Con la pena, pero no alcanza

14/09/2015 - 12:02 am

Verdaderamente la cima del poder en México se cree que el resto de la nación le creerá lo que sea y cuantas veces haga falta para sus abusos sin fin. Las declaraciones cupulares son golpes al pueblo que pegan directo en su alimentación, su seguridad, su trabajo, su salud y en su desorientada educación.

Y a cada nuevo reclamo, una nueva promesa de corregir el rumbo. No soluciones, sino esperanzas apuntaladas por campañas mediáticas y por la censura estilo fascista que calla las voces analíticas y racionales.

Se ha sembrado en el imaginario colectivo la falsa idea de la pereza, el desinterés y el agachismo de la sociedad mexicana. Pero pensemos en que nuestro país, con todas las sinrazones que tiene, la corrupción, los abusos cupulares, la falta de seguridad en todos sentidos y en general el abandono en que vive, sigue de pie. Hace falta, sin duda, una enorme fuerza de espíritu para no haberse derrumbado ya. Sin embargo, es claro que tal estoicismo un día tocará a su fin y entonces sí seremos todo eso, o nos levantaremos. El misterio está en cómo hemos podido llegar a este presente que vivimos.

Los países hoy desarrollados se subieron por una escalera que implicaba proteccionismo industrial, subsidios, etc. Y una vez que llegaron a la cúspide del desarrollo quitaron la escalera y dijeron a los demás países: “Les toca subir”. Dentro de México pasa lo mismo. La minusvaloración del “mexicano” –en el sentido que dan al término los de arriba para referirse a los de abajo– no es sino racismo puro.

Pero volvamos a las declaraciones y las promesas. En un recorrido rápido por los encabezados de la semana pasada encontramos que la versión oficial sobre los 43 normalistas de Ayotzinapa hace agua ante las conclusiones del Grupo Interdisciplinario de Expertos y Expertas Independientes (GIEI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La maraña de declaraciones encontradas desde que sucedió la tragedia no es, según organizaciones activistas, sino la manera en que el gobierno administra las crisis apostándole al olvido. Las promesas gubernamentales fueron aclarar los hechos “caiga quien caiga”, llegar “hasta las últimas consecuencias” y más. Y nada se ha cumplido. Tampoco hay claridad en el caso de los 72 migrantes, ni en el de Tlatlaya, ni Apatzingán, Santa María Ostula, San Bernardino Chalchihuapan y un largo etcétera de olvido oficial.

Hacienda pide 62,000 millones menos para Pemex, lo que acelerará su quiebra. Tendremos más marcas de gasolina, “para que podamos elegir según nos convenga” (versión oficial). En vez de 2018, el gobierno propone liberar los precios de las gasolinas el año próximo, lo que puede mermar los ingresos de la federación. HIGA y OHL siguen siendo señalados por corrupción. En cultura, otro recorte propuesto por el Ejecutivo: 3,000 millones. ONGs afirman que el drama actual de los migrantes en México es peor que el de Europa. Aumentan los suicidios en México por pobreza y hambre.

 

Así que, ante las cuantiosas y constantes declaraciones que emiten los gobernantes para maquillar la realidad en vez de resolver los problemas, sólo queda decirles: con la pena, pero no alcanza.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas