“Mis amigos me han nombrado la persona con la que menos desean hacer aventuras extremas porque siempre parezco estar muy cerca de ser parte de un desastre”, aseguró el actor estadounidense a la revista Wired.
Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).- Dicen que los gatos tienen nueve vidas, pero Leonardo DiCaprio asegura haber usado algunas cuantas, pues en al menos tres ocasiones ha estado al borde de la muerte.
“Mis amigos me han nombrado la persona con la que menos desean hacer aventuras extremas porque siempre parezco estar muy cerca de ser parte de un desastre”, aseguró el actor estadounidense a la revista Wired.
Según cuenta el actor, la primera vez que puso su vida en peligro fue en 2006 mientras buceaba en Sudáfrica. Un tiburón blanco logró entrar a la jaula donde se encontraba, supuestamente sin peligro alguno.
“La mitad de su cuerpo estaba dentro [de la jaula]. El tiburón trató de morderme y estaba a un brazo de distancia de mi cabeza”, recordó el cinco veces nominado al Oscar.
La segunda ocasión que estuvo en peligro, y al parecer, la que más lo ha aterrorizado fue cuando se encontraba abordo de un avión con destino a Rusia. “Estaba en clase ejecutiva, y un motor explotó frente a mis ojos. Estaba sentado ahí mirando el ala, y el ala entera explotó en una bola de fuego. Fue una locura. Apagaron todos los motores por varios minutos, no se escuchaba ningún sonido. Luego encendieron nuevamente los motores y realizamos un aterrizaje de emergencia en el JFK”.
Años más tarde, el protagonista de The Revenant, la reciente película del director mexicano Alejandro González Iñárritu, se enfrentó a un nuevo percance, esta vez cuando durante el lanzamiento de un paracaídas. “Tiramos del primer paracaídas y estaba enredado. El hombre con el que estaba lo cortó. Ni siquiera pensé en el paracaídas extra, así que pensé que estábamos cayendo en picado a nuestra muerte”. “Tiramos del segundo y ese también estaba enredado”, dice el actor, asegurando que cuando finalmente se abrió, el sujeto con el que realizaba el salto le dijo que se preparara, porque a la velocidad que estaban descendiendo, probablemente se fracturarían las piernas. Sin embargo, eso no sucedió.
Aunque su papel en The Revenant no lo puso al borde de la muerte, el estadounidense de 41 años aseguró que fu la película más difícil que ha hecho. “Lo más difícil para mí fue entrar y salir de los ríos congelados. Porque tenía la piel de alce en una piel de oso y que pesaba alrededor de 100 libras cuando se mojó. Y cada día era un reto de no contraer hipotermia”.
