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Jorge Alberto Gudiño Hernández

15/11/2014 - 12:05 am

Algo se está haciendo bien

En el último mes el portal de SinEmbargo ha sido atacado en un par de ocasiones. La última de ellas esta misma semana. El ataque fue simple pero eficaz: por medio de algún algoritmo sofisticado se consiguió que nadie pudiera tener acceso al portal durante algunas horas. Para quienes colaboramos con SinEmbargo y, también, para […]

En el último mes el portal de SinEmbargo ha sido atacado en un par de ocasiones. La última de ellas esta misma semana. El ataque fue simple pero eficaz: por medio de algún algoritmo sofisticado se consiguió que nadie pudiera tener acceso al portal durante algunas horas.

Para quienes colaboramos con SinEmbargo y, también, para quienes somos lectores asiduos de sus contenidos, no hay mucho misterio detrás de los ataques: si se bloquea el acceso es porque en el portal se dicen cosas incómodas. Es una forma moderna de ejercer la censura. Es una forma tonta de hacerlo.

Quisiera abrogarme parte de la responsabilidad por el éxito de SinEmbargo. Soy colaborador ahora y lo fui casi en sus inicios. Pese a ello, sé que mis textos no son los que lo vuelven objeto de la censura. Son muchos los periodistas que hacen un verdadero trabajo de investigación, riguroso y libre, quienes merecen el aplauso. Cuando mucho, yo tengo que sentirme agradecido por poder compartir un espacio con ellos. Sobre todo, porque son los verdaderos responsables de que, hoy en día, SinEmbargo sea el líder de los diarios digitales en México (Fuente: Alexa).

Volvamos entonces: ¿por qué alguien querría boicotear la labor del más visitado de los diarios digitales del país? Porque dice cosas incómodas, por supuesto; incómodas porque son ciertas. En este espacio se pueden leer reportajes en contra de políticos, de líderes sindicales, de empresarios que han hecho mal su labor. Ahora bien, eso todo mundo lo dice. Las pláticas de sobremesa, las discusiones en las oficinas, las reuniones familiares están llenas de quejas contra el mal gobierno. Hablar de la corrupción y soltar ejemplos por doquier es un lugar tan común como la corrupción misma. ¿Cuál es, entonces, la diferencia?

Debe ser que SinEmbargo está haciendo las cosas bien. Cuando platicamos solemos exagerar. Levantamos la voz y damos manotazos indignados por lo que sucede en el país. Y eso hace que nuestros argumentos se vuelvan endebles. No es así con los de este portal. Sus periodistas son rigurosos, objetivos. De ahí que se les ataque. Si lo que se publica en SinEmbargo no fuera verdad, nadie se tomaría la molestia de atacarlo. De ahí que sostenga que algo se está haciendo bien; que algo están haciendo bien sus directivos y sus periodistas.

También de ahí que sostenga que la censura que buscan aplicarle al portal sea la más tonta posible, por decir lo menos. Es cierto, consiguieron que, durante varias horas, nadie pudiera entrar a la página electrónica. De ahí a que hayan evitado que se difundiera la información hay un mundo de distancia. De entada, porque los reportajes, los artículos y las columnas aquí siguen, a disposición de quien las quiera leer. Pero también porque ese boicot frustrado ayudó a promover más a SinEmbargo (y no es que lo necesite, con la cantidad de visitas diarias que tiene, pero nunca sobran lectores). Lo mismo pasó con el supuesto ataque desde la cuenta de Fb de Belinda a Alejandro Páez Varela. A la larga, es posible que algunos cientos de los millones de seguidores de la cantante, hayan decidido asomarse por estos lares.

Así pues, los ataques han conseguido su efecto contrario: en lugar de disuadir a los lectores, han atraído nuevos; en lugar de señalar la falsedad de los contenidos, han terminado por legitimarlos.

Ignoro cuántos recursos y cuánto tiempo se deben emplear para implementar un ataque cibernético como el de esta semana. Sugiero a quien haya dado la orden de hacerlo que lo piense con calma. Sé que estos recursos no bastan para arreglar la corrupción del país, para mejorar la educación, para erradicar la impunidad ni para dar consuelo a los padres de los normalistas. Pero tampoco bastan para acallar a un medio como éste. ¿Sería una mala idea utilizar ese tiempo, ese dinero, ese trabajo en mejorar, aunque sea un poco, algo de lo que está mal en este país? Con suerte, ese esfuerzo sirve para evitar un nuevo periodicazo y, en consecuencia, ya no será necesario un nuevo intento de boicot y los esfuerzos se podrán conducir hacia algo más grande.

Perdón por la insistencia pero me queda claro que SinEmbargo está haciendo las cosas bien, muy bien. De nueva cuenta, es un honor habitar por estos lares.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.

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