La mirada más triste

15/01/2014 - 12:02 am

A Mara.

El 26 de noviembre del año 2000, escuché por Radio Universidad, una voz cascada y profunda que decía “No estoy exiliado aquí: ésta es la tierra que elegí para vivir y morir”. Era el final del primer párrafo del discurso de aceptación del premio Juan Rulfo que leía pausadamente el poeta argentino Juan Gelman.  Ayer, a sus 83 años muy vividos, ésta “tierra, bastante a dos océanos y un mar” lo vio morir, como él quería.

No sé si Juan nació poeta, si realmente alguien nace poeta, pero Juan vivió poeta, porque lo era de tiempo completo. Tenía mirada de poeta, una mirada triste y melancólica que contrastaba con un sentido del humor ágil y ácido siempre a flor de piel. Tenn por años de su nieta nacida en cautiverio.a y la desparicioema a, e suyo es verticalignifica que la actitud de los curas y obiía también convicciones de poeta, vivió y sufrió en la utopía y para la utopía, una utopía que le costó el exilio, la muerte de sus hijos, Nora y Marcelo, la de su nuera María Claudia, y la desaparición por años de su nieta nacida en cautiverio y secuestrada por los militares para darla en adopción (“Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos como tus padres que no fueron. No se si sois varón o mujer. Se que naciste” escribió Gelman en Carta a mi nieto antes de encontrar a Andrea en el año 2000 y conocerla unos meses después.  Unos años Andrea decidió cambiar su nombre por el de María Macarena Gelman García)

La obra de Juan Gelman estuvo plagada de dolor, al igual que su cara. Años de sufrimiento quedaron marcados en cada uno de los surcos de su rostro y de los versos de su poesía. Pero el siglo XXI le trajo a Juan muchas de las alegrías que la dictadura argentina le había arrebatado. No solo encontró a su nieta, sino que la vida le dio otra nieta, la nieta de Mara su compañera. Detrás del premio Rulfo otros más llegaron en cascada: el Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2005; El Reina Sofía de Poseía iberoamericana también en 2005; el premio Cervantes en 2007 y el premio Leteo en 2012. – “Cuántos premios si verte Juan”; -“A penas han pasado unos cuantos”, era el inicio de nuestras conversaciones, casi todas telefónicas, siempre menos de las deseadas y prometidas.

“Ha muerto un hombre y están juntando su sangre en cucharitas/ querido Juan has muerto finalmente. / De nada valieron tus pedazos mojados en ternura…” escribió Gelman en 1962, hace 51 años.

Ha muerto Juan, la mirada más triste, y faltan cucharitas para juntar la tristeza.

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