Cómo ser mujer en este país: una lucha continua a contracorriente

15/07/2017 - 12:03 am

Cuando el cielo se pinta de anaranjado (ser mujer en México), el título más reciente de Irma Gallo, retrata una de las caras más tristes de la sociedad mexicana, la de un país arrastrado por la violencia, la injusticia y la impunidad. Esto, que desde hace tiempo se ha convertido en la pesadilla con la que dormimos y amanecemos todos los días, se vuelve aún más preocupante cuando se trata de la situación que viven las mujeres, de la vulnerabilidad a la que están expuestas en un ámbito donde prevalecen el machismo, la discriminación y la prepotencia.

Por Guadalupe Alonso

Ciudad de México, 15 de julio (SinEmbargo).- Periodista cultural, Irma Gallo ejerce el oficio desde la convicción y la experiencia de que ser mujer en este país, ser lesbiana en este país, ser transgénero, ser madre soltera, ser profesionista, ser vieja, ser migrante, ser divorciada en este país y exigir nuestros derechos, supone una lucha continua a contracorriente.

La propuesta de Irma Gallo no es un ensayo académico sobre la situación de la mujer en nuestros días ni una disquisición sobre el pensamiento feminista, es el testimonio vivo de mujeres que han sido violentadas de muy diversas formas, en diversas circunstancias y por diversas causas. Es, sobre todo, darle un lugar a quienes están destinadas al olvido en el recuento general de la historia, un modo de rescatar a esas voces del anonimato, solidarizarse y crear conciencia.

La periodista y escritora reúne sus trabajos periodísticos en torno a la inequidad de género y la violencia contra las mujeres en su libro Cuando el cielo se pinta de anaranjado, ser mujer en México. Foto: SinEmbargo

Destaco tres cualidades que me parecen notables en el libro de Irma Gallo. Primero, la investigación periodística que supone un trabajo de estas características; el modo como la autora elige y se aproxima a las víctimas, a sus familiares y al entorno que las rodea, para desentrañar la esencia del personaje y acceder a un espacio de intimidad que se revela en cada uno de los casos que narra. En segundo lugar, la diversidad de escenarios que plantea, donde ofrece un panorama amplio de la problemática que afrontan las mujeres sin importar su procedencia, educación o nivel socioeconómico. Y, tercero, la calidad de la escritura. La autora no se queda en la transcripción de los testimonios y el comentario del entrevistador, sino que apuesta por una narrativa impregnada de valores literarios en un intento por “captar la vida cotidiana del alma”, como apunta Svetlana Alexievich en el epigrama que eligió Gallo para este libro.

¿POR QUÉ SEGUIR ESCRIBIENDO SOBRE MUJERES?

Cuando el cielo se pinta de anaranjado (ser mujer en México), comienza con una pregunta: ¿Por qué seguir escribiendo sobre mujeres? Al tiempo que la autora discurre sobre la pertinencia del término ‘feminismo’ y el modo como se ha desvirtuado en algunos ámbitos, considera que todavía hay mucho que decir y escribir sobre el tema. Sí, mientras haya mujeres asesinadas por el solo hecho de serlo, mujeres encarceladas por abortar o por no aceptar la agresión de su pareja, mujeres transexuales relegadas de la sociedad, mujeres violadas, mujeres separadas de sus hijos, Irma Gallo considera que es necesario escribir.

Los dieciséis casos reunidos en este libro, dan inicio precisamente con un capítulo sobre el poder de la palabra. Proyecto Sur es un taller de escritura autobiográfica, iniciativa de Dolores Dorantes en Los Ángeles, California. Acuden ahí quienes han migrado en busca de una vida digna, dejando atrás a sus familias para tratar de insertarse en una sociedad donde son víctimas de todo tipo de abusos. Para Dolores, “la palabra escrita es herramienta de poder, bálsamo, recurso de dignidad”, es una manera de curarse. Como esta iniciativa, hay otras dedicadas al apoyo, en este caso de mujeres en condiciones precarias.

Por ejemplo, la organización civil “Nuestras hijas de regreso a casa”, mujeres que luchan para que se haga justicia en casos de madres cuyas hijas han desaparecido; asimismo, la Casa Xochiquetzal, un albergue para sexoservidoras de la tercera edad o el Fondo de aborto para la justicia social, MARÍA (Mujeres, Aborto, Reproducción, Información y Acompañamiento), instancia que brinda soporte económico, guía, consejo y compañía a mujeres que deciden interrumpir su embarazo. Estos, entre otros proyectos y organizaciones, incluso algunas que se valen de manifestaciones artísticas, han servido para crear conciencia, proteger a las víctimas y exigir justicia. Es así como la sociedad civil toma medidas por su cuenta y riesgo en un país donde proliferan la indiferencia y la impunidad, peor aún, en un país donde persiste la criminalización del estado al activismo social.

Los casos que presenta Irma Gallo en este compendio de transgresiones, van de migrantes sin protección a mujeres desaparecidas o víctimas de abusos de diversa índole. De cara a los testimonios recogidos, el libro, en su conjunto, convoca a una reflexión sobre los derechos de las mujeres, como deberían de ser los de cualquier ciudadano. Es decir, el derecho a ser lesbiana o transexual, a ser sexoservidora, a decidir sobre su cuerpo.

Yakiri Rubí Rubio, es mujer, lesbiana y tepiteña. Fue presa por matar a su violador el 9 de diciembre de 2013. El caso se convirtió en un escándalo cuando las autoridades intentaron justificar el hecho con el argumento de que el violador era su novio, como si eso le diera derecho a agredirla. Tras una serie de acciones de denuncia llevadas a cabo por su familia y una comunidad solidaria, donde las redes sociales jugaron un papel primordial, salió de la cárcel de Tepepan en marzo de 2014 y, finalmente, fue absuelta un año después. El caso de Yakiri está consignado en el libro de su abogada, Ana Katiria Suárez: En legítima defensa, Jakiri Rubio y la gran batalla contra la violencia machista y el sistema penal, publicado en junio de 2017. Cabe comentar aquí un proceso similar sucedido recientemente en la Ciudad de México. Itzel, una adolescente de 15 años fue acusada de homicidio por haber matado a su agresor. Un mes más tarde, se le exoneró, no sin las amenazas y presiones políticas de las que fueron víctimas ella y su familia. ¿Qué sigue para esta adolescente que se atrevió a contar, a través de un video divulgado en youtube, cómo fue violada en plena calle?

Un libro sobre el feminismo. Foto: Especial

En otra de las historias que consigna Irma Gallo, una madre, Ema Gabriela Molina Canto, es atacada por el padre de sus hijos. Este empresario poderoso, junto con sus guaruras, cierra el paso al auto en el que transitaban Emma y sus hijos. Empuñando un arma, amenaza a la madre y se lleva a los tres menores. Se trata de un caso de venganza en complicidad con la policía estatal con el objetivo de quitarle la patria potestad a la madre. Ema es detenida y encarcelada bajo la falsa acusación de robo de vehículo. Durante su estancia en el reclusorio, es intimidada por las autoridades para que ceda al marido la custodia de los hijos. Tras la denuncia de algunos medios de comunicación, entre otras acciones, dos años después, el fallo favorece a Ema Gabriela. Sus hijos le son devueltos y el esposo, es detenido por lavado de dinero. El relato de Irma Gallo concluye: “Mariana, Martín e Isabela celebraron la navidad de 2014 con su mamá.” Pero la historia no termina ahí. El 28 de marzo de 2017, la prensa informa: “Emma Gabriela Molina Canto, ex esposa de Alberto Medina Sonda fue asesinada a las puertas de su vivienda.” Y en la revista Proceso, en abril de ese año, se lee: “Con la promesa de un pago de 60 mil pesos, 30 mil para cada uno, Jonathan Mézquita Ávalos y Óscar Miguel López Tobilla dieron muerte a Ema Gabriela Molina Canto y dejaron en la orfandad a sus tres menores hijos.”

Como estas, el libro revela otras historias que erizan la piel y enciende una alerta sobre la fragilidad del sistema de justicia de cara a los embates a los que está expuesta la mujer en un territorio como el mexicano. Para concluir esta trama cruzada, como ya decía, por la injustica, la violencia, la impunidad, el machismo, la corrupción, el contubernio y la prepotencia que definen a nuestra sociedad y sus instituciones, Irma Gallo convoca a un grupo de mujeres a hablar sobre sus experiencias en el terreno laboral: Alejandra Flores, periodista; Valeria Gallo, ilustradora; Marcela Ortíz Aznar, cantante, entre otras, describen las condiciones de inequidad que subsisten en el terreno profesional, desde la diferencia de salarios que se ofrecen a hombres y mujeres o las dificultades para que a una mujer se le promueva en el trabajo, hasta la falta de apoyo a quienes se embarazan o son madres solteras. Si bien, el Índice de Brecha de Género 2015, reporta un avance en el país, como lo refiere la escritora Sandra Lorenzano, lo cierto es que aún falta mucho por hacer en cuanto a los derechos humanos con perspectiva de género.

Cuando el cielo se pinta de anaranjado (ser mujer en México), de Irma Gallo, es un llamado a la reflexión, un testimonio periodístico sobre la situación que enfrentan las mujeres en México, un “yo acuso” a favor de la mujer.

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