México

El PRI no medirá el peligro de la deuda y apretará a EPN en 2017, alertan analistas

14/09/2016 - 12:05 am

Las calificadoras Moody’s y Standard and Poor’s ya alertaron al Gobierno de México sobre su alto nivel de endeudamiento y el riesgo de que su nota crediticia pase a negativa, lo que alejaría las inversiones. Ante ello, las autoridades financieras recortaron el gasto público para 2017 para lanzar un mensaje de confianza sobre las finanzas públicas. Sin embargo, en el camino el Presidente Enrique Peña Nieto se enfrenta con dos presiones más: la necesidad de que el PRI, su partido, gane la gubernatura del Estado de México el próximo año, para emitir una señal de fortaleza rumbo a las de 2018, y mantener –con dinero– la buena relación con los sindicatos, los cuales representan votos seguros.

Por Mariana Blancas y Dulce Olvera 

Ciudad de México, 14 de septiembre (SinEmbargo).– Al Presidente Enrique Peña Nieto se le hace bolas el engrudo. De acuerdo con analistas financieros y politólogos, en 2017 el mandatario estará vigilado por las agencias calificadoras que le han advertido no endeudarse más y, encima, se encontrará presionado por las exigencias internas de su partido político, el PRI, que enfrentará tres elecciones importantes el próximo año, particularmente la del Gobernador del Estado de México, entidad donde EPN nació y surgió como figura política hasta llegar a la Presidencia.

Los especialistas destacan que otra fuente de presión serán los sindicatos. Uno de ellos, el más influyente en términos económicos, es el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), encabezado por el Senador priista Carlos Romero Deschamps, quien exige cada año más recursos para su operación pero no transparenta los gastos.

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) informó, apenas el domingo pasado, que el sindicato petrolero será sancionado por negarse a responder una solicitud de información sobre el gasto de los recursos públicos que le fueron entregados en 2015.

Peña Nieto y su gabinete económico se han quedado con un margen de maniobra muy reducido para el Presupuesto de 2017 ante una balanza desequilibrada. Ante la insuficiencia de los ingresos tributarios sacaron la tijera ante el desplome en los ingresos petroleros, así como los compromisos con el pago de pensiones y de la deuda pública.

James Salazar, subdirector de análisis económico de CIBanco, expuso que lo que busca el Paquete Económico para el próximo año es mejorar la percepción en el deterioro de las finanzas públicas, que comenzó con la crisis de 2008, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, y persiste en la administración de Peña Nieto.

“El recorte hasta cierto punto fue limitado, ya que alrededor del 40 por ciento de los recursos ya estaba destinado para el pago de pensiones, la deuda y las reparticiones a los estados y municipios. El resto de los recursos se dirigió a proyectos de inversión ya iniciados como el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y se disminuyó en aquellos que aún no han iniciado”, dijo Salazar.

“Sería un error muy grande de la administración del Presidente Peña Nieto tratar de sesgar el recorte por el lado de las elecciones del próximo año”, determinó. El analista de CI Banco aseguró que el principal objetivo es que la deuda del país no siga creciendo ante las llamadas de alerta de las calificadoras.

Con una deuda pública neta ubicada en 6 billones 519 mil 981.7 millones de pesos y un débil crecimiento económico –que apenas alcanzó el 2 por ciento interanual en la primera mitad del año–, las calificadoras mantienen en la mira la consolidación fiscal del país.

En agosto pasado, Standard & Poor’s lanzó una alerta al bajar a negativa la perspectiva de las calificaciones de largo plazo para México. Además advirtió que rebajará la nota crediticia en los próximos 24 meses si el nivel de deuda o la carga de intereses presenta un deterioro mayor a lo esperado.

Por su parte, la calificadora Moody’s bajó la perspectiva de la calificación de México de estable a negativa, porque el débil rendimiento económico y las continuas dificultades externas, así como la situación de Petróleos Mexicanos (Pemex), aumentan el riesgo de que la deuda no se estabilice e inclusive aumente más del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Sin embargo, de acuerdo con la propuesta oficial, en 2017 no se dará una reducción del nivel de endeudamiento.

La expectativa de la deuda total del sector público que realizó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para el próximo año se elevó 10.1 puntos porcentuales del PIB: al inicio del Gobierno de Peña Nieto, en el Paquete Económico 2014, la dependencia calculó que para el cierre de 2017 la deuda total sería equivalente al 40.1 por ciento del PIB. Ahora, según la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación para 2017, se estima que la deuda será de un 50.2 por ciento del PIB.

ELECCIONES EN EL EDOMEX 

Las presiones le llegan al Presidente Enrique Peña Nieto por diferentes flancos de cara a las elecciones del próximo año, ya que se disputa la gubernatura del Estado de México, una de las cartas más fuertes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y la entidad que más genera votos dentro del padrón electoral federal con 11.5 millones de mexicanos, además de ser la “casa” del jefe del Ejecutivo.

Perder el Estado de México sería un duro golpe para el tricolor, después de haber perdido en las elecciones del 5 de junio pasado a Veracruz, el tercer estado con mayor cantidad de electores en el país, y el que había gobernado por más de 80 años.

De acuerdo con el politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Sánchez y Sánchez, ganar el Estado de México le garantizaría al PRI el triunfo en las elecciones presidenciales al enviar una señal de fortaleza. Pero si por primera vez no sale victorioso, generará una perspectiva de debilidad ante la opinión pública y eso le costaría el voto para el 2018.

Respecto a los posibles candidatos del partido tricolor para la gubernatura mexiquense, el académico expuso que la moneda está en el aire y es posible que Luis Videgaray Caso coordine extraoficialmente la campaña.

El Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) solicitó para el ejercicio fiscal 2017 un presupuesto de 2 mil 346 millones de pesos, en comparación con los 2 mil 201 millones 149 mil 638 pesos que le aprobaron en el año electoral 2015.

De acuerdo con su director de administración, José Mondragón Pedrero, 850 millones de pesos serían para partidos políticos de los cuales podrían destinarse 270 millones de pesos para la obtención del voto.

Si el elegido es asignado por las fuerzas locales del Estado de México (el Grupo Atlacomulco, del Presidente, o el Grupo Ecatepec, del Gobernador Eruviel Ávila Villegas), podría ser el Diputado Alfredo del Mazo, primo de Peña Nieto; Carlos Iriarte, líder del PRI estatal, o José Manzur, el Secretario de Gobierno del Estado de México, enlistó el académico Carlos Sánchez. Pero si el candidato proviene del nivel nacional, puede ser Carolina Monroy, presidenta del PRI.

Sobre la coordinación de la campaña, así como dirigió la de Eruviel Ávila Villegas y la presidencial de Peña Nieto, “existe la posibilidad de que Videgaray vaya a coordinar extraoficialmente la campaña en el Estado de México. Sería un estratega con más libertad dado que ya no es Secretario de Estado. La mejor prueba de que sigue siendo hombre de confianza del Presidente y sigue teniendo vida política es si jugará un papel importante en las elecciones mexiquenses”, declaró Sánchez y Sánchez.

En 2015, cuando en el Estado de México se eligieron presidentes municipales y diputados locales, el PRI estatal recibió un presupuesto por 137 millones 762 mil 545 pesos.

Estos posibles aspirantes competirán por el voto del mexiquense contra una posible alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), lo que cancelaría la posibilidad de la unión de fuerzas entre Morena y el sol azteca para las elecciones presidenciales, o una alianza de izquierdas entre el PRD y Morena.

PRESIÓN DE LOS SINDICATOS

Los sindicatos y confederaciones obreras y campesinas han sido aliados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante años y han representado votos seguros, sobre todo el petrolero, dirigido por el Senador Carlos Romero Deschamps.

“Aunque el voto sindical no tiene un gran peso actualmente respecto a quién ganará, como era antes”, para el PRI “es mejor tenerlos de su lado”, dijo el politólogo Carlos Sánchez y Sánchez.

Petróleos Mexicanos (Pemex), que enfrenta una crisis y una alta deuda, sufrirá un recorte de 18.05 por ciento en 2017. Sin embargo, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) no ha sido tocado a lo largo de este viacrucis para la petrolera.

De acuerdo con el diario El País, los recursos que van a la cúpula del sindicato se incrementaron un 18 por ciento en de 2013 a 2015.

Cuando se aprobó la Reforma Energética, en el 2013, la bolsa anual fue de 302.9 millones de pesos y para 2015 subió a 358. 9 millones. Es decir, el presupuesto aumentó en 56 millones de pesos. En la última década, el presupuesto que administra aumentó 105 por ciento.

El diario español describe a Deschamps como “un amante de los viajes, los relojes finos, los yates y los autos de lujo. En dos décadas al frente del gremio nada ha podido mermar su poder. Al contrario ha sabido pactar con los presidentes que no son de su partido”.

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