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Tomás Calvillo Unna

14/12/2022 - 12:05 am

El ombligo del agua

“El agua es nocturna, su correr es una letanía de ríos”.

“El ombligo del agua”. Pintura: Tomás Calvillo Unna.

Rendija: Cuando un país es rehén del odio ideológico y del crimen, pierde a su nación; su corazón deja de latir.

 

I

El agua es nocturna,

siempre lo ha sido;

supo morirse antes de nacer.

Nunca quedó atrapada por los sueños;

anhelante se convirtió en cascada

que estremece el paisaje,

con su solitario grito.

El agua es nocturna,

su correr es una letanía de ríos;

su memoria, es el mar, el mar

esa cadencia de versos

que se pronuncia en las arenas,

y acantilados;

el silbido del viento que borra las grafías;

el espejo viviente

que lleva

su fuego líquido de la vida

y lo retorna a su cauce:

el hueco inmenso que los dioses nos dejaron;

su tarea inconclusa donde nos reconocemos

y preferimos callar.

El agua es la señal más certera,

su poder de libertad

se apropia de la resurrección;

se convierte

en la bendición del alba:

el vaso entre las manos

y los labios.

Ella logra abrir el camino del cuerpo

para precisar su estancia,

y presenciar el acto

de la desaparición,

esa magia suprema

que no puede evitar el dolor.

Es tan breve esta íntima trama,

cuyos límites desafían al alma,

que buscamos anestesiar

bajo la sombra permanente de los deseos,

y sus fiestas de disfraces.

La carencia de su huella nos circunda

en el cóncavo privilegio de la existencia.

II

Nuestros juegos

están sellados por la infancia,

el agua fría en el rostro los convoca.

La fantasía se queda corta

ante un grifo donde gotea su insistencia.

Las ideas sueltas de la lluvia

el aguacero del conocimiento,

su coro,

para empaparse de buena suerte

se propaga en la fértil tierra.

En la maleta de sus átomos viaja,

su presencia revela el poder:

su tarea de purificar

al dilatar el tiempo,

donde la vida es consciente de sí misma

y no solo un reflejo, un destello;

el pasado, presente y futuro asemejen un orden,

al menos para montar la obra que representamos,

sin saber, bien a bien, de que se trata.

El agua es la alquimia de la naturaleza,

en una gota conserva el universo:

el lago de la mente

que contiene los cielos.

Bendita agua de la tierra,

mensajera de otros mundos,

nadie te captura,

ni en las presas.

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