El país está en crisis, pero el gobierno simula otra cosa, como en seguridad: académicos

15/12/2014 - 12:02 am
El Presidente Enrique Peña Nieto y el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso. Foto: Cuartoscuro.
El Presidente Enrique Peña Nieto y el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).- El discurso triunfalista de funcionarios federales que se niegan a admitir que el país atraviesa por una crisis económica puede influir aún más en la confianza de los inversionistas que la caída del peso y del precio del barril de petróleo señalaron académicos.

Afirmaron que la negación de las autoridades encargadas de la política económica en el país a reconocer que atravesamos por una crisis, no sólo por la volatilidad en el tipo de cambio y el precio del barril de petróleo sino también por el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo y la baja en la confianza del consumidor, agrava aún más la situación.

“Estamos estancados y la economía en México no crece, no estamos en dirección de irnos hacia una crisis, pero sí en un momento en el que las autoridades tienen que cambiar de actitud y de discurso”, advirtió Irving Rosales Arredondo, académico del Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana.

Agregó que si los encargados de la política económica no cambian su discurso y su actitud, podrían llevar al país a una crisis de la misma gravedad que la de 1994, en la que la moneda se devaluó 50 por ciento, “el peor error –hace 20 años- no fue en diciembre sino haber actuado tarde, porque sabían que estaba sucediendo. Se actuó muy tarde y eso fue lo que derivó en toda la crisis. Lo importante, para que no se repita, es el hecho de que las autoridades no actúen tarde, que cambien su discurso de que todo es culpa del exterior”.

En lo que va del año, la moneda se ha depreciado 15 por ciento aproximadamente, según cálculos del semanario inglés The Economist, mientras que el precio del barril de petróleo de la mezcla mexicana de exportación ha perdido entre junio y lo que va de diciembre más de 50 dólares.

Señaló que un dólar a niveles de 15 pesos, como los que tocó la semana pasada, pueden ser aceptables por una o dos semanas, “pero por más tiempo eso se va a empezar a convertir en un problema y a generar presiones inflacionarias y eso va a traer problemas para las empresas que cotizan en bolsa”.

En términos de inflación, el país también se encuentra lejos de las metas trazadas por el gobierno, de alrededor de 3 por ciento, para rondar el 4 por ciento, según cálculos de especialistas.

LA VERSIÓN OFICIAL

Desde septiembre pasado, analistas empezaron a advertir que la economía mexicana empezaba a estancarse y que tanto las cifras de crecimiento como de consumo se ubicaban en niveles menores a lo esperado, sin embargo, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, aseguró ante senadores el día 12 de ese mismo mes que el país estaba “en un claro proceso de recuperación” y resaltó que pese a que habrá una disminución de 91 mil 500 millones de pesos por la menor producción petrolera, ello no impactará en el gasto público, debido a la política contracíclica y a las medidas de responsabilidad fiscal que han puesto en marcha.

“Hoy tenemos un horizonte muy optimista en cuanto al ritmo de crecimiento de nuestra economía”, dijo por su parte el Presidente Enrique Peña Nieto en noviembre durante una gira por China.

Al igual que con el tema de la economía, integrantes del Gabinete Presidencial negaron en su momento una crisis social y de seguridad a raíz de la desaparición de 43 alumnos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero. También minimizaron que este hecho fuera a impactar en la economía, a pesar de que así lo advirtieron medios internacionales.

El 5 de noviembre, ante industriales del país, el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, afirmó que el caso de Iguala no daña la llegada de inversiones al país, pues los inversionistas cuentan con una visión más amplia sobre el destino de sus capitales.

Dijo que un “incidente como estos daña la imagen del país, pero es un gran esfuerzo de todos poder recuperar algún terreno perdido” y aclaró: “Es muy diferente hablar de impacto de imagen a impacto de inversión”.

Un día después, Videgaray Caso señaló que “lo ocurrido en Guerrero es algo que difícilmente vamos a olvidar, pero debe llevarnos a la acción: primero, al gobierno federal, a los gobiernos de los estados y a la sociedad en su conjunto sobre el valor del estado de derecho. Y segundo, a entender que México tiene una agenda importante de reformas, pero también el potencial de transformar la realidad económica, y de que éste no es el momento de distraernos para su implementación. Es momento para seguir trabajando con disciplina, de manera efectiva y acelerada, en la implementación de las reformas; lo debemos atender con la misma intensidad que se atienden los problemas derivados de situaciones tan lamentables, tan dolorosas como las que estamos enfrentando. El gobierno tiene una agenda muy clara y los otros asuntos también deben de atenderse con profundidad”.

EL “TRIUNFALISMO” MEXICANO

María Fonseca Paredes, directora de Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, expresó que los funcionarios del gobierno mexicano insisten en un discurso “triunfalista” mientras que tanto los inversionistas como la comunidad internacional y los ciudadanos ya se dieron cuenta que la realidad es muy diferente.

“Al gobierno se le complican las cosas porque la ciudadanía se está cansando”, alertó.

“Lo que trata de hacer es justamente enfocarse a ese triunfalismo hasta que no se les termine de caer el teatro. El discurso no creo que nos lleve a algo peor, en términos de cómo luce México desde fuera, porque ya está deteriorada la imagen, deben actuar para recuperar la confianza de la gente y decir: la regamos, pero aquí vamos”, expresó.

A juicio de la académica, en lugar de enfrentar la situación, el gobierno está optando por mostrar una cara de un país que no es real, a pesar de que “dentro y fuera de México siempre preguntan si así están las cosas o son peores, y eso te habla de la falta de confianza”.

Ambos académicos coincidieron en que existen riesgos que no son controlables, como la volatilidad en los mercados internacionales que ha afectado al peso y al petróleo, pero sí es obligación del gobierno generar las condiciones de seguridad, de transparencia, de incentivos a la creación de empresas para que exista un mayor poder adquisitivo y el mercado interno se ponga en movimiento.

Sin embargo, expresaron, el primer paso para ofrecer estas condiciones es cambiar el discurso.

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