Según datos aportados por los organismos, en todo el mundo, uno de cada cuatro centros sanitarios no tiene agua, uno de cada tres no cuenta con servicios para la higiene de manos, uno de cada diez para saneamiento y uno de cada tres no separa los residuos de una manera segura.
Madrid, 14 de diciembre (EuropaPress).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF han publicado un informe en el que avisan de que mil 800 millones de profesionales sanitarios están trabajando en servicios sanitarios que no cuentan con suministro de agua, lo que aumenta el riesgo de infectarse por el coronavirus.
«Trabajar en un centro sanitario sin agua, saneamiento e higiene es similar a enviar a las enfermeras y médicos a trabajar sin equipos de protección individual, ya que el suministro de agua e higiene en estas instalaciones sanitarias es fundamental para detener a la COVID-19», ha señalado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Y es que, según datos aportados por los organismos, en todo el mundo, uno de cada cuatro centros sanitarios no tiene agua, uno de cada tres no cuenta con servicios para la higiene de manos, uno de cada diez para saneamiento y uno de cada tres no separa los residuos de una manera segura.
Almost 2 billion people are at greater risk of COVID-19 and other diseases because they use or work in health care facilities without basic water services.🚱 https://t.co/tMAwHY7TIk
— UNICEF (@UNICEF) December 14, 2020
«Estas condiciones ponen en riesgo la vida de los trabajadores sanitarios, algo que era visible antes de la pandemia, pero que ahora se hace imposible de ignorar. A medida que imaginamos y damos forma a un mundo postCOVID-19, debemos asegurarnos de que los pacientes, especialmente los niños y las madres, puedan acceder a servicios sanitarios en los que se garantice el suministro de agua y la higiene», ha dicho la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
La situación es peor en los 47 países menos desarrollados del mundo, puesto que uno de cada dos establecimientos sanitarios no tiene agua potable básica, uno de cada cuatro no tiene instalaciones para la higiene de manos en los puntos de atención; y tres de cada cinco carecen de servicios básicos de saneamiento.
Ante este escenario, la OMS y UNICEF calculan que costaría menos de un euro per cápita (un dólar) permitir que los 47 países menos desarrollados establezcan un servicio básico de agua en los centros de salud, y, además, de media se necesitarían alrededor de 16 céntimos (0.20 dólares) per cápita cada año para mantener los servicios.
Y es que, tal y como han asegurado las organizaciones, mejorar la higiene en las instalaciones de atención médica es la «mejor compra» para abordar la resistencia a los antimicrobianos; reduce los costes de atención médica porque reducen las infecciones asociadas con la atención médica; y ahorra tiempo porque los trabajadores sanitarios no tienen que buscar agua para lavarse las manos. Todo esto se suma a un rendimiento de 1.23 euros (1.5 dólares) por cada euro invertido.
Estos servicios son especialmente necesarias para las poblaciones vulnerables, incluidas las madres embarazadas, los recién nacidos y los niños. «Mejorar los servicios en los centros de atención médica es particularmente importante en torno al parto, cuando demasiadas madres y recién nacidos sufren y mueren, incluso a causa de afecciones prevenibles como la sepsis. Los mejores servicios podrían salvar la vida de un millón de mujeres embarazadas y recién nacidos y reducir los mortinatos», han apostillado la OMS y UNICEF en el trabajo.
Por todo ello, han aconsejado crear estrategias nacionales presupuestadas adecuadamente para garantizar agua potable y saneamiento en los centros sanitarios; Monitorear y revisar periódicamente los avances alcanzados al respecto; desarrollar las capacidades del personal sanitario para mantener, promover y practicar una buena higiene; e integrar el acceso al agua potable y al saneamiento en los esfuerzos de respuesta y recuperación de COVID-19 para brindar servicios de calidad.
Se necesita más financiamiento global, apoyo técnico y recursos domésticos para mantener a los trabajadores de la salud y a los pacientes seguros y protegidos. Ahora, existe una oportunidad para aprovechar los esfuerzos y compromisos existentes e integrar esto en las instalaciones de atención médica en todos los planes nacionales de COVID-19, distribución de vacunas y paquetes de recuperación económica», han dicho las organizaciones.
Los datos publicados por la OMS en octubre indican que las infecciones por COVID-19 entre los trabajadores de la salud son mucho mayores que las de la población en general, dado que aunque representan menos del 3 por ciento de la población, suponen el 14 por ciento de las infecciones registradas en todo el mundo.