concentrará en siete parques naturales.
Además, los grupos ambientalistas han denunciado la deforestación ilegal de grandes zonas boscosas del país a manos de cocaleros, madereros y plantadores de soja, que invaden con sus cultivos zonas protegidas del oriente y la Amazonía sin que las autoridades lo impidan.