Balas perdidas: balas que van y vienen, caen donde no deben, se equivocan, se meten en otros cuerpos, llegan a donde no han sido invitadas. Balas sin responsable. Balas sin origen conocido. Balas que andan sueltas. Con el rumbo torcido. Hay que estar pendientes. A cualquiera le puede tocar alguna.
Alberto Barrera Tyszka, Crímenes
Cada vez más balas que van y vienen dejan viudas y huérfanos. Cada vez más balas nos rozan el miedo y la impotencia.
Por eso el presidente Felipe Calderón responsabiliza a Estados Unidos del 90% de las armas usadas por los narcotraficantes. Estados Unidos toma medidas en medio del escándalo del operativo fallido llamado “Rápido y Furioso”.
Este miércoles, el Departamento de Justicia anunció medidas para regular la venta de rifles de asalto a compradores frecuentes en los estados fronterizos de Texas, California, Arizona y Nuevo México.
De esta manera, las casi 10 mil armerías fronterizas tendrían que avisar al gobierno federal si detectan a compradores consetudinarios de rifles semiautomáticos con cargadores desmontables y un calibre superior a los 22 milímetros.
Una vez anunciada la medida, México mostró su beneplácito. Nevertheless in Gringoland, este compromiso no es ni puede ser visto como serio. Lo que tratan de ocultar es la responsabilidad y fallas de agentes de la DEA y el FBI en el operativo “Rápido y Furioso”. Justo ese que resultó ser poco rápido porque duró al menos 18 meses y sí capaz de poner furioso a cualquiera.
En el operativo, agentes federales de Estados Unidos, de la DEA y el FBI, habrían permitido el paso ilegal de casi 2,020 armas de asalto entre 2009 y 2010. Pero si de por si esa estrategia ya resulta sospechosa, perder el rastro de las armas lo es aún más.
Apenas el martes por la noche supimos que de las 2,020 armas, ¡habrían perdido el rastro de 1,400! (Es una lástima que la Real Academia no permita el uso de más signos de exclamación al asombro o al enojo).
Me parece el colmo de la hipocresía. Estados Unidos o no tiene moral o la tiene muy distraída. Debemos dejar de complacernos con medidas timoratas y exigir cuentas de la fallida operación “Rápido y Furioso”.
Limitar la venta de armas es una mínima medida frente a la evidencia del poco compromiso de la administración Obama para con México.
No sabemos cuántas balas perdidas han salido de esas 1,400 armas, tampoco sabemos cuántas armas más han pasado y por cuánto tiempo, lo que sí sabemos es que esas balas han encontrado donde alojarse, y a cualquiera le puede tocar una.
