Cómo elegir a un asesor de tesis de posgrado

15/05/2013 - 12:01 am

¿Estás por terminar la carrera y quieres hacer una maestría o un doctorado? A continuación unos tips que me habría gustado saber antes de iniciar mi primer posgrado.

1. Lo más importante es tu asesor de tesis.

2. Si ya tienes una idea de proyecto de tesis, no pierdas el tiempo en una maestría, entra directo al doctorado. Pues en la maestría, difícilmente, te dejarán hacer tu proyecto.

2.1  Si no tienes ni la más remota idea de un proyecto, o de qué es un proyecto, o de qué va un posgrado, ¿para qué diablos lo quieres hacer? Mejor ponte a jalar.

2.2  Si no tienes idea de un proyecto, pero sí hay un área que te entusiasma y te gusta que te digan, claramente, lo que hay que hacer: busca al pelado más obsesivo y neurótico posible como asesor. Ambos serán felices.

2.3  Si ya tienes una idea pero crees que te faltan conocimientos básicos, sigue aplicando el punto dos (¡siempre te faltarán conocimientos básicos!). Salvo, claro, que quieras hacer tu posgrado en edafología y hayas estudiado Derecho.

3. Busca a una persona a quien le entusiasme tu idea. Ojo: le tiene que entusiasmar tu idea tuya de ti, no su idea suya de él. Por eso, es conveniente que primero te la expliques claramente a ti mismo.

4. No importa el lugar, ni los títulos, ni que todos digan que el compa es lo mejor en el área, ni el varo que te prometa que te puede dar, lo que importa es el punto tres y que te lleves bien con él. Que se puedan ir de peda, por ejemplo. Si a tu asesor no le entusiasma tu proyecto o no se llevan bien, tu posgrado será un infierno.

4.1  Si te parece que se llevan demasiado bien, que te está tirando la onda, huye. (Salvo que quieras tener una gran experiencia tormentosa y típica de estudiante de posgrado).

4.2  Si se cumplen estos puntos pero ni el compa ni el instituto tienen el equipo para hacer tu proyecto, busca en otro lugar: el apoyo que te promete tardará tanto en llegar que te convertirás en activo fijo del instituto.

5. Antes de que firmes (sí, tienes que firmar) tu posible futuro asesor te dirá que sí a todo. Hay que leer entre líneas para saber si no te está dando el avión. Por ejemplo, si te empieza a decir que se le puede agregar a tu proyecto algo que te parece que nada tiene que ver: ¡es porque nada tiene que ver! Corre y cuéntaselo a quien más confianza le tengas, ese compa nomás te quiere de chalán para que le maquiles su proyecto CONACYT (o similar, dependiendo el país).

6. Si te parece que tu posible asesor de tesis es medio suato: ¡es porque es medio suato! El doctorado no quita lo pendejo. Así que busca a otro, lo peor que puede pasar es que tu asesor te tenga envidia (o 4.1). De igual forma, si te parece que tu posible asesor te quiere hacer sentir ignorante y son de los que hablan con una caterva de citas y autores: ¡es porque te quiere hacer sentir ignorante y eso nunca cambiará!

7. Por lo tanto, volvemos al punto uno: lo más importante es tu asesor de tesis.

Así, aprovecha que existe Internet y busca a tus posibles asesores, estudia lo que han hecho, escríbeles, llámales por teléfono, habla con sus estudiantes y ex-estudiantes, plantéales a tus posibles asesores tu proyecto de tesis, ve cómo reaccionan, sigue buscando, no te desesperes si alguno no te contesta (son investigadores, andan con la cabeza en la luna), insiste; si alguno sigue sin contestarte, elimínalo y busca a otros. Evita a las instituciones que designan asesores de tesis al azar o por cuota y, por supuesto, no te embarques en un posgrado antes de elegir al asesor. Es la única libertad que tienes y, si lo haces mal, podría ser un infierno (espera el artículo del siguiente miércoles para que te des una idea).

Luis Felipe Lomelí
(Etzatlán, 1975). Estudió Física y ecología pero se decantó por la todología no especializada: un poco de tianguero por acá y otro de doctor en filosofía de la ciencia. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte y sus últimos libros publicados son El alivio de los ahogados (Cuadrivio, 2013) e Indio borrado (Tusquets, 2014). Se le considera el autor del cuento más corto en español: El emigrante —¿Olvida usted algo? —Ojalá.
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