Esta semana hemos presenciado parte de lo que ya se había advertido antes de las elecciones: uno de los principales capos de la droga, Rafael Caro Quintero, está de nuevo en las calles y no tengo la menor duda de que se replieguen fuerzas a su alrededor, pues el poder se detenta y sin lugar a dudas lo mantiene, como muestra su liberación. Estoy consciente desde el punto jurídico y como jurista que es un acto apegado a derecho, bajo el argumento del “debido proceso” el punto es que la justicia mexicana deja mucho que desear; desde un punto de vista legaloide, abogados coinciden en que su liberación es con todas la de la ley, pero la pregunta es cuántos cientos de asuntos se encuentran en los juzgados, similares o muy por debajo de éste y sin embargo siguen presos. Estamos ante una justicia selectiva, ante una justicia de dinero y poder y eso no es permisible en ningún estado de derecho o al menos eso creo.
En las mismas está don Neto quien ya viene para afuera también. Es ahí donde la justicia queda a deber, porque sea por errores o no, se está liberando a gente que no debería estar en las calles. Eso a su vez da que pensar sobre el gobierno en turno, no hace falta ser un experto en delincuencia organizada, en narcotráfico para entender que existen acuerdos por debajo de la mesa y que éste y otros grupos criminales tal como lo he advertido en columnas anteriores son un motor que “mueve a México”, pero ¿a costa de qué?
Ese es el punto medular de este debate, México se está contaminando en las calles, se están matando los capos por el poder y el gobierno está –o al menos eso parece– de su lado. Nuestros jóvenes están cada vez más inmersos en el mundo de los alucinógenos, de la coca y los estupefacientes. Las cosas no han cambiado de 12 años atrás a este primer año de gobierno, lo que sí ha cambiado es la forma de hacer política y la forma de pactar. Es ahí donde entendemos que el dinero invertido en campañas electorales y en hacer triunfadores a modo está rindiendo sus frutos. México se está muriendo por la droga, México al igual que su Presidente se encuentran muy enfermos y algo deberán hacer para no caer ante el poderío del narco y del vecino país del norte y que se cumpla la máxima del “narco único”.
¿Qué hay detrás de las elecciones de 2012?, ¿qué hay detrás del Soriana Gate?, ¿qué hay detrás de toda esa maquinaria electoral y de las cantidades brutales de recursos destinados en la campaña presidencial? Hoy me encuentro consternado de ver a un Peña Nieto totalmente diferente a aquel al que tuve la oportunidad de saludar en propia mano cuando era Gobernador del Estado de México en una reunión de la FENAMM. Ese Peña Nieto que he analizado en sus spots políticos y que me parecen sublimes, de ese personaje hoy poco o nada queda, hoy veo a un Presidente fuerte en la institución presidencial al más puro estilo del PRI, pero veo a un ser humano detrás de la banda presidencial cansado, débil, ojeroso, convaleciente y muy demacrado, muy por encima a otro ser humano que padece algo similar como lo es Tito Vilanova. Ahora no se si creer en la teoría de la conspiración, será que México y su Presidente deben empezar a utilizar consuetudinariamente el “Papaver somniferum” en busca de ese efecto milagroso para desaparecer el dolor del cuerpo y del alma, Homero y Edgar Allan Poe lo han descrito como la sensación de tener el cuerpo entre algodones o la gente de Badiraguato dicen que el cuerpo se convierte en barro.
Un pasaje mencionado por Grillo del Apocalipsis 20,13-15 dice:
Y el Mar devolvió sus muertos; y la muerte y el infierno devolvieron los suyos; y cada uno fue juzgado según sus obras.
Y el infierno y la muerte fueron arrojados al lago de fuego…
Nos vemos la próxima semana…
