Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).- El límite de 39 semanas que a lo largo de los años los médicos han mencionado como el más conveniente para el desarrollo de un feto en el vientre materno, podría traer más beneficios si se extiende, incluido el de mejor rendimiento escolar, apuntó un estudio de la Universidad de Northwestern, en Illinois, Estados Unidos.
Este nuevo estudio se basó en los datos de miles de nacimientos en el estado de Florida durante los últimos 11 años, y sugiere que los umbrales para maximizar la salud de los bebés pueden ser más altos pues, debido a que aumentan por lo menos 100 gramos por semana, comprobaron que los pequeños que pesan más 3 kilos son más saludables que los que nacieron con 2.700 kg., al igual que aquellos de 3 kilos 600 gramos, en comparación con los de 3.100 kg y así hasta un máximo de cuatro kilos y medio.
La investigación, a publicarse en la revista American Economic Review, estuvo encabezada por el doctor en Economía David Figlio, quien aclaró al diario The New York Times que el peso al nacer tampoco marca un destino, pues su influencia es sólo un poco más baja que el del estrato social en el que se nace, pues por ejemplo, bebés más ligeros pero con papás con altos niveles de escolaridad, tiene más probabilidades de hacerlo bien en la vida, que un niño más pesado con papás que no pasaron de la secundaria.
Sin embargo, el estudio que abarcó varios niveles de educación, distintas razas y grupos de edad, encontró que el peso al nacer sí tenía un efecto notable en la escala de evaluación SAT, que en Estados Unidos se utiliza para la admisión a la universidad, pues aquellos recién nacidos de 10 libras o cuatro y medio kilos, tenían un promedio de 80 puntos sobre los mil 600 de aquellos de 2 kilos 700 gramos. O viéndolo de otra forma, los mejores estudiantes en su etapa de educación primaria, uno de tres pesó por lo menos 3.600 kilos al nacer.
A pesar de lo que dictan los números, los realizadores del estudio no lo creen determinante pues saben que hay algunos factores que sí pueden perjudicar la salud del feto en caso de quedarse más tiempo dentro del vientre materno, pero destacan que los resultados son llamativos debido a la muestra tan grande en la que se basó el análisis, es decir, más de dos millones de niños nacidos en Florida entre 1992 y 2002, y se presta a abrir el debate sobre la aceleración del parto, ya sea por medicación o por cesárea.
En particular, los investigadores utilizaron los datos de este estado porque es uno de los pocos que le da seguimiento a los niños desde su nacimiento hasta que entran a la universidad, y para hacerlos más fiables también compararon a los gemelos, debido a que comparten condiciones ambientales no observables y el efecto del peso al nacer fue similar al que se observó en los partos con sólo un nacimiento, incluso si se trataba de gemelos no idénticos y de diferente sexo.
Un patrón que encajaría en la ahora ya más aceptada pero también controversial hipótesis del médico británico David Barker, quien dijo que las condiciones en las que se desarrolla el embarazo, así como las de la infancia tienen un efecto permanente en la vida de las personas, en uno de los casos más extremos, el Dr. Barker decía que las enfermedades cardiacas y algunos tipos de cáncer se forman en las primeras etapas.
El NYT retoma que en 2011 el Congreso Americano de Obstetras y Ginecólogos en conjunto con otros grupos, comenzaron una campaña para eliminar el parto inducido antes de la semana 39 de gestación si no hay un motivo médico para hacerlo y desde entonces, al menos en ese país, la tasa de inducción se ha ido para abajo y de confirmarse los resultados con los de otros estados y países, podría hablarse de un nuevo argumento para que bajara aún más e incluso para considerar si la cifra en la semana 40 es muy alta, pues muchas inducciones se dan por elección sin esperar a que se rompa la fuente o sin alguna causa clínica.
El doctor Brent C. James, director del Instituto de Atención a la Salud en Salt Lake City, dijo al mismo diario que el pensamiento de que los fetos pueden beneficiarse de estar en el útero más allá de la semana 39 “tiene sentido clínico perfecto”, además de la creencia que aunque la medicina intensiva trae beneficios para salvar vidas, también es cierto que los tratamientos de tecnología avanzada con frecuencia no frecuencia no funcionan mejor que las formas más básicas o naturales.
